Día 9: Casualidad o destino

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Se encontraba en el centro comercial, esperaba a Susan para entregarle el cuento, ciertamente estaba satisfecho con su trabajo. Caminaba rumbo al área de comida, entonces sintió chocar con alguien bajo la mirada y vio a una niña.


─ Perdone señor. ─ respondió tímidamente la niña.

─ Perdóname tú a mí, no te vi. ─ entonces noto que nadie acompañaba a la niña. ─ ¿dónde están tus padres? ¿Cómo te perdiste?

─ Vine con mi papá y mi hermano para comprar regalos para mis amigos. Pero me distraje y ya no los encuentro.

─ Bueno si quieres te ayudo a buscarlos. ─ sonrió el moreno tratando de transmitirle confianza a la niña. ─ ¿Cómo te llamas?

─ Me llamo Samantha, pero puede decirme Sam.

─ Mucho gusto Sam, yo me llamo Daniel.


Durante 2 horas buscaron, pero la niña no veía ni a su padre o a su hermano, así que recordando que Susan pronto llegaría, habló con la niña dispuesto a invitarla a comer, Sam aceptó un poco insegura, pero disfruto de los alimentos, mientras que el moreno buscaba señales de su pelinegra amiga, si darse cuenta dejo el cuento a la vista de la niña.


─ ¡Ah! Mi cuento...

─ ¿Qué?

─ Ese cuento lo escribí yo, papá me prometió que lo mandaría a componer y le pondría dibujos. ─ alegó muy contenta.

─ ¿Tú lo escribiste?

─ Sí, mis amigos les gusta que lea historias sobre el rey Daniel y el rey John.


El moreno estaba asombrado ante declaración de la niña. Quería preguntarle, pero toda intención murió, al ver como ella se levantaba sonriente.


─ ¡Papa! ¡Anthony!


Su asombro fue mayor al ver a Johnny quien corría junto a un niño a abrazar a la pequeña castaña.


─ Sam no sabes cuánto me asuste. ─ abrazaba fuertemente a la pequeña. ─ No vuelvas a hacernos esto.

─ Perdóname Papi. ─ bajaba la cabeza tristemente.

─ Está bien, ya todo paso. ─ le sonrió cálidamente.


Johnny quien se había puesto de rodillas para abrazar a la pequeña, se levantó para agradecer a la persona quien había cuidado de ella, pero toda palabra murió en su boca para ver de quien se trataba.


─ Lawrence. ─ a pesar de que intentó sonar indiferente, claramente sonó que estaba dolido, porque no sabía que el rubio había tenido hijos.

─ LaRusso. ─ contestó de manera fría y distante, imaginaba lo que pasaba por la mente del moreno, pero, aunque quisiera no debía explicarle, después de todo ya solo le quedaban 3 días.

─ Papi en verdad cumpliste tu promesa, ese hombre le puso dibujos a mi cuento. ─ hablaba una alegre Sam.


Daniel entonces cayó en cuenta que quien pidió restaurar aquel cuento fue Johnny, pero se le hacía muy cruel que usara a su hija y que además la hiciera usar sus nombres como personajes, es que acaso no le importó romperle más el corazón. Lo vio a los ojos y noto que en verdad al millonario no le importaba sus sentimientos.


─ Que bien Sam, al fin podrás leerle el cuento a Johnny y a todos los niños en el orfanato. ─ Anthony estaba emocionado por ver las ilustraciones.

─ Shhh... Anthony sabes que no podemos decirle aquí Johnny sino papá para que las locas no se le acerquen ─ reprendía la niña a su hermano.

─ Perdona.

─ ¿Qué? –Daniel miraba a los tres con mucha duda, ya no entendía nada.

─ Al parecer los niños en este día quieren mi exclusividad nada importante LaRusso. ─ respondió de manera tranquila el rubio. ─ Anthony, Sam vámonos a casa.


Sam tomó el cuento para después ponerse a un lado de Johnny y tomarle la mano, mientras su hermano hacía lo mismo del lado contrario.

─ Susan tiene tu dinero, gracias por tu ayuda.


El de ojos color chocolate los vio alejarse no perdió detalle de los 3, solo hasta que desaparecieron de su vista, entonces vio llegar a su amiga. Susan noto la mirada molesta de su mejor amigo que claramente decía que le debía una explicación. En esos momentos solo podía maldecir a su novio por haberla retrasado.

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Ali Mills siempre creyó conocer perfectamente a Johnny o eso creía, porque todo cambio cuando a los 17 empezó a tomar parte de las responsabilidades de industrias Weinberg, y aquel chico bromista, sarcástico y querido por todos desapareció, dejando a una persona demasiado arrogante y egoísta, ella permaneció a su lado cuando todos se fueron con la esperanza que su mejor amigo regresara, con la firme convicción de que aquel chico amable aún seguía ahí en algún lugar, pero con el paso del tiempo se resignó a que no podría recuperar a su querido Johnny.

Ahora estaba curiosa, porque había recibido una llamada de la nueva asistente de Johnny (cosa que le dolió profundamente, porque entendió que le reemplazo sin dudarlo) quien le explicaba que el rubio la citaba en un restaurante. En un principio se negó, pero después de que la chica casi le suplicará que fuera porque no quería perder su trabajo, la mujer no tuvo otra opción. Por órdenes de la chica se vistió lo más elegante posible y una limusina fue por ella, eso ciertamente la descoloco. "¿Qué es lo que planea?" era lo que se preguntaba, se asombró al ver el lugar donde había sido citada, entró con un poco de temor y fue guiada por un mesero a hasta su lugar asignado, ahí todo estaba espléndidamente adornado, tomó asiento esperando la aparición del genio, nuevamente apareció el mesero, quien le entregó una nota.


Sabes Ali desde que te conocí supe que serias un dolor de cabeza y ciertamente no me equivoque, aun así, debo reconocer que eres alguien excepcional por haberme soportado y callado durante 5 años, y cuando pudiste abandonarme no lo hiciste. Así que hazte un favor, piensa en ti por esta vez.

Se feliz con el persona que amas, porque solo un ciego no notaría que ustedes están jodidamente enamorados el uno del otro.

P.d. Solo hago esto por acto de caridad, porque estoy completamente seguro que si fuera por ustedes no se dirían nada, y así seguirían hasta hacerse viejos.

Atte.

John M. Lawrence


Sin poder evitarlo derramó pequeñas lágrimas, y a lo lejos distinguió a Bobby por lo que se limpió el rostro, y le dio una sonrisa. Aunque las palabras sonaran crueles, ella sentía la amabilidad del rubio y el deseo de que fuera feliz con Bobby. Por lo que tomó la decisión de expresar sus sentimientos. En ese momento fue enormemente feliz.

Johnny miraba distraído el caer de la nieve en su solitario apartamento sin notar que nuevamente una parte de la gema cambiaba de color.

12 Días (LawRusso) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora