Capitulo 4

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La semana paso volando, literalmente, ya era Viernes. Cuando le conté a mis padres, ellos no lo creían pero les mostré el ticket y me felicitaron, me dijeron que debía pensar muy bien en que iba a invertir ese dinero. Y yo ya lo sabía muy bien.

Fui a recoger el dinero, quise ir sola, mis padres se ofrecieron a acompañarme pero me negué. Entre nerviosamente al edificio, mire de reojo, la recepcionista me sonrió y me pregunto en qué podía ayudarme. Le conté y me indico, sorprendida, donde estaba la oficina. Toque la puerta y entre. En la silla yacía un hombre, un hombre robusto, el cual al verme sonrió y me indico que tomara asiento. Obedecí rápidamente. Charlamos un rato, el hombre estaba perplejo, la verdad que era una suerte que ganara. Me felicito y me dijo que piense muy bien lo que iba a hacer con ese dinero ya que era una cantidad sumamente alta para una “niña” de 18 años. No era una niña, ya tenía 18 me consideraba lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones, pero igual le sonríe y le dije que ya sabía en qué iba a invertirlo. Salimos de la oficina y nos dirigimos a un estudio, cuando entramos lo reconocí, era el estudio donde se transmitía el programa. Un hombre en terno se acerco a nosotros, nos presentaron, era el notario; iba a estar presente en la entrega del dinero. Todo paso muy rápido, mi mente estaba en otro mundo. Me dieron un cheque pequeño, lo guarde inmediatamente en mi bota, ahí estaba más seguro que en mi bolsa.

Llegue a casa, estaba exhausta. La oficina quedaba al otro lado de la ciudad, así que estuve que estar mucho tiempo sentada en el bus. Subí a mi habitación y me recosté. Abrí los ojos, era de noche, sentía que solo habían pasado 5 minutos desde que me recosté pero evidentemente había pasado más que eso, mire el reloj eran las 12. Mi barriga sonó, baje, las luces estaban apagadas, trate de no hacer sonido alguno ya que mis padres y hermana seguramente estaban descansando. Abrí el desván y saque una caja de cereales, vacié un poco en un plato, le eche yogurt y cogí una cuchara. Subí a mi habitación y prendí la computadora, estuve navegando un rato y me di cuenta que eran las 3 am, me puse mis pijamas y me fui a dormir.

El día era hermoso, había salido el sol, era el día perfecto. Me dije a mi misma <<Hoy es el día>>. Baje dando brincos por las escaleras.

─ Uy mira quien está feliz ──dijo mi madre con una sonrisa─. Se puede saber porque estas tan feliz?

─ Oh Madre ── dije sonriendo y mordiéndome un labio.

─ Acaso es por un muchacho ──pregunto curiosamente.

─No ──negué con la cabeza─. Tengo que hablar con papa y contigo.

─Ah, claro ──dijo extrañada─. Daniel ──grito y mi papa entro por la cocina.

─¿Qué sucede? ──pregunto mi padre.

─ Alessandra quiere hablar con nosotros

─Está bien, ¿Qué pasa hija?

─Bueno ──empecé a decir y me detuve a pensar que diría─. Saben que ayer fui a recoger el cheque de la lotería y bueno quería comentarles que ya sé en qué voy a invertir el dinero.

─Está bien, y en que has pensado? ──pregunto mi madre curiosamente.

─Ustedes saben que siempre he soñado con ir a Inglaterra y bueno quise darme el gusto de por fin conocer el hermoso país ── dije sonriendo, con ese brillo en los ojos como una niña al ver su primera barbie. Espere por una respuesta, se miraron entre si y me miraron.

─ Ale ──mi madre me miro con una mirada tierna─. Hija sabemos lo mucho que quieres conocer Inglaterra pero no creo que sea apropiado que …

─Mama, ya tengo 18 años. Soy mayor de edad y es mi dinero, puedo hacer con él lo que quiera y me quiero ir a Inglaterra y así será ── grite y subí corriendo a mi habitación.

Cerré la puerta de mi habitación y empecé a llorar. No sé porque no me entendían. Yo soñaba con ir a Inglaterra desde pequeña y ellos lo sabían, había llegado la oportunidad de cumplir mi sueño y no me apoyaron, que clase de padres eran? Me dije para mis adentros <<Voy a ir a Inglaterra y nadie lo impedirá>>, me seque las lágrimas. Entre a la computadora y me puse a buscar información sobre vuelos a Inglaterra, los precios, los días, todo; estaba decidida a irme no sabía cuándo pero lo que si sabía es que sería pronto.

One ThingWhere stories live. Discover now