C A P I T U L O 4

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Cuando mis piernas por fin reaccionaron, salí de allí. Me puse al lado de mis compañeros, Cristian estaba en el escenario y las niñas gritaban sin parar.

-¿Y si cantamos una canción antigua?

-Sí. – Gritaron todas

-Vamos allá...

Comenzó a cantar una canción de esas ñoñas que volvían locas a las adolescentes y no sé cómo, ni por qué, pero comenzó a volverme loca a mí.

-Ahora vais a poneros todas en fila y yo os iré firmando, ¿Vale? No quiero peleas, os firmaré a todas.

Las chicas se pusieron en fila y no hubo ninguna pelea, estaban tranquilas. De vez en cuando cantaban alguna canción o gritaban porque él había hecho algún gesto cariñoso hacia ellas.

Cristian firmó a todas y se hizo foto con todas, cuando llegó el momento de Paula él la miró y la abrazó fuerte, eso hizo que mi corazón se derritiese por momentos.

Ella le susurró algo y luego, él a ella. Se notaba que se conocían desde hace un tiempo, se llevaban muy bien.

La chica se hizo una foto después de que él firmase el disco, luego bajó del escenario dando un salto.

-Lisa. – Su voz me sacó de mis pensamientos

-Dime, Jorge.

-Marc, Daniel y Megan se quedarán recogiendo todo y vaciando esto. Bruno y Bady estarán en mi despacho terminando de hacer cosas. Tú te encargas de Cristian, que no le falte nada. Ha sido llenazo completo hoy, más que otros artistas.

-Vale, hecho. – Dije pareciendo tranquila

Fui hacia el camerino y me senté en el sofá, Jorge me dijo que lo esperase aquí. Cinco minutos después la puerta se abrió y Cristian entró.

-Hola otra vez.

-Hola.

Se sentó a mi lado y me miró fijamente, yo no quería apartar la mirada así que le miré también.

Sus ojos comenzaron a recorrerme el cuerpo.

-Eh. – Le regañé

-Ese polito azul marino te queda bien, eh.

-Gracias, muchas gracias. – Dije haciéndome la creída

Se levantó, agarró mis piernas y me tumbó en el sofá.

-Cristian, aquí no.

-Sí, aquí sí. Te necesito.

-No, no. De verdad, Cristian. – Rogué

-Te necesito, por favor... – Dijo todavía de pie

Me levanté un poco y agarré su camiseta roja, le tiré encima mía y él apoyó sus brazos en el sofá. No quería dejar caer su peso sobre mí.

Chocó su frente con la mía y respiró profundo, comencé a sentirme nerviosa de tantas ganas que tenía de que me besara.

Pegó sus labios contra los míos, luego besó mi mejilla y volvió a mis labios de nuevo. Besó mi barbilla y luego bajó al cuello, el cual mordió repetidas veces haciendo que mi corazón se me acelerase.

-Joder, Cristian... – Susurré

Con la mano derecha comenzó a subir mi polito azul marino, su cabeza bajó y comenzó a besar mi barriga. Eran cortos besos que me hacían sentir fuego por dentro.

Dejó caer sus rodillas en el sofá y con sus manos desabrochó mi sujetador.

-Voy a quitarte la camiseta.

Besos prohibidos. {xriz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora