Grace se perdió en la cocina del café en donde hasta el momento trabajaba. Llevaba cuatro años realmente agobiantes en el lugar y no veía la hora de acabar con la universidad y conseguirse algo mejor, tanto para ella como para Isa, su perrita de cinco meses. Estaba algo cansada de anotar ordenes en una libreta blanca sin sentido y servirle a gente con una vida mientras ella moría por dentro. Su vida nunca había sido la mejor, siempre tratando de hacer lo posible por tener el dinero suficiente para mantenerse a sí misma y a su madre. Jamás se había podido dar el gusto de comprarse algo que quería o simplemente por cómprarlo. Ahora estaba allí, jugando con un bolígrafo en su mano derecha, apoyada sobre el mostrador, viendo através de la enorme pared de cristal, sonriendo risueña, deseando que la vida fuera un cuento de hadas y pronto un príncipe azul viniera en su rescate. Por desgracia, ella sabía que nunca pasaría, pero... sonar es gratis, ¿no?.
Despertó de su trance cuando observó que unas manos chasqueaban sus dedos delante de sus ojos azules.
- Lo- lo lamento - Tartamudeó avergonzada por ello - ¿ En qué le puedo servir ? - Preguntó sacando su libreta sin mirar al sujeto.
- Un late descremado, por favor - Ordenó una voz masculina.
Arrojó la libreta sobre el mostrador sin importancia y corrió hasta la maquina para preparar uno. En cuestión de minutos lo había logrado, siendo una experta en el empleo, la vieja máquina de expresos ya no era una simple máquina de expresos sino casi su hermana. Tapó la taza mediana blanca y se la extendió al tipo que tenía frente a ella mientras Grace tecleaba con rápidez la máquina registradora. Nuevamente vio las manos de aquel cliente, eran grandes y sensuales, que ahora le extendían un billete de cien. Lo tomó fugazmente y pronto estaba contando el cambio.
- Gracias - Dijo ella subiendo la vista.
Al hacerlo se encontró con unos ojos miel, inexpresivos y algo fríos. Corrió la mirada al sentirse incomodada contemplando el suelo con cerámicas blancas que en este momento se veía gris.
- A ti - Contestó el sujeto con la misma voz ronca de hace unos minutos atrás.
Grace mordió sus labios, encantada ante aquella voz a la cual no se atrevía a observar. Siguió con la vista baja hasta que la presencia desapareció sin dejar rastros. Ni siquiera se pudo tomar el gusto de verle el rostro a aquel hombre ya que sus ojos la cautivaron e incomodaron a la vez.
El resto del día continuó normal, para mala suerte de Grace que tenía ganas de disfrutar atendiendo a un hombre lindo. Nada más que hombres obesos que venían a pedir rosquillas, panes y alguna de esas cosas con grasa, las cuales Grace detestaba comer. Finalizado su turno seis horas después se vió obligada a retirarse a su departamento, comenzaba a extrañar a Isa quien al llegar la recibió con muchos lengüetazos y movimiento de colas alegres.
Mientras la joven se arrojaba a sí misma al sofá, Isa comenzó a olfatear el lugar. Segundos después la dulce perrita Sharpei reapareció frente a los ojos de Grace con un papel rosa entre los dientes. Lo depositó como diciendo "tomá esta porquería" y se retiró a paso lento, tropezando torpemente con sus propias patas.
Ella se levantó de inmediato del sofá, con curiosidad. Tomó aquello observándolo, de pies a cabeza, era un lindo sobre rosa con pequeños decorados en rosa viejo. Lo acercó a su rostro y aspiró, tenía el aroma embriagador de rosas rojas rociado sobre el papel. Luego de unos minutos aspirándolo su curiosidad venció a su nariz y lo abrió con delicadeza para impedir que el sobre se rompiera. Dentro de este había una carta blanca. Con los ojos lleno de brillo recorrió aquel papel escrito con la mejor caligrafía que haya leído antes, sin faltas de ortografía y narrado a la perfección.
"Deleitarme con una belleza como la usted posee no es algo que me ocurra con frecuencia, verla hoy me dejó sin palabras, es sinceramente placentero en la forma que mis ojos se pierden en usted cuando se mueve con tanta elegancia, algo que realmente me sorprende. Deberas es muy afortunado quien la tenga a su disposición Señorita Jones, y espero con muchas ansias volverla a cruzar en mi camino. Porque creáme cuando le digo que, nos vamos a encontrar nuevamente
Atentamente : J. "
Pequeña introducción de "Obsesión".
Idea original de : itsbiebs - Gracias por cederme la idea, es genial (:
Escrita por: Mi xd
Espero les guste, y sí es así déjenme sus opiniones y/o sugerencias ;)
MyEverythingGirl
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Obsesión
Teen FictionGrace Jones, una simple estudiante y mesera de la ciudad de Chicago, inesperadamente comienza a recibir cartas de un extraño, de alguien que la vigila, cartas expresando el deseo y amor que siente un desconocido por ella. Cansada de la frecuente ll...