La propuesta menos esperada

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Marzo.

Mis papás lo amaron. Y eso que no conocen a mi papá. No es militar, pero es ese típico hombre con estructura rígida que no acepta nada que se salga de su estándar, y a Rodrigo lo amó. ¿Se puede ser más feliz? Lo dudo. Solo lo seré cuando me vaya a vivir con él.

- Alejandra, quiero proponerte algo.

No te ilusiones. ¿Me va a pedir matrimonio? Él mismo dijo que debíamos esperar para algo tan importante. No te ilusiones. No te ilusiones.

- ¿Recuerdas que te conté del emprendimiento que estoy iniciando?

Sabía que era imposible que me pida matrimonio. ¿Por qué soy tan ingenua? En todo caso, ni sé si me quiero casar.

- En la empresa trabajo muy duro, tú lo sabes, pero no puedo dejarlo. Tengo una estabilidad económica que no puedo abandonar. Por eso, no tengo nada de tiempo para la corredora. Necesito a alguien que me ayude, que esté preparando contenido para subir a la web, que se contacte con los clientes, alguien que sea hermosa, que tenga los ojos más lindos del mundo y que esté sonriéndome en este preciso momento.

¿Me veo muy estúpida sonriéndole? Lo pensé, no lo dije.

- Pero obvio que te ayudo...

- No quiero que me ayudes. Quiero que esto sea un trabajo formal. Con contrato, con horario, como corresponde.

- ¿Y no te complica que tu empleada a veces te coquetee?

- No le cuentes a nadie, porque me pueden demandar por acoso laboral, pero me encantaría que me coquetees.

Espera. No solo tengo al hombre de mi vida, ¿ahora tendré el trabajo de mi vida? Bueno, no exageremos, el trabajo de mi vida es el periodismo de investigación. Pero luego de tantos jefes terribles y trabajos de cualquier cosa... esto no puedo salir mal. Esto no puede salir mal.

- Mira...

Sacó muchos papeles.

- ... estas serían las condiciones. Revísalas, piénsalo, pregúntame lo que quieras.

Los tomé, leí la primera línea y se me salió...

- Acepto.

Lo dije, no lo pensé.

- Pero Ale, léelo, revisa primero tu sueldo...

- Acepto. No tengo nada que revisar viene de ti (ilusa). Esto nos ayuda a los dos. Yo necesito trabajo, tú necesitas sacar adelante tu emprendimiento y no tienes tiempo. Qué mejor que dejes en manos de alguien de confianza tu negocio.

- No podría haber escogido mejor. Gracias, mi amor.

Pobre Rodrigo. Es tremendamente inteligente. En su empresa le sacan el jugo. Creo que trabaja en algo de inversiones internacionales. De todo el mundo lo buscan para escuchar su opinión sobre donde invertir. Yo no entiendo nada. Él siempre me explica, pero lo mío son las letras, no los números. Tal vez, trabajar juntos nos une más. No es que no estemos unidos, pero es bastante común que pasen dos o tres días sin que me responda, sin que salgamos. Pero ya no somos universitarios. Aunque somos jóvenes los dos. Yo tengo 23 y él 24. Y ahora, además de pareja, es mi jefe.

- ¡Te amo! Lo pensé y lo dije.

Imbécil. Lo pensé, no lo dije.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora