Capitulo 9/ El Hombre Aquél

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Miraba a Katina fijamente a los ojos mientras no dejaba de preguntarme quien era aquel tipo con el que me había encontrado en el bar con el cual tropecé y el cual me llevó a su departamento. Aquel tipo que me ha mensajeado hoy a las dos de la mañana.

― Ya te dije que no se quien es ―responde seriamente.

Por alguna razón sé que está mintiendo. Y claro, es obvio que miente ya que aquél hombre la conoce. Empieza a enojarme y a frustrarme el hecho de que el hombre no pueda salir de mi mente. Esta ahí y no puedo evitar pensar en el aunque no lo conozco, cosa qué, lo hace mucho más interesante.

― Se que me mientes ―aclaro.

Katina me mira con la expresión en el rostro vacía, no refleja nada, ni angustia, ni gracia o dolor. Ésta ahí simplemente, sentada esperando algo, no lo sé.

― Te estoy mintiendo, si ―afirma. ―Pero ¿para que quieres saber? ―pregunta y me hace enojar.

¿Porqué quiero saber quién es él?

Siempre me ha atraído lo desconocido, siempre me ha gustado todo lo que tiene un aura de misterio y terror y el lo tenia todo, todo eso y demás. El problema era ―es― que estoy casada y verme con ese hombre de la forma que deseo, sería traicionar a Riker. Aunque el me haya traicionado primero. Agacho la mirada y me quedo mirando el suelo y sus mosaicos blancos que van alineados, tan perfectos, que da miedo ver tanta perfección. Levanto la mirada y veo a Katina mirándome, en ningún momento aparta su escalofriante mirada de mi y comienza a darme pánico. Busco mentalmente una respuesta apropiada a su pregunta pero nada me sale y a mi mente de entre mis recuerdos, surge aquella pesadilla en la cual Riker y yo estamos encerrados en el ascensor del Instituto, rápidamente quito esos pensamientos de mi cabeza y me concentro en responder adecuadamente a Katina.

― Porque me ha estado molestando ―respondo, y se que no he dicho mentiras.

Deja de mirarme por primera vez en dos horas y guía la vista a su cabello negro ondulado. Empieza a sonreír de repente y me mira de nuevo.

― Es un viejo amigo de la primaria ―responde con nostalgia. ―Un amigo de la primera al que le gustas.

Me quedé congelada. Era un pésima broma, pésima broma de mal gusto nivel Katina Smith. No podía ser un amigo de la primaria de ella y que yo le guste porque yo no iba en la primaria con Katina, bueno si pero el último año, cuando la transfirieron a mi colegio.

― Es imposible que yo le guste porque jamás lo había visto, ni en el colegio, Katina ―respondo frustrada.

Me mira y puedo notar por primera vez la cruda de la noche anterior, de la catastrófica noche anterior. Empieza a sonreír como idiota y justo cuando iba a decirle de lo que moriría, mi celular sonó.

― ¿Qué? ―contesté enojada.

― Abby ―respondió una voz masculina del otro lado del teléfono mientras yo abría los ojos como si de pronto me costará respirar. Puse una mano en el auricular del celular y susurre a Katina "Es él", como era de esperarse, ella rió.

― ¿Quien habla? ―respondí lo más seria que pude tratando de ocultar una emoción que hasta ahora sentí.

Pero colgó. En vez de contestar, colgó.

― ¿Qué? ―preguntó Katina después de verme con la boca abierta de conmoción.

― Colgó.

Me levante de la cama, agarré mi abrigo, mi bolso y salí sin decirle adiós. Camine hasta mi departamento pero me detuve a medio camino para ir a tomar un café y relajarme. Caminé hacia el Starbucks más cerca de la ciudad y al llegar todo estaba tranquilo, justo lo que necesitaba. Pedí un café, normal, le di vueltas al asunto de el hombre aquél y llegue a la conclusión de que no valía la pena pensar en él porque Riker estaba ―está― conmigo y es todo lo que puedo desear en este momento, o al menos así era. Me levante del asiento y pagué el café, tranquilamente y sin presiones caminé hacia la puerta para ir a con Riker pero antes de salir, como en todas esas novelas clichés, choqué con alguien.

Era ese tipo. Y todas las conclusiones que había sacado hace menos de diez minutos se fueron a la basura.

― Disculpa ―dijo y sonrió. De lado.

La infidelidad jamás pasó por mi mente en la vida, pero dicen que para todo hay una primera vez y yo Abigail Thomson por primera vez en mis 20 años deseé ser besada, y si, besada por este hombre desconocido.

― No pasa nada ―contesté y di gracias al cielo por tener tanta seguridad en este momento.

Me miró, examinó y concluyó lo que yo esperaba.

― Eres la del pub.

Me sentí estúpida. No me enorgullecia que la gente me recordará por vomitarle en un pub de mala muerte a las 12 de la noche.

― Soy Thomson, Abigail Thomson. Ahora dígame ¿quien es usted y porqué me está acosando? ―pregunté con voz firme aunque moría como tonta por dentro.

― Te lo diré... Sólo si me acompañas a dar un paseo ―ofreció.

Ésta es mi oportunidad, sólo que hay algo malo aquí:

― ¿Está aceptando que me acosa? ―pregunté alarmada.

Me miró y soltó una pequeña carcajada.

― Nunca he dicho eso, Abigail.

Oh Dios. Cuanto deseo que me bese. Pero ¿que rayos me sucede? Esta no soy yo.

― Entonces ¿vamos? ―preguntó de nuevo.

Repase mentalmente las consecuencias:

• Alguien conocido podía verme y tomarlo como un engaño.

• Este tipo podría ser un asesino.

• Yo podría no controlarme y besarlo siéndole infiel a Riker.

O lo peor:

• Este tipo podría contarle a Katina lo que hablamos o que me estoy mordiendo el labio tan fuerte que me a salido sangre.

¿Pero aparte de eso? ¿Que más puede pasar?

― Vamos ―respondo segura tomando su mano.

Hola a todas las personas! ¿Me extrañaron? Díganme que sí o les corto la mano XD Es broma.

Bueno pues como es obvio, aquí otro capítulo de mi extraña y revuelta novela.

Díganme que les ha parecido esta vez en los comentarios.

¿Que piensan acerca de la decisión de Abigail? ¿Creen que está bien? ¿Que creen que pasará?

Voten, comenten y mensajenme mucho que yo las amaré y siempre contesto☺.|

—DarleyInYourDreams.

Terminamos (Riker Lynch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora