Capítulo 7.

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Justin respiró el aroma de Grace, hundiendo su nariz en las profundidades del cabello color fuego. Cerró sus ojos con disfruto a la vez que deslizaba sus manos fuera de su fina cintura al trasero de la joven. Oyó que un pequeño e inocente gemido escapó de los labios de Grace en su oído, lo cual provocó que el rubio se excitara más de lo que estaba, si es que eso era posible. Sentía llegar al clímax con tan solo mantener su mirada en la pelirroja y en sus ojos azules.

Esas largas piernas que deseaba tocar con tanto furor, por fin rodeaban su cintura mientras que besaba sus finos labios con pasión y locura. ¿Cómo habían llegado a ese punto?, Justin no lo recordaba, ni siquiera hacía el mínimo esfuerzo por hacerlo. Lo importante para él era tenerla en sus brazos al menos esa noche y luego dejarla ir, o eso pensaba. Le costaba respirar y pensar con normalidad, su sangre recorría sus venas con furia y su corazón amenazaba con salirse de su lugar. Grace, recorrió con sus húmedos labios el cuello de Justin para luego agilmente con ambas manos desabrochar la camisa del joven empresario quien en este momento se había olvidado hasta su nombre.

El hecho de que el apartamento de Grace estuviera a oscuras lo volvía más interesante y excitante. La adrenalina los recorría a ambos mezclada con toques de deseo infinito. Su cuerpo bañado en sudor trataba de recuperar el aire perdido, pero esa, era una misión imposible. Sentía las uñas de Grace en su espalda, como lo arañaba de pura excitación y placer.

Sus cuerpos cansados se recostaron en la gran cama blanca sin dejar de besarse. Justin sentía cada parte de su cuerpo temblar y estremecerse con cada caricia. Hacía tiempo que no se acostaba con una mujer y ya comenzaba a pensar que estaba algo "oxidado" en el asunto. Era curioso todos los sentimientos que despertaba Grace en el sistema del joven con tan solo una mirada, sonrisa, incluso, con su sola presencia. Deslizó sus dedos desde su barbilla hasta su cuello, y de su cuello al escote de su camisa negra. Comenzó con en primer botón, luego con el segundo, tercero hasta lograr desabrocharlos todos y dejar a la vista su lindo brasier azul francia. Ella bajó sus manos a los boxers de Justin, jugó con la parte superior haciéndolo sufrir.

- Ay, vamos Grace, no vas a querer hacerme esperar - Gruñó apretando los dientes.

Justo cuando ella empezaba a bajarlos lentamente, todo a su alrededor de tornó negro y Justin se hundió en la más profunda oscuridad. A lo lejos oía la voz de Josh, quien llamaba a su nombre repetidas veces.


- Grace, oh Grace - Gemía Justin removiéndose en la cama intranquilo.

- Hey Justin, ¡ despierta ! - Clamó impaciente Josh al tiempo que lo sacudía de un lado al otro.

Se levantó sobresaltado, observó su alrededor, y no estaba a oscuras, ni en el apartamento de Grace, ni mucho menos ella a su lado. Solamente Josh se encontraba allí, quien se reía burlón de algo que Justin, no lograba comprender. Todo había sido, un maldito y excitante sueño.

- ¿Y tú qué ? - Preguntó molesto.

- Hermano, tus gemidos se oían hasta la cocina, deberías controlarte un poco más, hay gente abajo - Contestó Josh entre risas.

- ¿Mis gemidos ?, ¿Gente?, ¿Qué ? - Estaba confundido. Todo le daba vueltas, de modo que volvió a caer sentado en la cama.

- Gente, el señor Jones y su hija están aquí, acuérdate que dijiste que vendrían a cenar - Resopló Josh algo cansado.

- ¿El señor Jones ?, ¡¿Su hija ?! - Repitió con los ojos como platos - Oh Dios, como me pude haber olvidado, bajaré en un segundo.

Justin corrió hacia el baño preocupado. Un bulto yacía bajo sus boxers blancos, junto con un flujo pegajoso y húmedo que lo incomodaba.

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