Capítulo 8, El secreto de La luna Infernal (1/2)

58 6 3
                                    

Naraku se encuentra en su guarida muy pensativo, con un rostro lleno de frustración, ya que su plan de asesinar a Kikyo ha fracasado. Mientras recuerda su pelea con inuyasha Y Ryuken, su ira incrementa todavía más, para luego decir en su mente lo siguiente:

<< Estaba tan cerca de matarla, y tan cerca de deshacerme de todos ellos, pero esas sabandijas tuvieron que regresar más fuerte que antes. No puedo creer que Ryuken sigue vivo, y no tiene sentido que después de tantos años de esconderse, venga cuando casi completo la perla de Shikon. Si voy a deshacerme de tanto Ryuken como Kikyo, debo quitarme a ese perro asqueroso, llamando Inuyasha >>

Siendo ya de día en la era Sengoku, tanto Inuyasha como Kagome acaban de llegar a la aldea de Kaede, y son bien recibidos por Miroku, sango y Shippo. Miroku al verlos, pregunta con buen ánimo lo siguiente:

- ¿Cómo han estado, pudieron descansar bien?

- Muy bien monje Miroku, aunque me lleve un susto en casa, porque Inuyasha casi explota mi cocina.

- Ya te dije que lo lamento- expresa Inuyasha avergonzado.

- Inuyasha Como siempre de tonto y descuidado- comenta shippo.

- ¿y quién pidió tu opinión pequeño mocoso?- dice Inuyasha un poco molesto.

- Ya inuyasha, no es momento para que se pongan a pelear.

- ¡Ja, si claro! Mejor dile eso al metiche del zorrito.

- Bueno muchos llego la hora de seguir nuestro viaje. Aunque Ryuken y la señorita Kikyo están tras de Naraku, nosotros no podemos quedarnos atrás- expresa Miroku decidido.

- Así es, primero debemos encontrar a ese desgraciado de Hakudoshi. Ese maldito pagara bien caro lo que le hizo a Kaede- dice Inuyasha.

- Ten por seguridad que te ayudaremos Inuyasha. No sabes cuánto nos alegra que estés convida, y parece mentira que estés vivo aquí con nosotros- expresa Kagome conmovida.

- Les prometo no volver a preocuparlos.

Mientras tanto, tanto Ryuken como Kohaku están entrenan sus habilidades con la espada, y Ryuken tiene sus marcas demoniacas disueltas, y sus ojos ahora son de color azul. La razón de esto, es que decidió adoptar su forma humana, para no herir a Kohaku con su fuerza mientras entrenan. Kohaku muestra un gran desempeño en el combate, de tal magnitud que logra herir un poco a Ryuken en el brazo, y Kohaku expresa muy avergonzado lo siguiente:

- Yo, lo siento mucho señor, ¿se encuentra bien?

- Descuida Kohaku, no pasa nada, recuerda que soy medio demonio- dice Ryuken con un tono tranquilizador-. Pero si vas a entrenar a otros exterminadores, debes tener mucho cuidado.

- ¿Entrenar a otros cazadores, a que se refiere?

- Bueno, por alguna razón, creo que serás un gran líder para los exterminadores.

- Yo... no sé qué decir, ¿usted cree, que un débil como yo lograría eso?

- Hey, no te menos precies Kohaku, la fuerza no siempre se trata del ámbito físico, y nunca es tarde para superarnos cada día.

- ¿De verdad?- pregunta Kohaku conmovido.

- Dalo por hecho joven- dice Ryuken con tono optimista-. Inuyasha solía depender mucho de su espada, pero al esforzarse mucho con entrenamiento, se ha superado notablemente. Pero cada esfuerzo da resultado, si crees en ti mismo.

- Tiene razón señor, muchas gracias.

Por otro lado, Kikyo está curando está ayudando a una chica a dar a luz, y poco a poco él bebe está saliendo del vientre materno. El parto logra ser un éxito, y kikyo sostiene al bebe mientras lo mira con mucha ternura, y le dice a la mama lo siguiente:

Inuyasha, el último viaje- Inukyo/ Mirusan AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora