𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 𝗳𝘂𝘁. | En donde yo te dedico una historia corta con tu futbolista favorito.
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Mar mira la hora en su teléfono, las 9:30 de la noche y su pareja aún no llega, no sabe nada de él desde la mañana. Así que decide marcar el número telefónico esperando escuchar su voz, pero esto no fue así.
— Dónde estás amor... — Mar suspira.
En eso la puerta principal se abre y Mar sale corriendo a abrazar a la única persona que podía ser.
— Mar... — El francés desconcertado acepta el abrazo de su novia. — ¿Está todo bien?
— No respondiste mis mensajes y llamadas, no sabía nada de ti... pensé que te había pasado algo.
— Mar, cariño, todo está bien. — El francés ríe y besa los labios de su amada. — Te extrañé mucho.
— Yo más amor. — Mar sonríe ampliamente. — ¿Y qué estabas haciendo?
— ¿Qué? — Aouar se separa de ella y van a la sala de su casa.
— ¿Por qué no respondes mis mensajes?
— Ah, este, el club me pidió que grabará un par de cosas para las redes sociales del equipo.
— ¿Todo el día? — Mar interroga a su novio, pues ya tiene varios días que llega tarde a su casa.
— Si, ya sabes que grabar, aunque sea un vídeo de cinco minutos, lleva su tiempo.
— Sí... supongo. — Para este punto, Mar no está tan segura de lo que su novio le dice.
Mar conoce a Aouar y sabe perfectamente cuándo está mintiendo, y esta es una de esas pocas veces.
— Iré a ducharme...
— ¿No vas a cenar? Prepare la cena y...
— No, Mar, comí algo hace rato.
— Está bien... — Mar murmura.
Aouar va la habitación que comparte con su novia, mientras Mar se queda en la sala pensando en aquello que su compañera de trabajo le contó.
Tal vez Aouar la estaba engañando...
Los ojos de Mar se empañan de lágrimas que rápidamente trata de limpiar, pero más y más lágrimas caen sobre sus mejillas.
Su relación con el jugador francés ha tomado un rumbo diferente en las últimas semanas, casi siempre está fuera de casa y llega a altas horas de la noche.
— Él me ama, él no me puede estar engañando... — Murmura Mar entre sollozos.
Los días fueron pasando, así que, Mar trata de refugiarse en su trabajo, pero cuando llega a casa es inevitable pensar en él y todo lo que está sucediendo.
No fue hasta un sábado que Aouar tenía un partido correspondiente a la liga francesa, como costumbre, Mar siempre acude a los partidos de su novio, es rara la vez que falta a uno, pero en esta ocasión las cosas iban a ser un poco diferentes.
Mar mira el partido por la televisión hasta que su corazón se paraliza al ver a su novio anotar un gol, Aouar forma un corazón con sus manos, señal que aquel gol es para ella.
Aouar le prometió dedicarle todos sus goles y nunca fallaba.
Tal vez aquella promesa es la única que cumpliría.
Un par de horas después, Mar sube a su habitación y empaca sus cosas, se pone un suéter para cubrirse del frío y con su maleta baja a la primera planta de su hogar.
— Te amaré siempre Aouar... — Murmura con mucho dolor.
En cuanto abre la puerta principal, el francés aparece, y este frunce el ceño al ver a su novia con una maleta.
— ¿Mar, a dónde vas? — El francés se muestra confundido y Mar no dice nada. — Amor, qué sucede...
— No lo sé... — Mar intenta pasar a un lado de él, pero el francés la detiene.
— No puedes irte Mar...
— Estos días has estado diferente, muy distante... — Aouar lo mira confundido. — Quiero que me respondas algo con la verdad...
— Mar, por favor dime qué sucede, porque no entiendo nada.
— ¿Me estás engañando? — Mar no se atreve a mirarlo a los ojos, así que se limita a bajar la mirada.
— Mar, amor de qué hablas...
— ¿Hay alguien más? ¿Te enamoraste de otra?
— ¡No! ¡Claro que no!, ¿de dónde sacas eso?
— Lo siento... este... pensé...
— Mar, dios, no creas eso, escúchame, ¿si? — Mar asiente. — Yo te amo solo a ti, eres el amor de mi vida, eres la única, vida mía. — Mar se acurruca en el pecho de su novio y él trata de calmarla. — ¿Quieres saber por qué no estaba en casa estos días? — Mar lo mira con algo de culpa. — En unos días cumplimos un año de novios, así que pensé en darte varias sorpresas y una de ellas es esta.
El jugador francés se separa de su amada, saca una caja pequeña de terciopelo y en cuanto la abre deja ver un hermoso y llamativo anillo de compromiso.
— Por dios... — Mar se sorprende y el francés se hinca frente a ella.
— Mar, estos meses contigo han sido maravillosos, eres mi vida entera, es por eso que quiero pedirte que pases el resto de tu vida a mi lado porque cuando estás conmigo todo lo malo desaparece y soy el hombre más feliz de este mundo... Mar, te amo, te amo y siempre te amaré, ¿quieres casarte conmigo?
Para este punto varias lágrimas recorren las mejillas de Mar, ella asiente y el francés coloca el anillo en su dedo para después abrazarla y besar a su futura esposa.
— Perdóname por ser tan estúpida, jamás, escúchame Houssem Aouar, jamás dudaré de ti, te amo tanto.
— Te amo mucho más Mar... — El francés acaricia la mejilla de su amada para después depositar un beso en su frente.
Y este fue el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Mar y Aouar, dos personas que se aman más que a nada en este mundo y también, dos personas destinadas a estar juntos, porque el amor lo puede todo en esta vida.
