No hable con mis padres en lo que resto del fin de semana, estuve encerrada en mi habitación, no tenía ganas de hablar con ellos y mucho menos discutir. Era lunes y para mi suerte debía ir a la universidad, cosa que no me agradaba si bien estaba con mis amigas y no prestábamos atención a las clases no me sentía de ánimos para levantarme de mi cama. Estaba deprimida, mis padres me habían dicho que no podía ir a Inglaterra, yo nunca había sido una chica rebelde, siempre era un ejemplo; sacaba buenas notas, casi nunca salía, no tomaba, no fumaba y para mi edad era algo raro entre mis amigos. Pero ansiaba mucho ir a Inglaterra y no me importaban las consecuencias que traería esta decisión.
Ese día no preste atención a ninguna clase, mi cabeza estaba en otro lado para ser más exactos en Inglaterra. Estaba soñando despierta, soñando que el día en que visitara esa hermosa tierra llegara. En más de una ocasión pensé en irme a casa, pero no lo hice, por más que estuviera deprimida debía asistir a clases. A veces odiaba ser así, preocupada de todo, aplicada, una niña “buena”; porque no podía ser rebelde, ir a fiestas, tomar. Y vino la respuesta a mi mente de golpe, sé como terminan esas personas, nunca llegan a nada en la vida si se divierten todo el tiempo pero en realidad no son felices.
Llegue a casa, estaba cansada. Fui directamente a mi habitación y me puse hacer mis tareas para la semana. Me gustaba hacer los trabajos con anticipación para no estar a último momento preocupada y además me dejaba más tiempo libre. Estaba terminando de escribir cuando en eso tocan la puerta.
─Ale ──dijo mi madre─. Sé que no quieres hablar pero en serio me gustaría que habláramos ──sonaba preocupada, en un momento pensé en abrir la puerta pero si lo hacía sabia que terminaría por convencerme que no vaya al viaje y esta vez no lo conseguiría─. Hija abre la puerta por favor ──sonaba dolida─. Bueno, está bien te dejare sola ──dijo finalmente por vencida.
No me gustaba estar peleada con mis padres, pero si hablaba con ellos sabia que me convencerían de no ir. Debía dejar pasar un poco más de tiempo para que ellos se den cuenta que no iba a desistir, de que me iba a Inglaterra me iba.
Pasó una semana y seguía sin hablar con mis padres, solo cruzábamos miradas, ellos trataban de hablar conmigo pero yo los ignoraba. Me dolía hacer eso pero tenía que hacerlo. Era viernes en la tarde, mis padres habían viajado por el fin de semana a Paracas con mis tíos. Lo hacían casualmente, antes íbamos con ellos pero ahora ya no y como confiaban en nosotras nos dejaban solas, por supuesto llamando cada 5 minutos, literalmente. Estaba en la sala sentada en el sofá y Nataly estaba en la cocina preparando palomitas, decidimos ver películas toda la tarde.
─¿Y bueno que película vamos a ver? ──me pregunto.
─No sé ──dije─. ¿Qué tienes en mente?
─Podemos ver una de comedia
─Si, me parece una buena idea
Elegimos una y la pusimos en el DVD. Veía la película pero no podía dejar de pensar en el viaje, en mis padres, en la discusión, en todo.
─¿Qué te pasa? ──me pregunto mientras se levantaba a sacar el cd para poner otro.
─¿De qué hablas? No me pasa nada ──mentí.
─Por favor Ale, te conozco de siempre, se que te pasa algo. Dime que es ──insistió. Suspire.
─Es por lo del viaje, tu sabes que mis padres no quieren.
─Oh ──dijo mirando hacia el piso─. Es por eso.
─Si ──dije asintiendo con la cabeza─. Tú sabes que siempre he anhelado este viaje y ahora que tengo la oportunidad de cumplirlo mis padres me lo prohíben.
─Lo sé ──dijo con una mueca─. Es genial que te hayas ganado el dinero y te puedas ir a Inglaterra, que envidia.
─Si, yo estaba tan entusiasmada y mis papas me quitaron todos los ánimos ──la mire, vi tristeza en sus ojos─. Y a ti que te sucede? ──le pregunte con curiosidad.
─A mi nada ¿Por qué? ──miro de reojo─.
─Vamos, te conozco Naty ──dije golpeándola suavemente con el codo.
─Nada ──me dijo fríamente. Me puse a pensar por un momento y caí en la cuenta de que era lo que la molestaba. Había sido una egoísta, yo tenía todo ese dinero y pensaba irme sola a Inglaterra cuando ella también anhelaba irse. Entonces sonreí.
─Naty ──dije con una voz picara. Me miro y sonreí─. Estuve pensando estos últimos días ──empecé diciendo─. Y se me ocurrió, no sé qué tal vez quieras acompañarme?
─Acompañarte a donde ──me pregunto.
─Al mall ──dije y me miro con desilusión─. No seas tonta, si quisieras acompañarme a Inglaterra, tengo dinero de sobra para poder ir juntas.
Sus ojos se iluminaron y en ese momento me dio tanto gusto verla así.
─Es en serio? Me estás hablando en serio?
─Claro que si! ─le dije.
─OMG, claro que quiero ir. Gracias! Gracias! ──dijo toda entusiasmada mientras me abrazaba.
Después de eso, estuvimos hablando sobre como seria el viaje, que haríamos, donde iríamos, cuando nos iríamos. Pero nos acordamos que no teníamos el permiso de nuestros padres, sin embargo no nos importo estábamos muy felices. Las dos decidimos que hablaríamos con ellos cuando llegaran a casa, no sabíamos que les íbamos a decir pero lo bueno era que teníamos el fin de semana para pensarlo.
En lo que resto de la noche y del día siguiente estuvimos pensando en todo para poder hablar con nuestros padres y si nos decían que no igual nos iríamos. Estaba feliz de tenerla de mi lado para apoyarnos y que nuestros padres entiendan que es lo que de verdad queremos.
