Capítulo III

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Paso el resto de la tarde bajo uno de los árboles del jardín, incluso ya era de noche y ella seguía ahí sin mover un músculo, estaba consternada, no podía creerlo, seguía sin comprender cómo carajo era veintiuno de julio del año mil novecientos veinte, recordó aquella película de Volver al Futuro pero esto era Volver al Pasado, no debería estar bromeando con eso sin embargo necesita reír para no llorar ¡Cómo carajo acepta que regreso en el tiempo! ¡No tiene sentido! O sea, estaba en un maldito festival disfrutando con su mejor amiga, fue a un puente, se desmayó y ahora está cien años en el pasado ¡Qué coño está sucediendo! Es demasiado para su frágil mente que está entrando en pánico, si comienza a arrancarse el cabello lo esperaría.

Lo peor de todo es que Shinobu salió de misión y no puede hablar con ella de eso.

Estuvo pellizcándose con tanta fuerza a ver si estaba soñando que se dejó marcas, pensó en encerrarse en el cuarto a llorar como magdalena pero ¿de qué le serviría? Además de darle dolor de cabeza no solucionaría nada, en momentos así es que usa su teléfono o laptop para poner música a todo volumen y bailar, eso la ayuda a reducir estrés en un cien por ciento no obstante ¿de dónde saca algo parecido ahí dónde están? Cree que lo máximo que puede conseguir es un radio y oír una novela narrada, bueno, en esa fecha había músicos buenos pero no es la música que necesita justo en ese momento.

Si Dios decidiera llevársela en ese momento se lo agradecería, ya no quiere buscar soluciones para algo que a su parecer no lo tiene.


— ¿Mitsuki-san?


Busco con la mirada a quien hablo y cruzo ojos con el niño del día anterior, el que lleva la caja en la espalda, éste se acercó para agacharse a su altura.


— ¿Qué le preocupa? Si puedo ayudarla lo haré.


Hablo con tanta determinación que le lleno de ternura ¿cómo sabe está preocupada? Bueno, su cara no debe tener la mejor expresión del mundo... Le alegra quiera ayudarla así sea solo porque se parece a la otra mujer. Por trigésima vez se sintió vulnerable y los ojos se le llenaron de lágrimas, obvio notó que se preocupó, lo abrazo con suavidad para acariciarle el cabello rojizo, no quiere se preocupe por trivialidades cuando se imagina ya él tiene sus propios problemas.


—Solo hazme compañía un rato, ¿puedes?


Lo soltó para verlo con una sonrisa, él se veía un poco desanimado pero luego de un rato le dedico una mínima sonrisa al asentir, eso estaba mejor.

Al fin después de un día sabe cómo se llama el chico, Kamado Tanjirou, no pudo preguntarle la vez pasada porque todo sucedió muy rápido, Shinobu apareció y no dio chance de nada, así que ésta es su primera conversación oficial después del extraño encuentro. Le atino con la edad, tiene quince, indago en el tiempo que tenía cómo cazador y apenas son unos meses pero que ha avanzado suficiente como para subir un rango, impresionante, ya que quería distraerse siguió preguntando, ahora sabe usa algo llamado "respiración de agua" intento pedir una explicación sobre eso sin embargo quedo al aire por la manera en que el varoncito le intento explicar, lo bueno de todo fue que la hizo reír aunque la risa paso a segundo plano y es que no pudo hacer algo peor que preguntarle por qué se unió a la asociación, quería la tierra la tragara y masticara hasta no dejar nada de ella, no puede creer fue tan imprudente pero es que no espero le contase algo tan horroroso, de solo imaginarlo le tiembla todo y se le va el aliento, ella no hubiese podido con eso, tal vez ya ni existiese... Le parece tan admirable y fantasioso, es tan joven, tener que pasar por todo eso... No debería, él debería estar en casa con su familia haciendo lo de siempre no obstante todo eso le fue arrebatado por un ser miserable, sería la mejor palabra para describir a quién el niño llamo como Muzan.

Persiguiendo El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora