Día 4: ¿Milagro?

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Johnny se encontraba dejando todo los documentos en orden en cuanto a su empresa, había llamado a Julie Pierce su abogada, quien no creía lo que escuchaba, pero simplemente empezó con los trámites y papeleos de lo pedido por el rubio.

─ Disculpe que lo interrumpa señor.

─ ¿Qué sucede Carmen? ─ no levanto la mirada de los documentos que leía.

─ Pues...- La mujer morena estaba nerviosa, no tenía mucho de ser su secretaria personal, y sabía que lo pediría acabaría con sus posibilidades, pero importante. ─ Necesito ausentarme por 2 horas.

─ Claro, puedes tomarte la tarde libre. ─ Respondió de manera automática sin mirarla.

─ Señor, no me malentienda... ¿ah? ¿Disculpe?

─ Te dije que puedes tomarte todo lo queda del día, y ya mañana vuelves. ─ Ahora si levanto la mirada.

─ ¿De verdad?

─ Ya te dije que sí. ─ dejo los papeles a un lado. ─ Carmen imagino que debe ser algo de suma importancia si has venido a solicitarme salir. Así que tomate el día de hoy, pero espero que mañana vengas lista porque tendremos mucho trabajo que hacer.

─ ¡Gracias señor!

La chica le regaló una enorme sonrisa y salió apresuradamente, todos en la empresa murmuraban, pero nadie se atrevía a preguntar.

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Susan se encontraba frente a un orfanato, lo miraba con suma atención, según sus últimas investigaciones Lawrence había estado ahí más de una vez.

─ ¿Susan?

La pelinegra volteo y miro a la persona de manera seria, por dentro estaba sorprendida y nerviosa.

─ ¿Dutch? ¿Qué haces aquí? ─ Habían pasado algunos meses sin verlo, y con sus respectivos trabajos, era muy complicado.

─ Pues estoy trabajando aquí... y no vas creerlo, pero fue Lawrence quien me lo pidió.

─ ¿Cómo que fue Lawrence? ─ Dejó de lado sus sentimientos por Dutch, para prestar atención a lo reciente dicho por el rubio.

─ También me sorprendió verlo, y ciertamente iba a negarme a lo que fuera a pedirme, pero se trataba de un orfanato.

─ Lo entiendo, de hecho, igual fue a verme para un trabajo.

─ Sabes cuándo me pidió hacer esto, note como si estuviera hablando con Johnny. Eso suena tonto ¿no crees?

─ No lo es, ciertamente yo también lo pensé, sabes a mí me sonrió como lo hacía en el pasado y me sentí como antes al estar con todos ustedes.

─ Jajajaja lo recuerdo, ciertamente éramos una familia, fue una lástima que esa familia se rompiera. ─ sonrió de manera melancólica.

─ Extraño eso.

─ También yo.

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Terminaba de firmar unos papeles cuando la puerta de su oficina fue abierta con brusquedad.

─ ¡John!

─ ¿Jimmy? ─ Eso no se lo esperaba, porque estaba el aquí.

─ Vine a verte.

─ Me doy cuenta de ello, pero si no mal recuerdo les dije que no quería ver a ninguno de ustedes nunca más en mi vida. ─ respondió de manera fría.

─ Vamos, deja de comportarte como un idiota, además me entere que has ido a ver a Susan, Dutch y a Bobby.

─ ¿Cómo lo sabes? Bobby te conto ¿verdad?

─ Si lo hizo. Pero que te hizo cambiar de parecer, tú juraste que te mantendrías alejado.

─ Paso que caí en mi propia mentira, eso paso.

─ ¿No harás nada? 5 años Johnny... han pasado 5 años desde que te alejaste, y contigo todos nos separamos, casi no hablamos y es extraño encontrarnos.

─ Hice las cosas mal ¿no?

─ Siempre fuiste un hombre con buenas intenciones, pero eso no quita que no los dejaste decidir.

─ Así que fuiste tú el que le conto a Bobby.

─ De hecho quise contarles a todos, pero ninguno quiso creerme, tu actuación era muy buena. La verdad no sé porque me creyó Bobby, pero a pesar de saberlo respeto tus deseos.

─ Y agradezco que lo hiciera, eso me mantuvo firme para hacer lo que hice durante estos años.

─ ¿Entonces me contaras?

─ No creo que vayas a creerme.

─ Pruébame.

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Carmen no podía creerlo, alguien estaba pagando por el costoso tratamiento de su hermano, era un milagro, ahora se encontraba hablando con el Dr. Brown quien era el que trataba el caso de su hijo Carlos.

─ ¿Entonces iniciarán con el tratamiento?

─ Mañana iniciaremos con la quimioterapia, y ya está buscando donante para su trasplante.

─ Gracias, gracias. ─ Abrazo al doctor, mientras lloraba de felicidad.

─ No me lo agradezca a mí.

Y por algún motivo ella recordó las palabras de su jefe "¿Hay algo que te haría feliz?" aunque no sabía cómo este lo averiguo, ciertamente lo agradecía, por primera vez sonreía con verdadera esperanza y felicidad.

Parte de la gema cambio de rojo a azul, y el rubio no se había dado cuenta de ello.

12 Días (LawRusso) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora