Ya eran más de las 19hs y ella seguía sin aparecer, no era novedad tener que esperarla, pero ese día había prometido
ser puntual. Claro que quién era el imbécil que se fiaba todavía de esas promesas!!!-iiLo siento, lo siento, lo siento, lo siento, Io siento!!
-Menos mal que dijiste que esta vez no me harías esperar..
-Ya lo sé, es que he calculado mal el tiempo. Pero no te enfades, ha sido cosa de Lujis, que estaba en problemas con...
-No me cuentes nada, me sé todas las excusas de memoria.
-Pero si no es una excusa!
-Está bien, lo que tú digas.
-iNo te enfades! Vamos a pasar la tarde tranquilos, ¿ok? Tenemos mucho por hacer y sólo falta que estés malhumorado todo el rato
-No estoy malhumorado, Marizza. Estoy cansado tengo calor y no me apetece nada ir de compras.
-Dale, después cenamos algo por ahí ¿ok?
-Marizza - lo dijo como un suspiro- Te dije que hoy había quedado en salir con los chicos...- vio cómo ella arrugaba el ceño, lo que le faltaba encima todavía se enfadaría y todo
-Cierto, la "cena"
-No empieces, es la cena de todos los años, ni que fuera la primera vez que salimos.
-Ése es el problema.
-¿Quieres que discutamos esto por enésima vez o mejor vamos a tratar de comprar algo antes de que cierren las
tiendas?Marizza no contestó, no tenía sentido discutir más por eso, siempre acababan igual, sintiéndose mal y sin acercar ni un milimetro las posturas.
Pero es que esas cenitas con Guido
y Tomás..Buscó a Pablo con la mirada, había echado a andar por la calle y ya estaba contemplando una tienda. Se acercó a
él y le tomó la mano, era su modo de hacer las paces.Pablo la apretó y la metió en el bolsillo de su pantalón.
-¿Tienes la lista por ahí?
-¿Yo? Te dije que la agarraras tú.
-Estoy seguro de que la agarrastes tú, mira en el bolso.
Abrió el cierre del bolso, dispuesta a rebuscar entre papeles y demás
basura que iba guardando en el casi sin darse cuenta.Pablo también ayudó en la tarea, hasta dar con un papel arrugado de color amarillo.
-iNo es esto?
-Si. Juraría que tú..
-Déjalo, ya hemos encontrado
-Bueno.. - odiaba reconocer que se había equivocado
- ¿Has visto algo de esto mientras esperabas?
-No, estaba esperando delante de un bar, así que como no quieras invitar a alguien a merendar difícilmente puedo
haber visto algo.-Ok, no hace falta que te pongas así.
Pablo inspiró con dificultad, probablemente estaba incubando algo, no se sentía demasiado bien.
-¿Te parece que empecemos primero con la lamparita para Mora? Creo que es lo queda más cerca...
El se limitó a asentir.
Su papel en esa tarde de compras
navideñas se reducía a cargar con los paquetes, ya habían decidido todo en conjunto con anterioridad y la parte activa de la compra se la dejaba a Marizza.Dos horas y media después, sólo habían logrado comprar la lamparita de Mora y una remera muy navideño para Martín.
Eran las nueve y media de la noche del día 23 de diciembre y les faltaba prácticamente todo por hacer.
Pablo miró el reloj:
-Ya llego tarde, te importa tomar un uber desde aquí?
-No nos va a dar tiempo..
-¿Me estás escuchando?
Marizza le miró con enfado, sabía que por culpa de su propio retraso no les había dado tiempo a más, pero
necesitaba enfadarse con algo y centrarlo en sí misma no
la ayudaba en absoluto.Claro, tú vete a tu cenita, yo me las arreglo solita.
Si te vas a poner así mejor te acerco a casa.
-Déjalo, luego me echarás la culpa por llegar tarde.
-Ya es tarde, había quedado a las nueve y media...
Marizza resopló, tenía que aprender a relajarse, pero había tanta gente por la calle, todos empujando y comprando
como locos cuando ella tenía que encontrar el resto de los regalos en una carrera contrarreloj...No era fácil respirar hondo en esas circunstancias.
Se acercó a Pablo para besarlo antes de pedir el uber, pero él reaccionó de una
forma inesperada.-¿Qué pasa?
-Nada, creo que estoy incubando algo, será mejor que no te me acerques mucho.
-Hasta luego entonces...¿Estarás muy cansado para que nos encontramos mañana por la mañana? No contestes, la respuesta es obvia, intentaré hacer lo que pueda nos veremos por la tarde ¿entonces?
-¿Antes de la cena?.
-Si, claro.
-Está bien... Hasta mañana.
Pasó su mano por su pelo rubio y se alejó por la calle.
Marizza lo observó, últimamente estaba un poco extraño...
Continuará....