I M A G I N E ││ Bensler.

24 de diciembre.

¡Holi a todos! Espero que disfruten este relato especial, y deseo que pasen una hermosa navidad junto a la gente que aman. GRACIAS SIEMPRE. ❤

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24 de diciembre a la noche, en el Rockefeller Center, frente al árbol de navidad.

Ese lugar significaba algo especial para ambos, frente a ese árbol y por separado habían pedido por esos sueños que tenían en su vida, aquellos que no eran capaces de confesar, pero que deseaban desde lo más profundo de su corazón, habían encomendado todo eso con la esperanza de que se hicieran realidad, y algunos años después Elliot y Olivia habían decidido volver los dos juntos, para recordar esos momentos. Las manos de él rodearon su cintura sorprendiéndola, una tierna sonrisa se dibujó en el rostro de Olivia quién, mirando hacía su costado se encontró con la enamorada mirada de Elliot que también le sonreía con esa manera tan única que la había enamorado tiempo atrás, y que la había cautivado de tal forma que la había motivado a apostar a algo con ese hombre.

—¡Me asustaste tonto! —Pronunció Olivia sonriendo y Elliot besó su mejilla con ternura mientras apoyaba sus manos sobre las de ella, que se encontraban en el vientre femenino.
—Perdón, Noah está observando con emoción el árbol y no pude evitar mirarte tan pensativa... ¿En qué pensabas?
—En todo lo que hemos vivido en este tiempo, lo afortunada que soy al tenerte, al tenerlos. Me cambiaste la vida Ell. Tú y él.
—Tú también Liv, nuestro amor significó un antes y un después en mi vida.

Frente al árbol y contenida por los brazos de su novio Olivia se había permitido navegar en los recuerdos, se había permitido ir hacia atrás y perderse en cada momento significativo de su vida. Desde el momento donde habían conformado con Elliot el dúo laboral, desplegándose de manera increíble en cada caso que surgía en la UVE, pasando por aquella tarde donde decidieron confesarse cada uno lo que sentían por el otro, el primer beso con una copa de vino en la mano, la primera noche juntos acompañados por el ruido de la lluvia, hasta la formalización de un noviazgo que les había enseñado a convivir, a compartir, a delegar, a aprender de los errores, y a siempre buscar el bien del otro. Ambos habían conocido del otro facetas que desconocían, pero que comenzaban a amar, todo era tan íntimo, solo de ellos dos, y todo parecía tan perfecto.

Con la llegada de Noah todo cambió, sin dudas tener un bebé en casa había dado vuelta todo su mundo, desde tener que aprender a cambiar pañales, hasta tener que aprender a decodificar cada llanto nocturno. Para Olivia significaba cada día volver a enamorarse de Elliot al verlo tan feliz siendo papá, aprendiendo a través de consejos, vídeos y libros nuevas cosas para prácticar con el bebé, desde cambiar mejor los pañales, hacerlo dormir rápidamente hasta aprender canciones infantiles que luego le cantaba mientras le daba de comer. Los trámites de adopción habían sido agotadores, pero por fin habían logrado obtener lo que tanto deseaban, la custodia definitiva del pequeño Noah Stabler Benson.

El tiempo había pasado, y entre medio de casos y la crianza del pequeño integrante habían realizado grandes cambios en sus vidas, la mudanza a una casa más grande, el compromiso con vistas a futuro de un casamiento, la estadía de Noah en un jardín maternal donde compartía con otros niños las tardes, hasta por fin llegar a la mayor sorpresa de sus vidas, un embarazo. El día del resultado positivo Olivia había llorado con una emoción indescriptible y Elliot que llegaba de la Unidad se había encontrado con la imagen de su novia sosteniendo el test de embarazo.

(Flashback)

Al encontrarse con la mirada perpleja de Elliot y preguntas cargadas de preocupación, Olivia se levantó del sofá en busca de los brazos de ese hombre. Una vez que él la acobijó en su pecho comenzó a acariciarle el cabello mientras buscaba las respuestas a sus preguntas, temía que todo haya salido mal y que en ese momento Olivia necesitará de su consuelo, necesitaba saber que había ocurrido, pero ella aún no dejaba de sollozar y él se iba preocupando cada vez más.

—¿Qué ocurre amor? Dime algo Liv.
—Positivo. —Susurró ella y aunque Elliot hizo el mayor esfuerzo para comprenderla, no pudo.
—¿Qué?
—Dio positivo el test, estoy embarazada Ell. —Pronunció Olivia está vez mirándolo a los ojos, y él no pudo hacer más que liberar sus lágrimas y regar de besos las mejillas femeninas y los labios de aquella mujer que tanto amaba.

(Fin flashback)

A poco de tener al bebé, los dos volvían al presente, a ese lugar tan visitado donde podían volver a los recuerdos que tan felices los hacían, a recordar que, si soñamos algo con todas nuestras fuerzas y luchamos por eso, se cumple, a recordar que nada es imposible por más que nos hagan creer lo contrario.

Las manitos de Noah intentando tocar las de ellos los hizo volver a la realidad y sonreír dulcemente. Elliot alzó al pequeñín que, al llegar a la estatura de su madre regó la mejilla femenina de tiernos besos que inundaban de amor el corazón de Olivia, sin dudas todo era perfecto, sumamente perfecto, y aunque faltaban algunas horas para las doce de la noche y la llegada de la Navidad, podían afirmar que aquel día dónde se festejaba la Noche Buena estaba siendo hermoso, completamente hermoso.

—No puedo pedirle más a la vida, sin duda soy la mujer más feliz del mundo.
—Te amamos Liv, eres la mujer de nuestra vida. Tú, Noah, y nuestra pequeñita son el motor de mi vida. —Pronunció Elliot que luego de dejar un cálido beso en la frente infantil, besó los labios de Olivia.
—Y yo los amo a ustedes. ¿Volvemos a casa? Aún nos faltan preparar algunas cosas y debemos esperar junto a Noah la llegada de Papa Noel. —Propuso Olivia y Elliot asintió con su cabeza acomodando sobre sus hombros a Noah quien reía ante los movimientos que simulaban a un caballo que le hacía su papá.

Olivia le dio un último vistazo al árbol, y sonrió con sinceridad, con ellos y gracias a todo lo que el destino le había regalado la Navidad y su vida sí que eran buenas.