Más que amigos - Minwon

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Wonwoo

Claramente hay una agenda para esta noche.

Esta noche será la máxima fantasía nevada.

A KJD le encantaría esto. Debo decirle lo que hemos estado haciendo. Quizás sirva de forraje para uno de sus libros.

Pero descarto esa noción tan rápido como aterriza en mi cabeza. Sus novelas terminan de una sola manera.

No puedo quedar atrapado en cómo Mingyu y yo podríamos jugar como una fantasía cuando todavía estoy tratando de descubrir qué quiere Mingyu en realidad.

Si él quiere las mismas cosas que yo. Si correrá los mismos riesgos.

Lo mejor es ir a lo seguro por un poco más de tiempo, realizar un reconocimiento más antes de lanzar mi gran confesión de: Eres la primera persona en la que pienso cuando me despierto y la última persona en mi mente antes de quedarme dormido.

Una vez que salimos del jacuzzi, me vuelvo a poner las gafas. Envuelvo una toalla alrededor de mi cintura, agarro la suya, luego le guiño un ojo y me dirijo a la puerta.

Mingyu me mira con cuchillos afilados. "No lo harías", sisea.

"Parece que acabo de hacerlo", le digo, con un fácil encogimiento de hombros, moviendo la toalla, burlándome de él.

"Eres lo peor. Eres tan malo", dice, saliendo de la bañera de hidromasaje en toda su gloria desnuda.

"No me hagas caso. Solo te estoy comiendo con los ojos", le digo, girando mi dedo en su dirección.

La libertad de mirarlo se siente tan bien.

Admitir esta atracción es un alivio terrible. Es como si una enfermedad se hubiera estado gestando dentro de mí, hasta que no hubo más espacio para ella. Era una fiebre que necesitaba quemarme.

"Ven y tómalo", bromeo.

"Oh, ya voy. Y tú también lo estarás cuando termine contigo esta noche, hottie", dice con un gruñido.

Muevo mi ceja. "Te haré cumplir eso", digo mientras saboreo la vista de él caminando desnudo por la cubierta hacia mí. Su tonificado cuerpo resplandece con gotas de agua a la luz de la luna. Cuando Mingyu me alcanza, levanto la toalla sobre mi cabeza. "Ay Wonwoo, como si fueras más alto que yo", dice, y luego agarra la toalla y la envuelve alrededor de su cintura.

"Tal vez solo quería mirarte", digo, luego abro la puerta y nos dirigimos hacia adentro.

Mingyu me pone una mano en el hombro y me hace girar. Sus ojos están ardiendo. "Wonwoo", comienza, su voz ronca, pero también estirada por los nervios.

Ahora no. No me rompas el corazón ahora.

"¿Sí?".

"Esto", dice, haciéndome un gesto. "Esto es lo que quise decir antes cuando dije que las cosas empezaron a cambiar".

Mi corazón truena. Para que él también pueda sentirlo.

No te adelantes, Wonwoo. Prueba las aguas lentamente. Chequea la temperatura. "¿Qué cambió?".

"En el coche", dice Mingyu. "Lo sentí todo. . . estaba caliente y molesto por ti".

Intento frenar una sonrisa, pero es inútil. "¿Estabas así?".

"En la tienda también. Te estaba mirando mientras caminabas".

Me quemo, un cohete atraviesa la atmósfera. "¿Lo hacías?".