(ง •᎑•)ว Hongjoong vivía lleno de lujos y riquezas, la vida en la ciudad había comenzado a tornarse aburrida y para mejorar aquello sus padres y él decidieron mudarse un tiempo a la antigua casa del campo donde vive su abuela.
En ese magnífico lug...
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Capitulo cuatro ❝ Sirenas y elfos. ❞
Un rubio Hongjoong comenzaba a removerse lentamente del piso frió de la casa del árbol, abrió sus ojos lentamente topándose con una imagen realmente conmovedora, San aferrado a la cintura de Seonghwa y el mayor con la boca ligeramente abierta, Hongjoong dejo salir una pequeña risa mientras se incorporaba para al final levantarse, encontrándose en el proceso a Yunho, quien acomodaba de vuelta algunas cosas en su mochila.
—Buenos días, hyung —habló Yunho mientras comenzaba a prender el fuego lentamente—. ¿Durmió bien?
—Buenos días Yunho, curiosamente dormí como un bebé. Por cierto, ¿Y Mingi? —preguntó curioso el rubio.
—Tranquilo, fue a conseguir lo necesario para poder desayunar y tener energías para el camino de regreso —mencionó el alto.
Hongjoong asintió y decidido se acerco a los dos jóvenes dormidos para comenzar a despertarlos. Decidió despertar primero a San, quien con dificultades se levantó y caminó hacía donde estaba Yunho para ayudarle en algo, despertar a Seonghwa no fue tan difícil, pero el rubio no dejaba de observar al mayor, quien a pesar de verse recién despierto no dejaba de verse atractivo, algo que Hongjoong no pasaba por alto y se daba el lujo de observarlo durante unos largos segundos.
Después de aquella distracción notaron a Mingi llegar con unos cuantos rasguños en el rostro y el dorso de su mano, pero traía en mano unos cuantos huevos de ave, Hongjoong sin preguntar nada ya deducía lo que le había ocurrido al pelinaranja. Yunho al notar la presencia de su pareja, volteó hacía él con una sonrisa, la cual se desvaneció al ver los rasguños de su pareja y preocupado dejo la pequeña fogata y fue hacía el alto a socorrerlo.
—Leoncito lindo ¿Qué te sucedio? —preguntó mientras le quitaba la comida de la mano y se los tendía a Seonghwa quien junto a San y Hongjoong se dirigían a la fogata.
—No gran cosa, es solo que no pensé que fuera tan difícil deshacerme de una pareja de pájaros salvajes —comentó Mingi.
Yunho inspeccionaba con preocupación el rostro de su novio, quien al tocar éste ligeramente provocó que Mingi dejara salir un quejido de dolor.
—Lo siento —dijo el pelimenta mientras ahora tomaba la mano de su pareja y lo llevaba hacía una de las sillas y lo obligaba a sentarse para comenzar a curarlo.
Por otro lado, los otros jóvenes restantes preparaban el desayuno en total silencio, al terminar todo fueron sirviendo en algunos de los platos que tenían guardados en aquella casa y le tendían uno a Mingi y otro a Yunho, por ultimo ellos tres se sirvieron y comenzaron a degustar su desayuno, el cual a pesar de ser algo sencillo y ligero era lo suficiente para proporcionarles energías para seguir su camino. Al finalizar su comida, todos ayudaron a recoger y guardar algunas de las cosas dentro de la casa del árbol, resguardaron todo perfectamente bien para evitar la visita de intrusos a su lugar secreto y después de ello bajaron de la casa, al estar todos ya en tierra firme, Yunho hizo uso de la manivela para poder recoger la escalera y que ésta quede oculta entre la copa del árbol.
