Más que amigos - Minwon

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Mingyu

Cosas que son rápidas: guepardos. Jets supersónicos. Nieve cayendo fuera de Tahoe a última hora de la tarde de un viernes.

El reloj marca más de las cinco cuando doy la señal de giro para la salida de Markleeville, y bajamos por la rampa de salida, cubiertos de una capa de copos.

"Entraremos y saldremos como un Bugatti", digo con fuerza, ya que conducir en un clima de mierda no es divertido. Especialmente conducir un automóvil destinado a la ciudad, en lugar de las montañas. Las últimas veinte millas en la carretera tomaron una hora. Tan pronto como empezó a nevar, el tráfico se ralentizó y los coches avanzaban con dificultad.

"Definitivamente. Abrimos los armarios, los grifos y luego batiremos la nieve", dice Wonwoo, luego se vuelve hacia mí. "¿Estás bien?".

"¿Por qué preguntas?". La pregunta surge a una velocidad inesperada.

Señala mis manos. "Estás agarrando el volante como si dependiera de vida o muerte. Lo cual, probablemente, yo haría lo mismo. Pero solo quería ver si estabas aguantando", dice Wonwoo, con una nota de preocupación en su voz. Conozco ese tono. Es el que usa como encargado de la prensa con sus peloteros en el equipo, cuando los está cuidando, asegurándose de que estén bien.

El hombre es realmente bueno para cuidar a los demás.

Sobre todo, porque una mirada superficial a mis manos muestra que tiene razón. Mis nudillos están blancos. "Supongo que estoy un poco tenso", admito, luego estiro mi cuello a derecha e izquierda, y aflojo mi agarre. "Mi Honda es pequeño. No es uno de esos camiones monstruo que se comen tierra y nieve para el desayuno".

"¿Te imaginas conduciendo uno de esos tanques en la ciudad? Nunca serías capaz de impresionarme con tus habilidades de estacionamiento en paralelo en uno de esos", dice, optimista, con una sonrisa en su rostro de nuevo mientras doy la vuelta a la carretera que atraviesa la ciudad, ya bañada en blanco, como si se estuviera preparando para una linda postal de pueblo de montaña.

Estoy muy agradecido por la distracción de hablar. Hace que la conducción en estas condiciones sea más llevadera. "¿Es eso todo lo que se necesita para impresionarte? ¿Estacionamiento en paralelo?".

"Quizás soy fácil", dice.

"Já. Cosas que nadie dijo sobre ti".

Wonwoo solo sonríe. Como si ese comentario le agradara. Quiero detenerme en cómo se ve cuando está feliz, pero sobre todo quiero salir pronto de este maldito coche.

"Hey", comienza Wonwoo. "Nunca te pregunté si querías que condujera. ¿Quieres que conduzca?".

Me rio, niego con la cabeza. "De ninguna manera".

"¿Porque crees que soy un conductor terrible?".

"No. Porque soy un pasajero terrible", digo.

"Oh".

"¿Y por qué iba a ser un pasajero terrible?". Le lanzo de vuelta.

Wonwoo levanta el pulgar y el índice, mostrando un poco de espacio. "Eres un poco controlador. Apuesto a que serías un conductor del asiento trasero todo el tiempo. ¿No deberías reducir la velocidad? ¿No deberías acelerar? Déjame mostrarte un atajo. La luz es verde, la luz es roja, la luz es rosada y brillante. Espera, hay un cruce de patos. Detengámonos y tomemos fotografías de patos", dice.

"¿Luces rosadas brillantes? ¿Hay luces rosas brillantes en tu mundo de carreteras ficticias?".

"Sí, y señalarías todas y cada una de ellas".