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Tome de las caderas de mi contraria, la tumbe sobre mi cama, estaba molesta por mi mala actuación del día de ayer por la noche, se ve linda estando enojada, no paraba de regañarme, suspire pesadamente, me acerqué a ella tomándole de las muñecas, las puse al par de sus hombros, la miré fijamente, ella solo se calló al instante, miró a otro lado, sus ojos empezaron a enrojecer por esas lágrimas que se asomaban.

Sus labios rojizos y carnosos, que no podía aguantar esas ganas de morderlos como si fueran un manjar, proseguía recorriendo su cuerpo con la mirada, la hice que me mirara a los ojos, mantenía una sonrisa, quería que me escuchara, pero al parecer ella no daba el mayor esfuerzo de escucharme, es terca, de igual manera mantenía su orgullo en alto.

Isaac: cariño, no fue mi intención dejarte sola, puedes perdonarme

Addison: no. . .

Me incliné un poco hacia adelante besaba su hombro, recorría esos besos a su cuello, su aroma es muy embriagador, aún que esté lejos de ella ese perfume a quedado impregnado en mi nariz, escuchaba ese suave jadeo de parte de mi prometida, el cual sonreí ante esa acción jalaba sus manos suavemente hasta su cabeza y entrelazar mis dedos con las de ella, mientras que la sujetaba con una mano con la otra le empezaba a desabrochar sus botones, su pecho estaba al descubierto, igual que su abdomen, la mire una vez más estaba tan avergonzada, que no podía evitar ocultar ese rubor.

Isaac: addison, solo escúchame

Addison: y ahora que. . .

Isaac: nos reunimos fuera de su casa, estaba bien de salud, pero debí hacerlo desde hace mucho tiempo

Addison: a que te refieres

Isaac: que ya estoy comprometido contigo

Dejaba un beso en sus labios

Addison: solo fuiste por eso

Isaac: no, también le dije que esta despedida  que mañana tiene que recoger sus cosas, tuvimos una discusión, la desenmascare delante de su familia y "amigos" que no estaba interesado en ella, Daniela se quedó sorprendida sobre esta situación, se enojó demasiado que me juró hacerte la vida imposible, yo amo a mi mujer y no dejaré que nada malo te pase

No permití que dijera una palabra, solté sus manos, la desvesti por completo, admiré esas curvas bien formadas y sus senos grandes y redondos, ese rubor todavía no desaparece, la besé un tanto acelerado y apasionado con un poco de lujuria.

Me ayudó a quitarme mi ropa, quedamos los dos en completo desnudos, esa piel tan suave que solo provoca un escalofrío que recorre por todo mi espalda, la senté en mis piernas, mientras que ella besaba mi hombro, pude notar como se empezaba a moverse lentamente, esos arañazos sobre mi piel, me provocaba una sensación lleno de satisfacción, esos minutos pasaron muy rápido, el mundo que nos rodeaba desaparece y el tiempo se detiene, solo estamos ella y yo una vez más juntos, introduci mi miembro en ella, me estremecía cada vez que ella pronunciaba mi nombre, esos gemidos se podían escuchar dentro de la habitación.

Nuestros suspiros agitados fueron mezclados pasaba mis manos por todo su cuerpo, acariciando cada rincón de esta, pasamos la mayor noche juntos, la amo, la amo tanto que no soy capaz de dejarla ir por cosas que no significan absolutamente nada para mi.

la hija del hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora