PRINCIPE PREDESTINADO ADAPTACIÓN TERMINADA

🧚Comienzo🧚

Historia Original de DulceBHndez240395

Habia pasado una semana, una en la cuál los habitantes del Bosque sentían diariamente una brisa, recorrer por todos las áreas, sur, este y Oeste.

Los líderes de las demás manadas estaban tan felices, todo el bosque lo estaba.

Ahora los árboles tenían vida, los ríos tenían flujo y algunos especies marinas empezaron a habitar en ellos.

Los árboles empezaron a dar frutos y todo próspera.

—Su Alteza –saludó el Alfa Natouch.

—Buenos Días Líder Natouch,
tienen alguna nueva noticia.

—Solo el inrorme de que en las tierras Oeste todo sigue mejorando cada día. Pero aún no se a visto nada, ni a nadie.

—Lo entiendo Alfa Natouch. Aquí es lo mismo.

—Muy bien Alteza, me retiró.

Lo que pasaba es que Tul les pidió a las criaturas estar al pendiente si veían algo, él quería saber si su pequeño era el causante de ésto.

Mew se encontraba en la pequeña sala de su cabaña en
las tierras del Norte.

De pronto sintió unos pequeños brazos que lo rodearon por la espalda y sintió el delicioso aroma que lo llena de paz

—Buenos dias mi pequeño. –Sonrió aún sin verlo.

—Como te encuentras hoy
Alfa. –Lo soltó y Suppasit se volteó para quedar de frente.

—Bien, solo que me gustaría despertar algún día y que estés a mi lado. Siempre desapareces.

—Lo sé pero aún hay mucho que hacer, es muy poco lo que he hecho y tanto a lo que
devolverle la vida.

Mew se acercó más al pequeño y lo besó.

—¿Te he dicho que eres hermoso?

—No lo recuerdo. –Dijo sonriendo.

—Pues lo eres.

Después del día que el Príncipe apareció frente al Alfa, este no le permitió salir de sus brazos, un enorme miedo lo invadió y le rogó para que se quedará con él.

Flashback...

—Por favor pequeño no me dejes, ya no me abandones.

—No me iré Alfa, pero aún no deben de saber que me encuentro aquí.

—¡No lo entiendo!

—Algún dia se los explicaré, pero debes de confiar en mí. Si, todo esto es por el bien de
todos.

—Lo entiendo y claro que
confio. Pero promete que te quedarás aquí conmigo, aunque nadie pueda saber de ti y tengas que salir a sanar el bosque. Promete siempre volver.

—Siempre volveré.

Fin Del Flashback...

Tenía una semana viviendo juntos, donde el Príncipe salía casi todo el día recorriendo el enorme bosque repartiendo su esencia, magia y amor al bosque y te se llenaba de vida.

Y al final de cada día regresaba al Alfa con una
enorme y bella sonrisa.

Pero ya quería volver a abrazar a su familia, no quería siempre estarse escondiendo.

Así que después de estar abrazado una noche más al Alfa que lo rodeaba, se convirtió en luz y se dirigió al lugar donde siempre podía
conectarse con su Diosa.

—Mi Diosa, necesito pedirle que me deje sanar el bosque. Quiero saber si ya es suficiente la espera y puede regresar la vida a mi hogar y yo junto a esta.

—Yo te daré fuerza mi pequeña alma, pero toda acción tiene sus consecuencias, ¿estás dispuesto a enfrentarlas?

—Solo quiero que todos vuelvan a tener una vida
normal, mi Diosa.

—Yo te iluminaré y te apoyaré hijo mío, eres tan puro mi pequeña alma, que la mayoría no te merece.

—Les daré una oportunidad
–Dijo confiado.

La luz de la Luna brilló en el cielo después de casi 8 años, muchos guardianes del bosque la admiraron, así como muchos humanos sintieron que era talvez una pizca de esperanza.

El Príncipe posó sus pequeñas manos en el suelo, mandando ola tras ola de energía a las tierras.

La luna iluminaba con tanto resplandor que era inclusive casi imposible poder admirarla.

Gulf brillaba recibiendo todo el poder de su madre en él.

Y el la trasmitía al bosque.

Cada rincón de este se cubrió con una capa de césped, los árboles muertos o apenas regresando a la vida, lenaron sus copas con hojas verdes y se llenaron de frutos, las cosechas crecieron y se hicieron abundantes.

Los ríos fluyeron y las lagunas se volvieron a llenar.

Norte, sur, este y Oeste volvieron hacer lo que una vez fueron pero ahora mejorado.

El bosque estaba lleno de vida, el aroma de flores lo invadió y la suave brisa recorría todo el lugar manteniéndolo fresco.

El corazón del Príncipe se llenó de orgullo, todo mejoraría apartir de ahora, todos estarían mejor y el podría volver a los brazos de
su querida familia.

En la mañana todos estaban
sorprendidos, los rayos del sol iluminaron sus pequeños hogares y todos salieron a ver el hermoso bosque ahora con vida en el cual se
encontraban.

Todos lloraban, sonreían y recorrían el lugar maravillados.

—Mi pequeño ¿que hiciste Veo que estuviste ocupado
anoche. –Dijo abrazando al pequeño príncipe en sus brazos.

—Era hora de que todo
mejore. –Sonrió. —¿A casó no es maravilloso?

—Tú lo eres, mi Omega. Gracias por ésto.

—Alfa –dijo con su mirada fija en esos orbes negros. —Me acompañas, tengo que ir a
visitar a alguien. –Dijo con una sonrisa tan grande y llena de emoción, que el Alfa al verlo sintió vibrar su pecho.

—Claro, vamos mi Príncipe.
–Entrelazados de la mano tomaron camino al pueblo.

Los Alfas de las otras manadas llegaban, muchos
habitantes de otras manadas
recorrían el bosque completo
maravillados y confirmando
que no era un sueño.

—Hermano que haces aquí.

—Lo siento Tul, pero necesitaba ver si esto era real, el bosque revivió. – Abrazó a su hermano.

El Alfa Natouch y el Alfa Nattapol miraban a los Elfos abrazarse.

Muchos habitantes se habían
acercado para escuchar las
palabras de su Rey.

De pronto en la visualización
de todos venía el Alfa pelinegro acercarse y detrás de él una resplandeciente e irreal figura se posó al lado
del Alfa.

Era él con su traje blanco, con su hermosa sonrisa.

—¡GIRASOL! –gritó el Rey
cayendo en los brazos del Alfa Nattapol.

El Príncipe paró su paso sorprendido y cuando menos
lo esperó unos brazos lo rodeaban con tanto amor.

—¡Volviste..! –Lloró el
Príncipe Pakorn.

—Hola mi Osito, también te extrañé. –Dijo dejando un beso en su mejilla, mientras todos observaban con sus corazones llenos de felicidad.