Capitulo 8

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La luz le hizo despertarse de forma repentina

-¿Qué...?

-Hola, amigo...

-Tomás? Qué hora es? Por qué me despiertas?

-Mira, ha habido un cambio de planes.

Haciendo un esfuerzo, Pablo se incorporó y encaró a su amigo.

-¿Qué planes? ¿Qué haces en mi casa?

-Bueno, para ya con las preguntitas no? Creo que sabes de sobra lo que hago aquí, soy el que faltaba.

Pablo intentó rememorar.

-No puede ser..

-Me da que sí, yo soy quien te mostrará el futuro.

-Tú también no, pensaba que por fin se habían acabado las pesadillas.

-Pues pensaste mal. Aunque sí que es verdad que no vamos a hacer todo tal y como estaba previsto

-¿Qué?

-Y otra vez con las preguntitas... Pues lo que oyes, que si cambio el plan para uno lo cambio para el otro.

-Te juro que no entiendo nada.

-Ni falta que hace... Sólo te diré que he decidido no mostrarte tu futuro.

-jBien!

-Si no el de Marizza.

-¿Qué?

-Me lo preguntas una vez más y te juro que te comes el despertador. Limitate a observar, ok?

Pablo ahogó un nuevo "qué? y obedeció a su amigo.

Su apartamento había desaparecido y ahora lo único que veía era un centro con las ventanas enrejadas.

-Antes de que me lo preguntes, te diré que estamos en un centro de ayuda a adolescentes problemáticos.

-¿Un reformatorio?

-No exactamente, aunque el sentido de reinserción es parecido.

-No hace falta que me digas lo que hacemos aquí.. Marizza dirige el centro o algo parecido, me equivoco?

-No... aunque quizás te sorprenda saber cómo lleva sus clases.

Le dirigió hacia una de las aulas y Pablo contempló sorprendido a una Marizza dura e intransigente.

Incluso su fisico parecía cambiado, llevaba el pelo muy corto, su piel
estaba pálida y, a pesar de sus prendas anchas, se notaba un cuerpo bastante delgado. ¿Qué le había pasado?

-No entiendo nada..

-Bueno, quizás te falten algunos datos que te ayuden a comprender la estampa. Marizza empezó a trabajar aquí hace unos cuatro años. Este fue su tercer trabajo tras salir de la facultad. Hasta ese momento se parecía mucho más a la Marizza que tú y yo conocemos.

-¿Qué le pasó?

-Un mal dia.

-¿Cómo?

Tomás le hizo asomarse por una ventana y el paisaje que vio no se correspondia al exterior del colegio de chicos problemáticos. Estaban viendo el patio del Elite Way y Marizza estaba alli.

Efectivamente, ésa era la Marizza que
él siempre se había imaginado en unos años.

Su espíritu fuerte seguía iluminando a quienes la rodeaban. En ese
momento se estaba haciendo cargo de un adolescente ante la atenta mirada de Dunoff, y su proceder era muy
distinto al que habían contemplado en la mujer en la que se convertiría años después. Terminó las gestiones con
Dunoff y abandonó el Elite con el chico que tenía al cargo.

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