|| CAPÍTULO 5 ||

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                                                                               Liam.

Cuando vi a Ayla, no sabía como hablarle o que decirle no quería presionarla, tenía que ir más despacio como me recomendó mi mamá. Mientras mas me acercaba a ella pude observar las ojeras que traía, sus ojos rojizos y la enorme sudadera que traía puesta que claramente no era de ella. En las mañanas hacía frío así que entendía que se pusiera esa sudadera que claramente era de el o le gustaba la ropa oversize, pero cuando la conocí me pareció todo lo contrario.

- ¿Por qué faltaste tanto?

- ¿De verdad te diste cuenta de mi ausencia?

- Claro que si, estudiamos lo mismo y coincidimos en algunos horarios, había como cuatro profesores preguntando si alguien te conocía al pasar la lista.

- ¿Y tú respondiste?

- Claro que si, pero no había mucho que decir. No sabía de ti.

- Lo siento tanto. Dijo en voz baja.

-No te debes de disculpar, solo hay que pasarnos nuestros números para informarles a los profesores que no viniste a clases, porque te fuiste de viaje, por trabajo, no lo sé.

- Me resfríe... sonaba un poco incomoda.

- ¿Y cómo te sientes ya?

- Ya mejor, gracias. Aunque se me olvido mi receta médica.

- Si, es importante que justifiques tus faltas, para que te dejen entregar las tareas y trabajos que dejaron los profesores durante esos días.

- Es verdad las tareas y trabajos se me fueron por completo, se me paso por completo me había ya era tarde, y no quería volver a llegar una hora después de que comenzó la clase.

- No te preocupes, yo te paso las tareas y todo lo demás.

- De verdad gracias. ¿Has estado llegando tarde a las clases?

- No, pero he podido observar por los demás compañeros que llegaron tarde.

- ¿Y cómo les fue?

- Fatal les dijo este mismo profesor que " Ya no los quería volver a ver en su clase"

Ayla estaba tan asustada, se notaba por su expresión.

- Estoy bromeando contigo, este profesor llega tarde por veinte minutos.

- ¡No puede ser!

- Si y lo peor es que su clase es de costos.

- ¿ De verdad eso es lo peor?

- Claro.

- Jajaja, yo soy buena en las matemáticas.

- Yo también solo estaba viendo si ibas a necesitar ayuda.

- ¡Ay ajá Liam!

- ¡Oh! Es la verdad.

- Entonces vamos a apostar.

- ¿Qué quieres apostar?

- Lo que sea.

- Mmm, el que pierda le tendrá que hacer un desayuno o comida al otro.

- ¿Es enserio?

- Si, me gustaría ver tus dotes de gastronomía.

- Sabes que no me gusta, pero aún así antes lo hacías y supongo que lo hacías bien, ¿no?

- Quiero pensar que si, mis papás lo decían o quién sabe a lo mejor lo decían por miedo a lastimar mis sentimientos.

- No quiero morir intoxicado.

Las alas no te ayudarán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora