II.

24 10 11
                                    

10 de Diciembre de 1908.

Todo estaba mal, terriblemente mal, el chico de cabellos castaños se encontraba completamente frustrado. Miraba hacía ambos caminos en el bosque y para ser honestos, ninguno se veía prometedor.

Después de la platica bastante larga que tuvo con madama, al fin sabía a dónde dirigirse o bueno, eso quería creer. Dubarri le había dicho que hace ocho años lo había encontrado cerca de los extensos senderos del palacio de Samolia, y es ahora a dónde se dirigía, era posible que al llegar habrían personas que le podrían ayudar, pero por ahora se encontraba confundido.

Al final se había decidido por el camino más libre y con pasos inseguros se adentró aún más en el bosque cubierto de nieve. Si, sentía miedo, estaba a punto de descubrir un mundo completamente diferente, cambiaría su perspectiva, ahora será él quién escriba su propia historia, le daría un final. ¿Y por qué no?, también un destino.

La caminata le ayudaría a pensar y recordar un poco sobre su infancia, pero a pesar de todo, él se sentía seguro de si mismo ya que lo años habían jugado bastante bien a su favor, su rostro era muy bonito, sus ojos eran tiernos y desbordaban inocencia pura, sus labios era finos y de un tono rosado, su cuerpo era relativamente perfecto, curvas no tan exageradas y a decir verdad, tenía un poco de acumulación de grasa el los lugares indicados, su trasero era redondo y bien formando, y qué decir de su preciosa voz, era delicada y un tono de agudo sin llegar a lastimar a quien lo estaba escuchando.

Él podía ser la envidia de muchas personas, pero al ser tan cerrado de mundo no lo podía notar, cuando iba al pueblo por las compras, gran parte de las personas quedaban encantados con su simple presencia y también se llevaba uno que otro comentario fuera del lugar.

Jin seguía caminando por la fina nieve, pero unos pequeños aullidos lo hicieron parar y acercarse a un tronco seco que se encontraba no muy lejos de donde estaba. Al estar casi enfrente pudo percibir diminutas gotas de sangre las cuales teñian muy tétricamente el sendero blanco. Se arrodilló sobre este para después descubrir un precioso cachorro de color café oscuro y de ojitos bastante lindos.

- Pero mira que precioso bebé- comentó mientras lo tomaba en manos y fue cuando se dio cuenta el por qué había gotas de sangre esparcidas por la fría nieve.

El cachorro tenía lastimada una patita y a decir verdad se veía más como una mordida, ya que la herida estaba bastante profunda y se veía muy dolorosa. El pequeño animalito seguía aullando de dolor y él no podía dejarlo en esas condiciones.

Lo tomó con cuidado y de su abrigo beige sacó un pañoleta, envolvió la parte herida para hacer presión en ella y que este dejara de sangrar, con su cálidos brazos rodeó el pequeño cuerpo para darle un poco de calor. El animalito se reconfortó en seguida y de a poco fue dejando los pequeños espasmos que tenía a causa del frío.

- No te preocupes bebé- habló Jin sin apartar la mirada - por ahora yo te cuidaré, y después buscaremos un hogar para que ya no pases frío.

Jin se sentía molesto, no podía creer que un pequeño animalito sufría más de lo que a él le gustaría admitir. A pasos lentos siguió caminando por sobre la nieve mientras ambos se deban calor, y tanto él como el cachorro se daban seguridad.

El tiempo pasó mas rápido de lo que le gustaría admitir y el sol se estaba ocultando por detrás de las montañas,  ahora el problema era dónde pasarían la noche, para él no había ningún problema en dormir cerca de un árbol y tomar un poco de calor con la manta que tenía guardada en su maleta, pero ahora mismo estaba pensado en el pequeño amigo que tenía en brazos.

-Ya encontraremos algo- dijo con suavidad mientras se inclinaba y dejaba un pequeño besito en la cabeza de este.

El de cabellos castaños estaba por decirle algo más pero algo bastante raro lo detuvo y lo hizo mirar hacía lo alto del sendero, miró a dos personas cargando leña y llevándolas hacía una cabaña cubierta de nieve. Para ese momento podría jurar que anda de suerte, también esperó que aquellas personas de abrigos acogedores le dieran un lugar para pasar la noche.

El destino real. »● MiniHam. ©√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora