Mi amor platónico es un vampiro

Compañeros.

Los labios de Marshall eran cálidos, pero duros y firmes, Marceline se sorprendió, el beso le había dado desprevenida, Su primer beso, y eso que ni siquiera con Jason se había besado, quería esperar. Pero por dios, Marceline no lo toleraba, se dejo llevar, devolviéndole a Marshall el beso, ella se sentía mal, tenía novio, y además, ¿marshall? El no era Marshall. El era un extraño que Antes fue Marshall. Pero no puedo resistirse.
Sus labios parecían estar hechos uno para el otro, marceline jugo con el pelo de su nuca, y el hacia churros con su oscuro cabello.

Marceline se separó por falta de aire, y recapacito: esto esta mal.
Marshall iba volver a inclinarse pero ella lo detuvo poniendo su mano en su boca.
-no lo hagas Marsh- susurro Marceline- no lo hagas, por favor.
-¿porqué?- pregunto el dudoso- se que te gusto, Marceline, no lo puedes dudar.

-me tengo que ir- susurro Marceline parándose de la cama, pero marshall le agarrón e la muñeca y la hizo voltear, viendo ella a sus hermosos ojos verdes que el tenía.
-no me dejes- susurro él- quédate.
-adiós Marshall- dijo ella- si es que aún, eres tu.

Marceline soltándome de su agarre salo por la puerta con la dignidad en alto.

Marshall por su parte se la quedo viendo un largo rato, viendo como desaparecía tras el portazo que ella dio. Ella no lo quería, pues el iba a hacer lo suyo, si no puedes contra ellos, úneteles. Ella ya no iba obligarla a querelle, ya no iba a "conquistarla" ella, volvería por sí sola, y Marshall estaría con los brazos abiertos para recibirla. Ella sería la que lo búscase a él.
-¿de qué tanto te ríes?- susurro una voz interrumpiendo los pensamientos de Marshall, un castaño bronceado.
-de nada, bola rosa- susurro Marshall- todo esta bien.
-patético- susurro Gumball.
-lo que digas- dijo sin más, y Marshall se paró de la cama con una sonrisa de superioridad.
.
Por otro lado la bella pelinegra, caminaba con el corazón a 10 por segundo, recordaba una y ora vez, el recuerdo reciente de los labios de Marshall moviéndose salvajemente al compás de los suyos. Su primer beso... El primer beso, y lo peor es que ella quería que fuese distinto...

Las escasa lágrimas que inundaban las mejillas de Marceline ella trataba de votarlas con sus manos, no le gustaba llorar, lo odiaba, las lágrimas reflejaban debilidad, y no quería que la vieran en ese estado.

"No lo conozco" pensó ella, y soltó un gemido de tristesa.
Marceline llego a su habitación y entro sigilosamente.

-¿Marcy estas bien? ¿Porqué no estabas aquí? ¿A dónde te fuiste?- le pregunto Bonni acercándose a ella dándole un abrazo.

-no pasa nada Bonnibel, estoy bien- susurro.

(...)

Los pasos inseguros saliendo del autobús dirigiendo su vista al gran museo, sus ojos se cerraron, que flojera, ver cuadros, y cuadros, y más cuadros, juntó a una explicación infinita de cada uno.

Bonni y Fionna se pararon junto a ella.
-esto es el paraiso- susurro la chica de vestido rosa y extensiones del mismo color.
-¿te refieres al chico de la izquierda o al museo?- pregunto la rubia arqueando una ceja.
-al museo boba- se quejó Bonni.
-perdón, pero no es mi culpa que un montón de muertos se "el paraiso" para ti.- se quejó Fionna y encamino su camino al museo, Marceline no había dicho nada, lo cual es raro, Bonni siguiente enojada a Fionna y Marceline solo miro un rato al grandísimo museo.
<<no tardes mucho Marceline>>- recordó las palabras de Marshall en el museo, en el museo de su accidente. Sus mejillas redondas y rojas. Por alguna razón Marsella había cambiado, se veía más relajado, y ya no tenía esas mejillas rojas, era demasiado pálido, no importase cuanto le diera el sol.
En eso debió la vista mirando a un chico despeinado de cabello negro azabache y ojos verdes, dentadura blanca y cara de superioridad. Las chicas lo rodeaban y lo peor. Él las seguía, él ya no era su amigo.
Marceline ignoro a Marshall y con dignidad se fue al museo. Por alguna razón no era tan malo como creía, los cuadros era bellísimos, eso si, la explicación era para to,per un cuadro y usarlo de almohada. Por desgracia, las locas de sus compañeras, sólo hablaban de
"¿Porque no fuimos al de Italia?
"Si, ¿porque no?"
"yo quería ver a David"
Marceline rodó los ojos con repugnancia, hacia sus compañeras de clase.
Fionna y Bonnibel rápido llegaron a su lado, fionna sólo se limitaba a calificar a los chicos del museo, y Bonnibel a pintarse.
-¿vieron a Marshall hoy?- pregunto la rubia- se veía divino.
-¡cierto! ¡Me hablo!- dijo emocionada Bonnibel.
-iujhhhh!- se quejó marceline.
-¿te imaginas besarlo?- susurro Fionna y Marceline se quedo en secó, intentando disimular su sonrojo.
-sería increíble, de seguro es bueno- susurro Bonnibel.
-cállense- se quejó la pelinegra- dan asco.
-enojona- se quejó Fionna.
El museo se hizo eterno.
-¡alumnos!- gritó el maestro.- la siguiente actividad será una proyecto, necesito que investiguen de los cuadros, será en parejas.

Por desgracia las parejas fueron las peores existentes, Fionna, Bonnibel y Marceline pensaban lo mismo.
Fionna quedo con un topo saca mocos al cual se llamaba Milo.
Y Bonnibel con un galán modeló que tenía una fobia a los ojos y cada vez que veía un cuadro se escondía tras de ella, llamado Simón De la alfalfa.
Y marceline, un puerquito odioso con cara de dios griego, llamado Marshall lee.
Digamos que las tres tuvieron mala suerte.
Fionna quería a un Tobias, pero decidió que Augustus Watters seguro era mejor en la parte de los museos.
Bonnibel a un Edward Cullen.
Y Marceline a un Patch Cipriano.
Pero la vida es injusta, no les tocó eso.
Marshall se acercó a Marceline.
-okay Marceline, vamos a hacer esto, voy al Bali y tu haces el proyecto- dijo Marshall sin importancia.
-mira decerebrado de mierda, o haces tu parte o te dejo sin cabeza- se quejó Marceline.
-me vale un comino- se quejó el pelinegro.
Marceline enojada lo evadió y fue a quejarse din el maestro, quien rechazó su propuesta de "cambio de compañero" okay cuando dijo que quería a un Patch Cipriano, no se refería a que el maestro fuera tan inútil como en el libro.
Esto será horrible...
-okay ilusa- dijo Marshall sonriendo- supongo que serás mi compañera...-