La rutina de Lucía.

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Su vato no le da tonce' me llama y voy, pide que le haga de to' to' to', mientra-

-¡LUCIA! ¡BAJALE A ESA MÚSICA PEDORRA QUE A MARTINA NO LE GUSTA!

-¡ME CHUPA UN HUEVO MARTINA!
¡YO LA TENGO QUE ESCUCHAR PONER SUS MIERDAS DE BARBIE AL VOLÚMEN MÁXIMO PORQUE APARTE DE SER CIEGA LA CONCHUDA TAMBIÉN ES SORDA!

-¡LUCÍA! ¡SI VOLVES A DECIR ESAS BARBARIDADES TE ARRANCO LA JETA!

-¡DALE! ¡ASI POR FIN TE DENUNCIÓ Y VAS EN CANA!

-¡VOY A ENTRAR A TU CUARTO!

-¡QUE MIEDO!

-¡YA ESTA! ¡ME CANSASTE!

La puta madre

¿Me voy por la ventana?
Ya fue, que me castigué después

Agarre mi caño de metal para destrabar la reja de mi ventana y salir al patio del vecino, cuando llegué le guiñé el ojo y el cerro la reja; acto seguido me subí al escalon del lugar y escale hasta llegar a otra reja que tenia una traba, pero gracias a mi altura se me hizo muy fácil saltarlo.
Delante de eso habia un techo de chapa inclinado que daba hacia un pedazo de cemento con forma rectangular, esta era una estatua hace un tiempo pero gracias a la balacera constante lo terminaron derrumbando.

Esquivé la rama que me había tirado el pibe de enfrente,
cuando llegué al borde del techo me agarré del árbol seco que parece plástico más que madera y me tiré hacía la brutalmente destruida estatua.

Ya en el suelo lleno de baldosas rotas debido a las raíces que nunca cortaron corrí hacia la pancheria de Rodrigo, el hijo de Gaspar. Como el ya sabía a que horas aproximadamente yo saldria a la calle escondiendome de mi familia, me dejo pasar y me escondí atras de un refrigerador fuera de servicio gracias al perro de Agustina, la hermana de Rodri.

Escuché un grito de mi mama y un golpe pero nadie le dio importancia ya que en este barrio escuchar gritos o golpes es como escuchar autos pasando por la calle, después le pedí un pancho a Rodri y cuando me lo dio fui corriendo a la casa de Lautaro, mi mejor amigo desde que me mudé a este barrio.

Cuando llegué para mi sorpresa la puerta estaba cerrada, asi que me sente en un escalón y me comí el pancho para saltar sobre una caja que el verdulero dejó y no volvió a buscar, me subí al techo y le toqué la ventana; un par de minutos después la abrió y yo entré a su cuarto.

-Que olor a verga que hay Laucha, te estuviste pajeando?

-Mi vieja esta al lado, asi que no.

-¿Que onda?

-Horrible, tengo la columna en la miseria.

-Yo también, quise hacer un ritual para que me deje de doler pero me parece que invoque al demonio que vive adentro de mi mama.

-Amiga, vi todo el parkour que hiciste para salir, fue tremendo.

-Lo hago todo el tiempo en realidad, pero suelo escapar de mi hermano.

-¿Escapaste de tu mama?

-Si, me parece que habia agarrado un bate, por eso me tuve que ir.

-En mi casa mi mama suele ser la que escapa, pero no de mi, si no de los murciélagos de Lola que la persiguen.

-¿Lola sigue teniendo murciélagos?

-Si, la hija de puta se cree bruja y manda a sus murciélagos para atacar mi mama.

-Pobre Susi.

-Si, pero por lo menos sabe cómo la pasé yo cuando ella decia que si yo no me dormía venia el cuco y me comía, la pasaba muy mal porque gracias a eso escuchaba ruidos todo el tiempo.

-Mi hermano me sigue diciendo eso, solamente que en vez del cuco dice que Charly García me va a comer.

-Tu hermano tiene que superar a Charly García.

-Lo se, pero aunque todos en la familia intentemos a el no le importa.

-¿Queres quedarte a dormir? Asi no te tenes que aguantar la cagada a pedos de tu mama.

-Dale.

-Mira que Lola es medio rarita, capaz te da una maldición.

-No te preocupes, no le tengo miedo a nada.

-¿Justo vos no le tenes miedo a nada? boludita.

-Yo silbó de noche y el pombero nunca me vino a buscar, es porque sabe que si viene a mi casa lo van a cagar a trompadas.

-Es verdad, ¿Te acordas cuando una vez fui a tu casa y pensaron que yo era tu novio?

-Si, mi papa flasheo confianza y te empezó a empujar hacia a la puerta.

-Que buen día fue ese, amiga.

-Si, casi me ahogué de la risa.

-Me acuerdo que parecía que te estabas convulsionando.

-Si, mi hermano pensó en llamar a la ambulancia.

-Tengo ese día escrito en mi diario, fue tremendo.

Los dos nos reimos a carcajadas por un buen rato hasta que nos empezó a doler la panza.

-Me voy a hacer una chocolatada, ¿Vos querés una?

-Nah, me la hago yo.

-Bueno.

Te falta calle pa'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora