Arcane | One Shots.

9. Jinx.

Junto a mí.

—¡Hazte a un lado! —le di un pequeño empujón con mi hombro.

—¡¿Qué te pasa, loca?! —me devolvió el empujón— ¡Casi haces que me atragante!

—Eso seria un alivio —rodé los ojos. Y le pedí al chico que estaba atendiendo un trago.

—Ja, apuesto a que no podrías vivir sin mi —sonrió de forma malévola—, yo hago que tus días no sean aburridos.

—Lo son desde que llegaste —le di un pequeño golpecito en la frente.

—Claro que no, es porque te juntas mucho con la idiota de Sevika —hizo una cara de asco—. Mejor me alejo, no vaya a ser contagioso.

—Pfff, si ella es genial —dije intentando esconder una sonrisa, quería molestarla un poco y lo logré al ver que su mueca divertida pasaba a una de enojo.

—Ella no es más genial que yo —bebió de su bebida—, pero es tu problema si quieres vivir llena de aburrimiento.

Me encogí de hombros.

—Sería interesante una vida tranquila —acomode mi cabello y sonreí ladinamente.

—¿Sabes qué? —se paró— Quédate con la piojosa. Pareces muy feliz a su lado, les deseo la peor de las suertes, que se caigan el día de su boda, que tu vestido este lleno de caca y que a ella le falte el otro brazo.

Se iba a ir, pero la retuve del brazo riendo por sus ocurrencias. Con delicadeza la senté a mi lado y acaricié su cintura.

—Era broma, tonta —me acerque más a ella—. Por supuesto que me haces feliz, eres genial en todos los sentidos —bese su mejilla mientras ella me miraba atenta—. Jamás me aburriría de ti.

—¿Lo prometes? —preguntó con un hilo de voz, realmente mi corazón se estrujo por su mirada frágil.

—Lo prometo.

[...]

Reíamos sobre algo que había hecho Jinx, sobre una bomba de humo con colores que estalló cerca de un señor, llenándolo todo de pintura.

—Hubiera estado ahí —sequé una pequeña lágrima que salió de haber reído tanto.

—Para la otra lo haremos juntas —se abrazó a mi espontáneamente. Adoro esos abrazos, me hacen sentir que soy importante para ella.

—Sera después, tenemos que ir por carga de brillo —Sevika apareció a nuestro lado, con cara de desagrado al ver a la peliazul.

—Agh —se separó de mí.

—Iras a parte —la morena se puso enfrente de ella, impidiendo que siguiera avanzando.

—¿Por qué? —me cruce de brazos.

—Porque lo arruino la vez pasada —hubo una guerra de miradas entre ellas hasta que volteó a verme—. Vamos ___ —nos dio la espalda. Por el rabillo del ojo pude ver que Jinx bajaba la mirada.

—Iré con Jinx —dije rápidamente, Sevika volteó con cierta molestia.

—¿Qué?

—Que iré con mi novia —tome su mano, entrelazando nuestros dedos y ella rápidamente sonrió viendo de manera burlona a Sevika.

—Como sea —se alejo de nosotras.

—¡Si! —empezó a dar unos cuantos saltitos— ¡Diversión para las dos!

—Espero que te descontroles —besé sus labios bajando un poco mi cabeza. Al separarnos deje una caricia en su mejilla.

—Vamos, que las cosas no explotaran por si solas —canturreó. Corrimos con la risa de Jinx de fondo, sintiéndome plenamente feliz de tenerla a mi lado.