Anhelar más.

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Habían pasado días, en los cuales Baji no dejaba de pensar en tal hermoso arte en el cuerpo del contrario, el cosquilleo que temía sentir en sus caninos, lo sentía en sus labios, que picaban con ganas de poder hacer contacto con la piel del brujo, ese anhelo de poder acariciar su fino y esbelto cuello pálido, pasar su dedo hasta delinearlo, depositar suaves besos haciendo un recorrido desde aquél tatuaje hasta sus pómulos, donde besaría con tanta ternura sus mejillas hasta llegar a sus delgados labios, el fantasear hizo que la sangre subiera a su cabeza, su rostro estaba sonrojado, su corazón estaba acelerado, se sentía algo depravado. 

—¿Baji? 

La voz de su amado hizo que saliera de su avaro pensamiento pecaminoso, tenía en claro que ama aquel brujo, pero no de forma sexual, talvez era que sus hormonas se exaltaron al observar al brujo mostrar más de su piel. 

—¿Sucede algo?— Volvió a preguntar, aquél vampiro estaba algo distraído, con la cara roja y sin dirigirle la mirada, algo estaba raro. —Estas más extraño que de costumbre. 

Apartando la vista, tosió un poco para aclarar su garganta y calmar su cuerpo, se sentía algo avergonzado por sentirse así, no era un niño o un puberto como para no poder lidiar con una situación como esta, pero no iba a negar que era la primera vez, en sus siglos de vida, en el cual siente algo de lujuria. 

—Kazutora...

—¿Mmh?— No estaba haciendo nada importante, solo leía un libro para pasar el rato pero ahora estaba dando toda su atención al azabache, suponía que iba a decir su inquietud, pues estuvo llamándolo y a ningún llamado respondía. 

—Te amo. 

Oh, solo era eso, pensó. 

Se limitó a sonreír y cerró sus parpados, era normal oír tales palabras, con razón se le hacía extraño el comportamiento del vampiro, no había escuchado en el día alguna de sus confesiones, no respondió y siguió leyendo su libro, aunque sus latidos se hayan acelerado, no era nada de lo cual ponerse tan inquieto pues desde que comenzaron a convivir, el vampiro siempre le repetía su amor, Kazutora no lo pensaba tanto, solo disfrutaba el escuchar esas palabras y de la compañía del contrario, porque a pesar de que le dijera cuanto lo amara, no había nada más, solo eran palabras. 

—Lo sé, Keisuke.— Se atrevió a contestar, sin apartar su vista de las hojas del libro. 

Después de tanto tiempo conviviendo juntos, Baji sentía que debía de hacer algún movimiento, antes no lo hacía por temor a ser rechazado y porque nunca respondía a su confesión, pero hoy lo había hecho, el brujo había confirmado que sabía sobre su sentimiento hacia su persona, iba a dar un paso más, iba a ignorar aquel temor de arruinarlo todo con un paso en falso, se levantó y se dirigió hacia el brujo, viendo como el de mechas rubias seguía en la misma pagina, en ningún momento lo cambió a la siguiente y eso hacía que su corazón latiera con más fuerza, porque Kazutora estaba prestando totalmente su atención a sus acciones aunque tratara de disimularlo torpemente. 

—Kazutora. 

El mencionado, que estaba sentando en uno de los sillones, levantó su mirar, viendo fijamente el rostro ruborizado del vampiro, el como su rostro estaba avergonzado, la vergüenza comenzaba a contagiarlo, sintiéndose de la misma forma por la mano del azabache que subió a su mejilla, sintiendo el frío tacto de su palma contra su pómulo, la sangre hervía en su rostro. 

Baji le quito aquel sombrero que cubría gran parte de su rostro, dejando al descubierto sus facciones, sus grandes ojos de color ámbar, que se movían inquietos analizando cada acción que estaba haciendo, el pelinegro llevó su otra mano para acomodar los mechones que cubrían uno de sus ojos del brujo, ahora podía contemplar perfectamente todo su ser, sus labios delgados y rosados brillaban por la luz de la habitación, viéndose tan apetitosos que hacían cosquillear con intensidad sus propios labios, se agachó, siendo cauteloso en no cometer algún error, sin despegar su mirada de la contraria, comenzando a unir suavemente sus labios con los del de lunar, llegando a juntar ambas bocas en un tranquilo roce gentil, por la cercanía ambos hombres cerraron sus parpados, dejándose llevar por el dulce beso que comenzaba a subir cada vez más de intensidad. 








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Baji horny. 

El Vampiro Embrujado. || 「BajiTora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora