Nuestra esperanza y angustia (mi desolación)

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De alguna forma habia hecho una cama improvisada en polvoriento piso del edificio, miraba las estrellas desde la ventana mientras esperaba que las horas pasarán para el momento del exterminio, nuevamente las voces se hacían presentes solo por esa noche quería dormir un poco y sin aguantar más reclamó

-Callense, pronto todo terminara solo...déjenme dormir por última vez...-
Entonces las voces se detuvieron dejando que tuviera un momento de paz, se acomodo en su pequeña cama improvisada y por primera vez después de meses pudo dormir.

La luz del día entró por la ventana haciendolo despertar, miro la hora el su celular 10 am, rápidamente se asomo a la ventana notando que aun habían imps y pecadores caminando por el Pentagrama así como pecadores recién llegados, solto un suspiro al notar que aún no comenzaba la gran masacre, estiro su cuerpo hasta que lo escucho crujir, se sentia extrañamente feliz y liberado, puso en su celular una canción y comenzo hacer piruetas, hacerlas le recordaba su época en el circo cuando aún era un niño, la nostalgia lo hacía sonreír y pequeñas lagrimas pronto aparecieron, no se arrepentía de la vida que habia llevado pues gracias a eso había conocido a su hija, sus amigos y a Stolas, estando a punto de dar otra vuelta en el aire el sonido de las sirenas comenzó a ser eco dentro del edificio, solto un suspiro, ya era hora.

Subió poco a poco a la azotea del edificio, notaba como los engranes del gran reloj avanzaban poco a poco como si le estuvieran diciendo cuando tiempo le quedaba, pronto llego a la puerta que sellaria su vida la abrio siendo resivido por una ráfaga de viento donde se olía la sangre, los gritos de los pecadores llegaron a sus oídos, miro a su alrededor viendo como los Angeles seguian bajando, solo dio un paso hacia delante cuando un Angel se poso frente a el, sonrio mientras veía como la lanza era levantada cerro los ojos esperando ser etravezado

-Deseo que sean felices-
Pensó antes de sentír como la lanza atravesaba su abdomen el dolor era fuerte pero no cayó, pronto sintió otro choque en su hombro y fue cuando comenzó a perder la conciencia el mundo se volvía negro a su alrededor.
Sentía su cuerpo frío, la oscuridad seguía a su alrededor, tenía miedo no quería sentir de nuevo la soledad sabiendo que su vida se iba apagando, pero una sensación cálida llego a él no queria que esa sensación desapareciera así que con las ultimas fuerzas que le quedaban se aferro a ella para nuevamente perder la noción del tiempo.

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Las horas pasaban y no tenían noticias del diablillo, todos se encontraban más tranquilos pero el miedo seguía instalado en ellos al no saber que era lo que pasaba dentro de aquella sala de emergencias.

La loba se encontraba dormida mientras su cabeza estaba posada en las piernas de Millie quien acariciaba su cabello con lentitud, Moxxie se encontraba alado de su esposa mientras tomaba la mano que se encontraba libre, mientras Stolas se encontraba aún de pie frente a esa sala de emergencia rogando para que un médico saliera.

Dos horas más habían pasado y la desesperación seguía, cuanto tiempo llevaban dentro? Ya habían perdido la cuenta, la loba se había despertado solo para volver a llorar pues esperaba que todo fuera un horrible sueño
-Lonna tranquilízate todo saldrá bien-

Millie la abrazo con fuerza mientras sobaba su espalda, Moxxie y Stolas veian con preocupación a la loba pues siempre se habia mostrado fuerte ante todo pero ahora se encontraba devastada, antes de que pudieran decir algo más un demonio con forma de murciélago salió de la sala mientras se colocaba una bata, Stolas fue el primero en acercarse al murciélago

-Como se encuentra?-
-Ufff fue un trabajo difícil pero pudimos contener la hemorragia provocadas por las lanzas-
Soltaron un suspiro al escuchar las palabras del médico, era una buena noticia, los diablillos abrazaron a la loba y el buho tenía una gran sonrisa iba a darle las gracias al murciélago cuando este comenzo a hablar de nuevo

Mi dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora