En la sala principal de los dormitorios de la clase 1A se encontraban reunidos Kirishima, Kaminari y Midoriya, todos conversaban sobre la emoción que les provocaba la navidad.
- El sábado por fin es navidad, ¡Estoy muy feliz! - Mencionó el peliverde moviéndose en su asiento con emoción.
- ¡Es genial!, ¿Qué regalos traerá Santa esta navidad? - El rubio eléctrico se emocionó de igual forma pensando en que regalos podría haber bajo el árbol.
- Santa no existe, cara de idiota. - Mencionó el cenizo de forma seca mientras se dirigía para sentarse en el sofá.
- Bakugo déjalo. - El pelirrojo ordenó al cenizo haciéndolo enfadar.
Cuando Bakugo trató de hablar para quejarse, una presencia habló del otro lado de la sala.
- ¿Quién es Santa?...
Todos los presentes giraron su cabeza tras escuchar las palabras que su compañero Todoroki había dicho.
- ¡JA!, ¡El bastardo mitad y mitad no podría ser más idiota! - mencionó el cenizo riendo de forma burlona revolcándose en su lugar.
El peliverde se acercó a su compañero bicolor mirándolo con extrañeza. - Todoroki, ¿En serio no lo sabes?
El pelirrojo miro a su compañero y preguntó de igual forma. - ¿Nunca escuchaste hablar de él?, ¿Alguna película o historia?
- No, no me permitían mirar televisión y no me contaban historias. - Mencionó el bicolor con su típica expresión neutral en el rostro.
Kirishima y Midoriya se miraron sintiendo lástima por la situación de su compañero, y entonces Kirishima tuvo una excelente idea.
- Bueno, ponte cómodo, ¡Te contaré la mejor historia navideña! - Tomó a su compañero por hombros y lo llevó a sentarse sobre el sofá.
- Mierda, esto será largo. - Mencionó Bakugo, pero de igual forma poniéndose cómodo para la historia que Kirishima contaría.
En un pequeño pueblo del polo sur...
- ¡Santa vive en el polo norte, idiota! - Gritó el cenizo interrumpiendo la historia.
- Kacchan, pero tu dijiste que no existía. - Mencionó Kaminari riendo por lo bajo.
- ¡Cállense! - Gritó Kirishima sorprendiendo a todos. - Continuaré...
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En un pequeño pueblo del polo norte se encontraba una enorme cabaña, lugar donde ocurría toda la magia, había duendes por todos lados envolviendo y preparando los regalos para la tan esperada navidad.
Todos trabajaban con normalidad, sin embargo, algo extraño sucedía, la puerta de la oficina de Santa no se había abierto aún. ¿Qué habría pasado?
- Oigan, la puerta de Santa aún no se abre. - Mencionó nervioso un pequeño duende pecoso mirando con preocupación a su compañero de ojos bicolor.- ¿Y si sucedió algo?
