— T-takemichi...La peliteñida soltó un suave bostezo, estirándose, sorprendentemente sin percatarse de su desnudez apenas cubierta por la sábana puesta por Draken.
A Ken si que le sorprendió, que no sintiera el agarre de Mikey en su cintura.
Draken sonrió nervioso, sin saber cómo reaccionar.
— B-buenos días. — Dijo con palpable incómodidad. Sintió gotas de sudor recorrer su frente, forzando aún más una sonrisa sujetó el picaporte esperando la oportunidad para escapar.
Hanagaki devolvió la sonrisa, solo que de su parte se trata de un gesto sincero y nada forzado. — ¡Buenos días Draken-kun!
Ken asintió sin borrar aquella sonrisa. — Eh...
— Y-yo te daré un poco de privacidad, los chicos y yo estaremos abajo limpiando el desastre... si nos necesitas solo llama. — Sin agregar nada más, Draken cerró con quizás excesiva fuerza la puerta.
A Takemichi le sobresalto aquello, pero no sé cuestionó sobre el asunto de Draken. Recuerda algunas partes del día anterior, pero aún así se siente un poco desorientada.
Con un quejido, intentó levantarse.
Pero un agarre desconocido lo impidió.Takemichi se sobresalto, observando sus alrededores confundida. — ¿Q-Qué? — Murmuró.
— Eh... — Sintió una ráfaga de viento chocar contra su cuerpo. Extrañada exploró su cuerpo con ambas manos, soltando un quejido sobresaltada al sentir su piel descubierta.
En un movimiento brusco Takemichi fue víctima de un calambre en su parte baja que le hizo dar un brinco de dolor.
Takemichi temió y pensó lo peor, ¿quizás...?
Destapo por completo su cuerpo, arrebatando la sábana de golpe. Con temor bajo la mirada.
— ¿¡M-MIKEY-CHAN!?