El Admirador Secreto || [Adaptación]

〔 ❀ 〕FOUR

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❛❛「 (手紙) Búsqueda」 ❜❜
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Amor Es Enamorarse De La Misma Persona Todos Los Días

Mixtli continuaba leyendo ese papel que la había dejado encantada, perdiendo la cuenta de cuantas veces repaso las palabras aunque eso no le importaba en lo absoluto, suspiraba como si de nuevo fuera una adolescente enamorándose por primera vez... Fue cuando sintió un enorme arrepentimiento por haberse desecho de la primera carta que su admirador se dio a conocer. "Tal vez aun no sea tarde.." pensó mientras buscaba rápidamente a María. La buscaba por todos los corredores que era probable que estuviera, los cuartos e incluso en la cocina mas no había ningún rastro de ella desesperada corría al exterior donde estaba la basura encontrándose con su hermana Elizabeth. 

— ¿Sucede algo señora? ¿Por qué corre? —estaba curiosa

—No pasa nada Elizabeth, aunque ahora que te veo, ¿Sabes dónde está tu hermana? — estaba agitada, era la primera vez que detenía su paso desde que salió de su estudio.

—No señora, ¿Necesita que haga algo? — su tono era amable.

—No, pero de casualidad ¿Hoy ha pasado la basura? — Su respiración ya era tranquila— Ayer por error tire algunos papeles importantes y bueno, me gustaría recuperarlos—explico.

—No señora, aún no ha pasado sin embargo no debe tardar, ¿Quiere que la ayude a buscar? — se ofreció mas la latina ya había salido disparada del lugar.

—No Elizabeth, muchas gracias—grito en lo que se apresuraba.

Afuera del gran edificio, en su camino paso por el jardín antes de llegar al contenedor de basura aunque no pensaba que fuera tan alto. Rebusco entre los residuos que estaban ahí, solo los que alcanzaba a ver queriendo algo que le ayudara a tener más visión, por suerte logro encontrar dos cajas de madera que usaban los cocineros para poner los vegetales, los acomodo uno arriba del otro rezando por que no se rompieran. Registro entre todo las bolsas abriendo cada una, definitivamente debía tomar una ducha después de eso; su paciencia se acababa al no poder encontrarla estaba a punto de darse por vencida mas su corazón se negaba a dejar a esos párrafos lindos se fueran. 

— ¿Perdió algo mi señora? —la voz de una persona, lo que la hizo brincar del susto dándose un buen golpe con el contenedor

—Si...Auch—se sobaba esa parte afectada de su cabeza—Te estaba buscando Mari, ¿Dónde estabas?

—Me encontraba en su despacho ordenando lo, por cierto las flores le dan un lindo toque—hablo con tranquilidad, la occidental sintió un escalofrió, ahora tenía la duda que si María había leído había leído algo.

—Gracias, pero ¿Viste algo que estaba en mi escritorio? — los nervios la comían ya que había dejado la carta en dicho lugar que menciono, no hubo tiempo de guardarla.