─Disculpa, este es el asiento 23C? ──me pregunto un chico alto, de tez blanca, con una sonrisa tan blanca como el resplandor de la luna. Tenía unos ojos hermosos, azules como el mar. Espero por una respuesta pero no hubo alguna, estaba muda, no sabía que decir.
─Si, este es ──por fin conseguí decir con una sonrisa, el me sonrió de vuelta y tomo asiento.
Estaba nerviosa, él era realmente guapo, sabía que en ese momento estaba ruborizada. Mire por la ventana ahí estaban mis padres, seguía pensando en la forma en que el chico me sonrió cuando se escucho una voz <<Por favor señores pasajeros favor de abrocharse los cinturones ya que estamos a punto de despegar>> La voz me hizo salir de mis pensamientos, busque el cinturón por mi izquierda y sentí que una mano tomo la mía, era la mano del chico, me sonrió y dijo <<Perdona>> su sonrisa me hizo sonreír también y le dije <<No te preocupes>> Y me voltee rápidamente, sabía que me había ruborizado lo sentía. Odiaba que me pasara eso, cada vez que me hablaba un chico me ruborizaba. El avión despego y me coloque los auriculares, busque entre las canciones y reproduci <<I Wish>> una de mis canciones preferidas de 1D. A lo largo del viaje estuve mirando por la ventana, nunca había viajado en avión antes y me fascinaba ver las nubes mientras escuchaba música. Estaba hundida en mis pensamientos no veía el momento de llegar a Inglaterra. Sentí que alguien me toco el hombro, voltee. Era el chico, me estaba sonriendo y hablando pero no podía escucharlo, me quite los auriculares y le sonreí.
─Lo siento, no quería interrumpirte ──se disculpo.
─No, no te preocupes ──dije sonriendo.
─Es que me preguntaba ──hizo una pausa─. Sabes qué hora es?
─Son las 10:30 ──dije un poco desilusionada. Pensé que quería conversar conmigo pero me equivoque.
─Vale, gracias ──dijo y se volteo. Yo también me voltee y empecé a ponerme los auriculares─. Por cierto soy James ──dijo con una gran sonrisa. Su sonrisa era para morirse, era perfecta.
─Y yo Alessandra ──dije sonriendo.
─Si no te molesta que te pregunte ──dijo con una mirada tierna─. ¿Por qué vas a Inglaterra?
─No me molesta ──dije sonriendo─. Siempre he querido conocer Inglaterra y ahora he tenido la oportunidad de por fin conocerla.
─Es decir vienes a hacer turismo? ──pregunto y yo asentí─. Oh, yo regreso a Inglaterra.
─Oh, eres ingles? ──pregunte sorprendida.
─No ──rio entre dientes─. Nací aquí, pero me fui a estudiar allá y vine un tiempo de vacaciones a Perú, está realmente cambiado.
─Oh ya ──dije sonriendo─. ¿Y qué tal es Inglaterra? Yo voy porque es una ciudad hermosa, la he visto por fotos me encanta su arquitectura e historia.
─Oh, ni te imaginas lo que es Inglaterra, es preciosa, tranquila, en serio me encanta vivir ahí ──dijo sonriendo.
En lo que quedo del viaje me estuvo contando todo sobre Inglaterra y yo de vez en cuando intervenía para contarle una que otra cosa sobre Perú, pero la mayoría del tiempo me quedaba callada escuchando las maravillas sobre Inglaterra, cada vez estaba más convencida que era la mejor decisión que pude tomar. El tiempo pasó volando, literalmente, me la pase hablando con el pero si pudimos dormir por unas cuantas horas. Llegamos a Inglaterra el aire que se respiraba, el cielo, todo era muy diferente a Perú; me encantaba. Cogimos nuestras maletas y nos encaminamos a buscar un taxi. Tomamos uno, nos subimos y al mirar por la ventana vi a James, sonriente, me hizo un Adiós con la mano, el cual se lo devolví con una sonrisa picara. En el transcurso del camino pasamos por calles hermosas iluminadas con la luz de la luna, la vida nocturna en Inglaterra se veía tan atractiva.
El auto se detuvo y supe que era ahí. El hotel era precioso, tenía una entrada iluminada con luces de baja intensidad que le daba cierto tipo de elegancia. El botones se acerco rápidamente al vernos bajar del auto para ayudarnos con la maleta y muy amablemente nos dio la bienvenida a la ciudad y al hotel. Estaba maravillada ante la perfecta arquitectura de la fachada del hotel que Naty tuvo que tocarme el hombro para que reaccionara y le pagara al señor que estaba esperando impacientemente apoyado sobre el auto, le entregue el dinero y le agradecí a lo cual me agradeció también con una sonrisa. El botones nos acompaño hasta la habitación donde dejo las maletas, le di una propina y se marcho gustoso.
