Aquí dentro no para de llover

Cap. 2 Lo que escondo dentro

Mi pasado y presente escondidos

Siempre fuí alguien estudiosa, siempre hice que los de alrededor estuviesen orgullosos de mí, pero cada vez iban pidiendo más y fue cuando dejó de ser suficiente todo lo que hacía.
Eso creó una gran autoexigencia de mi parte, pero me sentía bien ya que eso hacía que me esforzase. Al ver las expectativas que creé yo misma del resto de la gente, me di cuenta de que ya nunca podría volver a ser como los demás, una niña que simplemente es buena pero no la mejor, ya que la gente esperaba de mí resultados óptimos, no mediocres.

Mi alrededor siempre fue muy tóxico, pero nunca hasta ahora me di cuenta, ya que mi abuelita era mi ejemplo a seguir, y ella era lo contrario a eso; es ahora cuando todos los demonios que ella mataba a escondidas me están acorralando.
Siempre hice caso a mi abuelita, y cuando los demás opinaban de mí (nunca eran cosas buenas), siempre me tapaba los oídos y me hacía la sorda, pero ahora es cuando me estoy creyendo todo eso que dicen de mí, y digamos que todas las expectativas que la gente tenía sobre mí eran falsas, ya que todo el mundo me transmite sus sentimientos hacia mí: mierda; ¿que a qué recurrí para solucionar mis problemas? Mejor que no lo sepas.
Con la ausencia de mi abuelita, la familia dejó de brillar, empezó a hundirme más de lo que yo misma lo hacía, pero supongo que no eran ellos los culpables, sino la falta de apoyo con la que vivía, pues no tenía la sensación de tener a alguien conmigo, me sentía sola, pero creía merecer estarlo, pues ¿quien iba a querer a la fea, gorda y gilipollas pequeña de la casa? Te lo adelanto, nadie.

Cada vez mi autoestima disminuyó, y dejé de ser yo, ahora era un alma sin luz que se la pasaba llorando y sintiéndose mal consigo misma, ¿lo que más me impactó? Darme cuenta de que de verdad no le importaba a nadie, pues nadie se dio cuenta, nadie lo notó.
Ya nada para calmarme era suficiente, y supongo que tu intuición te dejará saber que mis brazos tampoco lo eran.
Fue cuando me di cuenta de la mierda que estaba hecha, cuando creí que la mejor solución era irme, pero nunca me atreví a hacerlo, yo seguía teniendo un atisbo de confianza en mí misma, e intenté seguir a duras penas.
A partir de ese momento comencé a cambiar por los demás, dejó de importarme cómo yo misma me veía, solo me importaban los demás. ¿Sabes el sentimiento de ver cómo tus amigos siguen adelante con sus vidas y ver cómo tú estás estancado en un momento traumatico? Si la respuesta es sí, lo siento; déjame decirte que es normal no ser lo que los demás quieren, pues ¿acaso vivir y ser persona consiste en ser tú mismo? ¿Acaso lo importante no es ser lo que tú quieras ser? No seas lo que los demás quieren que seas, no te conviertas en alguien multitudinario, ten la valentía de saber cómo quieres ser por ti y conviertete en ello.

Sé que puede resultar difícil, y si te sirve de consuelo yo nunca lo conseguí, siempre dejé que los demás me moldeasen a su gusto por el simple hecho de querer sentirme suficiente para ellos.