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—Entonces, ¿cuál es tu plan? —me crucé de brazos y me senté en la gran cama de Cait una vez Jayce salió de la habitación.
—Iremos a la prisión Still Water Hold —dijo con la mirada fija en el mapa—, obtendremos respuestas del preso.
—¿En serio iremos? —pregunté emocionada, era la primera vez que la acompañaría a un lugar. Ella asintió con una diminuta sonrisa en el rostro.
Necesitábamos recopilar información sobre Silco y Jinx, quien según Cait, fue ella quien hizo la explosión hace unos días.
Ambas nos pusimos nuestros uniformes y rápidamente fuimos a la prisión en lo que parecía ser un barco pequeño. Todo estaba oscuro, lo único que nos iluminaba era una pequeña lampara, lo que hacía muy difícil ver a nuestro alrededor y más aún con la neblina.
Entramos al tenebroso lugar encontrándonos con un vigilante.
—Necesitamos hablar con uno de los presos.
—La gente de aquí adentro no suele hablar mucho —su voz expresaba algo de aburrimiento.
—Este fue víctima de fuego, amigo —dijo Cait de manera irritada—. Tiene razones para hablar, debieron mandarlo ¿hoy?
La mire esperando aprender demasiado de ella.
—Ah, el preso 2135 —miro lo que parecía ser varias hojas en su escritorio—. Me temo que no será posible.
—¿Por qué? —pregunté, curiosa. El vigilante me miro, hasta el momento no había hablado.
—Hubo un accidente —Cait lo presiono a seguir hablando—. Uno no tan agradable.
—Tengo que hablar con él.
—Lo podrás hacer, en cuanto pueda mover la mandíbula de nuevo.
—¿Quién lo atacó?
—La presa 516...
—Iremos a hablar con ella —dijo firme y se dirigió hacía el elevador. La estaba siguiendo cuando nos interrumpieron.
—Solo puede ir una, que se quede la más novata —me miró—, además que la reclusa no puede recibir visitas.
—Eso es injusto —me crucé de brazos y lo miré, molesta.
—No eres del todo una vigilante —me miro con más aburrimiento que antes.
—Estoy en proceso de serlo, cabeza hueca.
Ninguno se rindió con el juego de miradas, pero aun así no cedió a dejarme pasar, por lo que Cait tuvo que ir sola.
—Eres malo —me senté en el piso, sintiendo el aburrimiento y la decepción de no poder tener una aventura.
