2 ·Run·

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Siena Colteen

Corrí por unos cincuenta minutos , haciendo unas pequeñas paradas para matar algunos muertos que se cruzaba en mi camino.

Cuando ya no pude ver mas la casa del bosque, decidí seguir caminado para encontrar algún lugar donde pueda pasar la noche, ya que subir a un árbol no era una opción. A lo lejos pude notar una pequeña cabaña, con 3 caminantes en la puerta.

Camine hasta llegar a una reja, pase el bat que tenia para hacer ruido y que caminaran hacia mi. A cada uno lo mate de un solo golpe en la cabeza. Entre a la pequeña casa, había una pequeña sala y un televisor, una puerta a mi derecha que podría ser la cocina, así que me dirigí ahí, habían almacenes azules con unos tonos blancos bastantes desgastados, los abrí y me encontré con una caja de cereal, unas barras nutritivas y una que otra lata de atún y frijol. Las metí todo a mi mochila.

Subí el segundo piso, vi tres puertas, una a mi izquierda, una al frente y la otra a la derecha, dejando ver un pasillo con mas puertas en ella, decide entrar a la que estaba enfrente de mi, la abrí de una patada dejándome ver un pequeño baño, abrí la llave y de esta salio agua limpia, decide darme una pequeña ducha.

Cuando estaba por quitarme la blusa, la puerta de la entrada se abrió, para que dos hombres entraran en ella.

-¿Seguro que corrió aquí?-hablo uno de ellos.

-Si, tenia en mano un bate con púas, estoy seguro que es el bate de Negan-hablo el otro hombre.

Negan.

Hace tiempo no escuchaba su nombre.

-Es mejor decirle al jefe, para que venga aquí.

-Bien, maldito marica.

Dijeron los hombres para luego abrir la puerta e irse.

Después de que salieron de la casa, decide seguirlos para conocer a su jefe aun que por supuesto, era Negan.

Alcance a ver a los hombres caminar por un camino de piedras, los seguí a una distancia considerable para que no pudieran verme.

Medio hora después llegamos al santuario de Negan. Estuve observando por cuatro horas, escondida entre unos arbustos. Vi dos guardias en la entrada del santuario, había también cinco hombres sobre los muros, con sus AK-103.

Claramente si quería entrar, tendría que tener un arma mas grande, porque con mi pequeña Cloe, no llegaría a matar a los guardias que están en tierra, y eso sumándole a los que están en los muros y los que están atrás de las puertas.

Tendré que buscar al sheriff y su grupo.

Después de caminar de regreso a la cabaña, hice un mapa para ubicar bien la guarida de Negan, marque el lugar en donde estaba la cabaña por si sucedía algo ahora solo faltaba localizar la casa que estaba en el bosque.

xxxx

-Por fin-dije en un suspiro cuando vi la casa a unos metros de mi.

Camine a la pequeña reja que tenia, pero un hilo que claramente no vi, se enredo en mi pie, haciendo que unas latas hicieran ruido. De la casa salieron dos hombres; uno con ballesta y el otro con una calibre 40.

-¿Quien eres?-dijo el de la ballesta.

-Soy Siena, uno de ustedes me rescato del bosque-dije, pero los hombres se miraron entre si confundidos- un chico con sombrero me pego accidentalmente-dije haciendo comillas.

Los dos hombres dejaron de apuntarme, caminaron hacia mi para poder ayudarme con el hilo que tenia en mi pie, se dieron la vuelta y los seguí. Entramos a la casa, dejándome ver a una mujer con cabello gris, una morena y  una pequeña bebe. 

Dios, lo que le espera a la criatura-pensé. 

-Bien, Siena-hablo el que tenia su calibre 40-ella es Carol, Michonne y la bebe Judith-se llevo su dedo indice a su pecho y dijo-yo soy Rick y el de la ballesta se llama Daryl.

Estire mi mano hacia la de el para estrecharla.

-Siena Colteen-hable- Pienso que usted es el lider, ¿no?

-Exactamente-responde Rick.

-¿Que te trajo de regreso?- pregunta el tal Daryl.

-Primero que nada, vine a disculparme con el sheriff-suspire-y también a decirles que me ayuden a matar al dueño de esta pequeña joya- dije mientras de mi mochila sacaba al bat de Negan.

Todos lo que estaban en la pequeña sala me vieron con miedo, hasta la pequeña bebe empezó a llorar, y a los pocos minutos se empezó a sentir la tención en lugar.

La puerta de la entrenada se abrió, dejando ver a un hombre con pinta de coreano, el sheriff, una mujer con el cabello corto.

-¿Siena?-dijeron.

No puede ser.




Amor en medio de un caos(Carl Grimes).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora