|| CAPÍTULO 1 ||

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Liam.

Mi primera clase se trataba de la historia de gastronomía, el profesor se presentó con una gran diapositiva que contenía un meme. Decía algo de "estudien, que el extraordinario no es el recalentado" Mi profesor se llama Benjamín Lázaro.

Ayla me quitó una pelusa que tenía en mi sudadera, nos quedamos mirando fijamente y joder mi corazón acelero tan rápido al ver sus ojos y sus mejillas sonrojadas, miro por otro lado y se apresuro en irse, no me di cuenta que había un chico fuera del salón esperando, supuse que en la siguiente clase le tocaba en ese salón, hasta que vi que Ayla lo saludo de beso y no fue un beso en el cachete si no en los labios. En ese momento deje de ver por la ventana y empecé a guardar mis cosas y ver mi celular.

Comprendí que eso de conocerla ya no se podría, no se porque supuse que ella no tenía novio, aparté, ¿cómo le iba a hablar?.

Ella debe de recibir todos los días muchos comentarios de lo bonita que es y supongo que ella debe de estar cansada de eso.

Simplemente es complicado fijarte de alguien tan bonita y no quiero hablar solo de su físico si no también de la energía que me transfirió llena de paz y calidad.

Ayla.

Hoy es mi primer día en una de las grandes escuelas de gastronomía, hoy mi novio Mario me iba a llevar a mi escuela, mientras el se iba a su escuela, que está a 15 minutos de la mía.
Lo estuve esperando por 5 minutos, cuando empezaron a pasar 10, luego 20 hasta llegar a una hora, le marqué como 25 veces y solo me mandaba a buzón. Ya era demasiado tarde y me tenía que ir, no quería llegar tarde en el primer día, no me gustaba todas esas miradas dirigidas así mi, cuando le pides al profesor "si te permite pasar" y hay solo dos posibilidad que te humille para no entrar o te permita pasar.

Así que me salí de mi casa y pedí un Uber que me llevará y aún así llegué 22 minutos tarde, lo que no quería que pasará, paso. Y bueno es que el profesor no fue tan duro conmigo, me senté en la primera banca que estaba enfrente, adelante de un chico de ojos de miel y no pude evitar recordar la canción de Zoé - Miel. Es una de mis canciones favoritas, sus pestañas estaban demasiado largas, su piel blanca, con pocas pecas en el rostro, su cabello castaño lacio.

Me pareció muy lindo y rápidamente sacudí mi cabeza a de un lado y el otro, por pensar así. 

Cuando acabo la clase le regresé su pluma a Liam, le di las gracias el estaba vestido con un pantalón de mezclilla y una sudadera de color gris la cual tenía una pelusa por el cuello y supongo que por instinto se la quite, nos quedamos mirando fijamente que me sonrojé por un momento.

Me aleje rápidamente de él y me despedí, cuando miré por la ventana estaba afuera del salón, ¡Dios!... Me dirigí rápidamente hacía el y le di un beso en los labios. Al estar más cerca de él me di cuenta que estaba enojado.

-¿Qué mierda estabas haciendo?

- Perdón...

-Acaso no escuchaste.

-Si...

- ¿Estás estúpida o solo te haces?

- No, claro que no, no tienes porque hablarme así...

Me jalo tan fuerte del brazo, todos los que estaban en el pasillo se nos quedaron mirando y susurrando. Yo solo pedía que alguien me ayudará, pero no pasó.

Me llevo al estacionamiento y empezamos a hablar, o más bien el a gritarme y yo solo estuve llorando y escuchando cada uno de sus insultos.

-¿Por qué no esperaste a que llegará por ti?

-Te estuve marcando por más de una hora...

- ¿Acaso crees que me importa? Si te dije que pasaba por ti, debes de esperarme, hasta que llegue.

- Ya era demasiado tarde...

- No me vengas con estupideces, si llegas tarde no es mi maldito problema.

- ¿Por qué no contestabas? Dude un momento en preguntar.

- ¿Te tengo que dar explicaciones?. Por eso no quería que entraras a esta estúpida escuela, lo primero que hiciste fue andar de zorra.

- ¿Acaso crees que no te Vi con ese idiota? Parecía que ya estaban por besarse.

- Solo le regrese su pluma y me despedía.

- ¿Y tus plumas dónde las dejaste?

- Se me olvidaron, por estar lista a la hora que acordamos.

- Ahora es mi culpa, ¿no?

- No, claro que no, de verdad lo siento.

- No me vengas con un estúpido perdón, solo por eso querías venir a esta escuela, para ponerme los cuernos aquí, para que no pudiera observar todo lo que haces.

- Claro que no, solo le hablé para que me prestará una pluma y agradecí por eso. 

- Puras excusas pones.

Me sentía tan mal, sin saber que responder... Cuando de repente me soltó una cachetada, el jamás me había pegado solo eran sus escenas de celos, gritos e insultos.

- Maldita sea Ayla, ¿ya viste lo que me hiciste hacer?

En ese momento solo sentí como mi mente se ponía en blanco, no podía creer lo que acababa de pasar, mi corazón estaba a mil por hora, se cortaba mi respiración y en ese mismo instante empezaron a caer lagrimas en mi rostro, tuve tanto miedo cada vez me estaba gritando más fuerte, ya solo estaba esperando si me iba a soltar otra cachetada.

- ¡SUBE AL AUTO AYLA!

- No lo haré.

- ¿Acaso quieres otra cachetada? Y no solo te voy hacer eso.

-Ey! Ustedes deberían de estar en su clase.

Reaccioné rápido y aproveché la oportunidad, si el solo me vino a dejar unas cosas y salí corriendo, para dirigirme a donde sea que no esté el.

- AYLA!

-Adiós Mario, tengo clase.

Su expresión era tan fría y llena de rabia que de verdad me daba miedo, cuando saliera de la escuela. ¿el vendría a buscarme, le diría algo a mi abuela? 

Cuando vi que ya estaba completamente sola, me senté en el suelo y me abracé, acaricié mi mejilla me ardía del dolor, estaba tan roja que esperaba que se quitará pronto. Empece a llorar cada vez más fuerte, no quería llorar, pero fue inevitable.

Mientras estaba sentada sollozando en el pasillo, voltee a ver las escaleras y vi como Liam se acercaba, preferí tapar mi cara con mis brazos para que no viera que estaba llorando, de verdad esperaba que no me haya visto o escuchado. Sentí su mano en mi hombro, no quise levantar la mirada estaba llena de vergüenza, sin decir nada Liam se sentó a lado de mi. 

Las alas no te ayudarán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora