★ ; baji.

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Ya _____, vamos, NADA ES IMPOSIBLE WEÓN, NI UNA WEÁ.

Estabas en el paradero, la micro que necesitabas tomar justo estaba pasando, alzaste la mano para frenarla. Cerraste los ojos brevemente sintiendo terror de que la puta micro no frene y quedes como estúpida levantando el brazo a la nada, pero para tu suerte el chofer atendió la parada, soltaste un suspiro de alivio y te subiste.

Tenías tu pase escolar en la mano, debías de tomar un trayecto largo por lo que debías pagar un pasaje directo que costaba al rededor de $700, demasiado caro para tu gusto, así que para aprovecharte de la situación trajiste tu pase escolar, solían cobrarte $200 cuando lo mostrabas, eso disminuía bastante la tarifa, por esta vez no te rendirías ante el capitalismo, chupalo piñera y usted también ministro de la educación, pensaste.

Al momento de mostrar tu pase y entregar el dinero justo, el chofer te mira a los ojos, haciendo que tiembles del miedo.

El escolar cuesta $300. —casi quisiste golpearlo con tu mochila en la maldita cara. Sacaste otros $100 y se lo entregaste, no tenías ganas de pelear. Guardó las monedas y te entregó el boleto que decía "escolar", luego de eso te dirigiste al final del transporte en donde habían asientos vacíos.

Para tu suerte la micro iba casi vacia, habían unos adultos mayores más adelante y algún otro señor que seguramente se dirigía a su trabajo, te diste cuenta que en los últimos asientos iba un chico de tu edad, tenía el cabello largo de color negro, sus ojos cafés y unos lindos colmillos que resaltaban su sonrisa, te pareció muy lindo, si no fueras tan tímida seguramente le pedirías su número o su usuario de instagram.

No era tu caso, así que solo continuaste viendo por la ventana mientras tus audífonos reproducían la música.

Hasta que sentiste como alguien se sentaba a tu lado. Solo supusiste que algún tipo que se subió se sentó a tu lado, pero cuando viste de reojo te encontraste al chico lindo de antes, mierda.

¡Hola! soy Baji, te veías algo sola así que vine a hacerte compañía.

— Hola... soy _____. Gracias por la compañía, ya me estaba aburriendo.

— No te preocupes, también estaba aburrido. me carga tener que bajar en micro e ir a la chucha del mundo, el viaje es una paja. —Reíste a su comentario y la pronta confianza que obtuvieron.

— Opino lo mismo, aparte el pasaje es terrible caro, aún así el pase me salva.

— Tu erí de las mias, ya ningún chofer me deja pasar no más cuando les digo "permiso". —ambos rieron mientras seguían mirando el paisaje, siguieron con una extensa conversación durante todo el trayecto hacia sus destinos.

— Oye, antes que se me olvide, dame tu insta, me caíste la raja. —Dijo baji sacando tu teléfono y entregándotelo para que escribas tu usuario.

— Sip al tiro, tu igual me caíste de pana. —Tomaste su celular y escribiste tu nombre de usuario, le diste click al botón de "seguir" y volviste a entregarle el teléfono.

weena, te pasaste flaca.

— y dime amigo baji, ¿Que vas a hacer ahora qué hay vacaciones de verano?

— chucha, yo cacho que salir con mis amigos, ir a webear con la pandilla, tu cachai.

— ¿tienen una pandilla? wea bacan, preséntamelos algún día. —dijiste entusiasmada, te llamaba mucho la atención.

— obvio que si, cuando querai te presento a mis wachitos, pero ojo, prohibido enamorarse.

— txoa, no te prometo nada. —ambos volvieron a reír.

Los últimos minutos del viaje antes de tu parada se los pasaron conversando ma temas triviales, realmente esperabas volver a ver a Baji. En cuanto tu parada se acercaba, le dijiste a tu nuevo amigo que ya era tu momento de bajar, por lo que ambos se despidieron, prometiéndose volver a hablar.

— ya chao, que te vaya bien. —Baji se levanto del asiento para dejarte pasar, te acercaste a la puerta cuando venia tu parada y tocaste el timbre, pero grande fue tu sorpresa al ver que el timbre no funcionaba.

por la conchemimare está malo el timbre... mi peor pesadilla hecha realidad.

genuinamente ya estabas por entrar en pánico, siempre te había aterrado aquello, que el timbre de mierda fallara en el peor momento. Cuando Baji vio que ya estabas por bajar y el timbre no sonaba decidió ayudarte.

— ¡Oiga tío, ábrale la puerta a la princesa de acá atrás que se quiere bajar po'!

Casi te desmallaste en ese minuto, no sabías si fue por el hecho de que el timbre no sonara o el grito que dio Baji para ayudarte. Le agradeciste con una sonrisa cuando la puerta se abrió y te bajaste, mientras la puerta seguía abierta volvió a gritar.

— ¡Que le vaya bien mi amor, cuídese, más ratito le hablo mi reina! —las puertas volvieron a cerrarse y solo reíste mientras movías tu mano para despedirse y caminar hacia tu destino.

Genuinamente, estabas muy feliz de que por primera vez uno de tus "amores de micro" fuera algo más que un flechazo fugaz.

¡ 𝙩𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙧𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙘𝙝𝙞𝙡𝙚𝙣𝙨𝙞𝙨 !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora