Capítulo 7: ¿Mente?

58 12 3
                                    

Las lluvias de balas hacían parecer el lugar como una escena sacada de Star Wars, con tantos proyectiles moviéndose en el aire que llegaban a chocar y producir chispas que asimilaban una luz láser de aquella icónica saga de películas. Si no fuese por la posición tan comprometida en la cual se encontraba la nombrada Moon-Girl, seguramente esto detrás una televisión habría parecido menos espantoso y más fascinante.

Ese no era el caso, lo que podría parecer una escena romantizada en el cine era tan cruento que ni las películas que más intentaban reflejar el realismo daban un golpe certero. Obviamente, porque una producción cinematográfica solo busca parecerse, no ser, menos el expectante de dicho espectáculo. Hace rato que no se movía de una pared, cubierta mientras se agarraba de las piernas. Le gustaría poder reconfortarse con algunos de sus amigos, pero habían sido divididos en distintos batallones. Lo que quedaba en el sitio eran puros desconocidos, quienes no sentían simpatía: solo acción, movidos por el miedo.

Era el quinto día, lograron avanzar, pero también llegaron a retroceder en ciertos terrenos. Sin embargo, el avance era más importante. Mientras la resistencia pasó a segundo plano.

Ahí, la joven Moon-Girl vió de todo, en la parte del país indio liberado por los aliados, sus soldados abusaban de la población, siendo pocos los cautos y sensatos. Habían quienes violaron mujeres, quienes sometieron a otros hombres, quienes arrebataron dinero...y sin llegar a ser negada dicha actitud por sus superiores. Una vez leyó de acciones parecidas en libros de historias, como las ocurridas en la Segunda Guerra mundial o en Vietnam, pero a menos los culpables eran castigados tras tales atentados contra la vida en aquellos casos. Aquí no, era ignorado ante una mayor firmeza en el avance.

¿Dónde quedaba la virtud de su país que tanto defendía?¿dónde estaba la justicia que tanto vociferaban? Solo veían lo que juraban ser, mientras también veía que sus enemigos también eran aquello que se juró no eran. Era consciente, levemente, de que en la vida había que tener una imparcialidad, ya que siempre hay dos caras de una moneda. Sin embargo, era más impactante verlo en persona. ¿Por qué estaba luchando?.

-Ho-hola- habló un día a un sargento- ¿podría saber si puedo comunicarme con otra unidad? Quiero saber si unos amigos están bien...

El sargento le indicó donde habría un teléfono militar con la cual contactar, dirigiéndose al sitio con desespero y cierto temor. Solo tendría 5 minutos para poder usarlo a su plena disposición.

Había tenido que reunir fuerzas para hacerlo, sus ganas se iban, el arma en sus manos quemaba con cada disparo, y sin importar si comía bien o no, le dejaba cada día una ansiedad en su boca imposible de quitar. Temía por no oir nada por el teléfono, tal cual el espacio vacío mismo. Sin embargo, su alivio fue tan relajado con el oír a su amiga hablarle por el otro lado en unos minutos.

-Oh gracias Dios...extrañaba escuchar una voz familiar- vociferaba la Kamala Khan- ¡Esto se siente como una puta prisión!- exclamó como un arrebató.

- Y-yo...me siento igual. No me he duchado en tres días completos- se dijo asqueada, apoyando su brazo en la pared y suspirando del alivio. En medio de un trance tan grande en esta tierras, oir su voz fue hallar un oasis donde dejar de preocuparse. Era sentir el tiempo volver a correr, como alguna vez empezó al crear un universo.

-Yo no he podido dormir, tengo ojeras...- dijo Kamala, mientras casi parecía llorar de la angustia- no dejo de escuchar explosiones en mis oídos, uno de mis compañeros explotó delante de mi, hasta sentí su sangre salpicar a mis ojos.

-No he podido moverme de mi lugar cada vez que voy, como mucho disparo sin ver. Por más que hayan querido prepararnos, disparar a un objeto es distinto a un ser vivo.

■-Horror Hulk- Todo Es Gris■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora