El Admirador Secreto || [Adaptación]

〔 ❀ 〕THIRTEEN

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❛❛「 (手紙) Celos pt. 2」 ❜❜
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Cuando encuentras a tu alma gemela también encuentras tu libertad. No hay nada más emocionante, salvaje y liberador que el amor absoluto del alma.

Maratón: 1/8

La luz del sol se colaba por la ventana, Mixtli abrió levanto sus parpados con cierta pesadez, lo primero que vio fue el pecho descubierto de su esposo; quien se aferraba a su cuerpo con sus brazos. Intento separarse, todo era extraño al igual que confuso.  Iba a levantarse cuando fue consiente de su propia desnudez, los recuerdos de la noche le regresaron a la mente, los besos, las caricias... Se sonrojo de sobre manera. Akim comenzó a moverse, provocando un cosquilleo en la contraria. Abrió los ojos de manera lenta y fijos en su esposa. 

—Mixtli...¡Agh!—se quejo llevando se una mano a la cabeza. 

Lo comprendía el por que de su quejido, sin duda esa resaca no se le pasaría pronto.  Quitándole importancia al hecho de que estaba despojada; se puso de pie lo más rápido posible que las sabanas enredadas junto con las piernas del hombre le permitieron, cerro las cortinas dejando el cuarto quedara muy poco iluminado. Camino hasta encontrar su bata que anoche había sido quitada y arrojada al suelo. 

—Te traeré algo para el dolor. 

Salió apresurada del dormitorio respirando al fin, por alguna extraña razón se sentía incomoda, no es que el sexo hubiera sido malo al contrario, pero ese que hizo que viera las estrellas esa velada era la misma que durante tres años la hizo sentir tan poco deseada con su amargura a la vez que su falta de ternura. Suspiro y con muchas dudas se encamino hacia la cocina. 

—Buenos días señora—saludo la cocinera, una mujer grande de edad y de buen corazón.—Este día les serviré unos deliciosas chilaquiles con pollo, espero y sea de su agrado. 

—Muy buenos días—dijo la castaña—Suena muy bien, de seguro que Akim le ayudara a sentirse mejor. 

—¿El señor Kozlov esta enfermo?— cuestiono con preocupación. 

—Es un dolor de cabeza muy fuerte—aclaro dirigiéndose al botiquín de primeros auxilios que se encontraba en la pared.—Necesita descansar, y en poco tiempo estará bien. 

—En ese caso picare un poco de fruta y le preparare un jugo fresco de naranja—empezó a picar la fruta—Le diré a Elizabeth que se lo lleven a su alcoba, si usted esta de acuerdo. 

—Claro, le agradezco mucho su atención hacia Akim—estaba agradecida, yendo por el vaso de agua ya con la medicina a la mano. 

—No debe hacerlo señora—sonrió—¿Quiero que también le mando el desayuno?