Aquí dentro no para de llover

Cap. 4 Cicatrices

Con el tiempo me di cuenta de que si uno mismo no está preparado para seguir, puede intentar curar a otra persona, pero es poco probable que lo consiga. Si no estás preparado para quererte a ti mismo, no vas a poder querer a alguien de la forma en que se merece.
Ese año no estuve preparada para hacer amistades nuevas, estaba pasando por un momento difícil y lo último que podía hacer era ocuparme de alguien más. Me sentía sola, a pesar de estar rodeada de gente que "me quería". El ambiente en mi casa no ayudaba, mis padres me hacían la vida imposible, e intentaba superar todo lo que en mí estaba hundido, pero ellos no me ayudaron.
Mis notas bajaron, mis amistades se olvidaron de mí, mis pasiones dejaron de serlo,mi motivación se perdió, y hubo algo en mí que se apagó, y era ese algo que ella me arrebató.

Hubo una niña que creía imposible encontrar, hubo alguien que estuvo conmigo, y yo le prometí mejorar, pero de verdad no podía.
Ella me hizo sentir bien de día, pero de noche me volvía a absorber la oscuridad, mi mayor miedo.
Ella hizo que una pequeña parte de mí floreciese, y quería pensar que era suficiente, pero no es ella, sino yo la que estaba totalmente perdida, y por más que quería, no me podía encontrar.
EL proceso fue difícil, pero por mi bien tuve que aprender a saber cómo amar al alguien sin dejarme a mí misma atrás, y es que nunca lo supe ver, pero querer a alguien significa querer lo mejor para dicha persona, y para conseguir eso, tienes que saber cómo querer a uno mismo, de lo contrario, caerás de una nube en el momento en que te tengas que despedir de ella.

Creí que las esperanzas de amar y ser amado de vuelta dejaron de existir hasta que llegó ella, ella era ese as de luz que le hacía falta a mi pobre corazón apagado, pero por no saber confiar en mí misma, la tuve que dejar ir por miedo a que mis problemas empezase a afectar en nuestra amistad, porque el haberme olvidado de mí misma en el pasado, hizo que perdiese mi confianza y me hizo creer que iba a hacerle daño por el simple hecho de que no creía merecer ser querida por nadie, pues nadie fue capaz de hacerlo en el pasado.

Fue ese momento en el que me dí cuenta el efecto que la sociedad puede tener sobre mí, cómo una opinión ajena te marca de por vida, haciéndote la vida imposible y impidiendome ser yo misma.

Hice lo que creí mejor para mí y para el resto, me separé de toda la gente a la que quería, trabajé en mí misma y cuando estuve preparada, empecé de cero, empecé a querer bien, y nunca me arrepentiré de haberte elegido para ello.