Capítulo 43

319 24 4
                                    


«El favor que le puedes dar a este mundo es tu muerte» aquellas palabras de Khalid resuenan mucho en mi cabeza desde que entre al auto y mis llantos se calmaron.

Mi cabeza está pegada en el vidrio de la ventana viendo como el mar se extiende por toda la orilla hasta perderla de vista y solo visualizar construcciones mientras pasamos por la autovía que nos lleva hacia el aeropuerto. Todo mi cuerpo se siente débil y la cabeza envía leves dolores insoportables, mis ojos se sienten cansados y adoloridos por tantas lágrimas derramadas.

Algo hace que despegue la cabeza del vidrio, hay una sensación rara acompañada de un sonido que no logro distinguir, miro a Joyce Rousseau que teclea en su celular mientras que el otro francés tiene la vista al frente manejando el auto; delante de nosotros se encuentra el primer auto a una distancia prudente, me giro hacia atrás para ver el tercero y último auto seguirnos.

Por un momento siento que mis alertas estuvieron mal, y antes de quitar la vista, algo me hace quedarme y ver detrás del tercer auto; descarto con la mirada todo auto particular de diferentes marcas, hasta ver una camioneta negra pasar la mayoría de aquellos vehículos.

—Acelera —suelto al no apartar la vista.

Veo como aquella camioneta toma más velocidad, pasando tres autos y quedando detrás de aquel auto que nos acompaña. Se desliza la puerta de aquella camioneta y se asoma un hombre con un arma muy diferente a lo que he visto, la punta del cañón es de forma puntiaguda mientras hace soporte en el hombro de aquel alemán.

—¡Aceleren! ¡Aceleren! —Grito al saber lo que es aquella arma—. ¡Acelera ya!

—Odette ¿pero qué te sucede...?

El misil sale de aquella bazuca y golpea de inmediato al tercer auto de Joyce; el auto sale volando mientras el fuego se va expandiendo y agarra su camino hacia arriba junto con el auto, luego el auto cae con mucha brusquedad y rodando por el camino; siento que el vehículo toma velocidad al sentir mi cuerpo caer hacia atrás, encajo las uñas como puedo en los asiento y me impulso hacia arriba para seguir viendo aquel desastre.

Algunos autos se habían detenido y otros se habían atropellado unos contra otros, empiezando a hacer un caos. La camioneta logra salir de aquel desastre, siendo su proxima víctima.

—¡Más rápido! —y golpeo el asiento por detrás del conductor.

El francés aumenta la velocidad, cambiando de canal a cada segundo y sobrepasando los demás autos hasta llegar a la par con el primer auto, Joyce le hace una seña con sus dedos y de inmediato el auto toma otro canal, alejandose de nosotros.

—¿Qué hacen? —pregunto al ver que se alejan mucho de nosotros, mientras que tomamos otro canal.

—Necesitamos hacer que se confundan —responde al abrir la guantera y sacar dos armas en ella—. Plus vite, Lucas [Más rápido, Lucas].

Vuelvo a mirar hacia atrás y no veo la camioneta, sigo la mirada por donde se fue el primer auto, tratando de buscar aquella camioneta. Más adelante algo nos alumbra acompañado de una explosión. Lucas frena al ver aquello, junto con otros vehículos.

No sale ninguna palabra por mi garganta, aquello me deja atonica y me asusta más de la cuenta, «¿se darían cuenta que no estaba en ese auto? O ¿tienen luz verde para matarme?» me pregunto mientras vemos como el auto queda hecho añicos, mientras el fuego se expande.

—Retirez-vous de l'avenue Lunalilo Fwy, aller pour Waialae Ave et puis tu traverses 16th Ave [Retírate de la avenida Lunalilo Fwy, ve por Waialae Ave y luego cruzas en 16th Ave] —habla en francés Rousseau.

Khalid CafieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora