Enfundado en unos negros pantalones, bien adheridos a sus largas piernas, acabando en unos zapatos de cuero en el mismo tono, la camisa, en azul marino y en contraste de su radiante piel, más su brillosa cabellera ahora corta y con un brillo sin igual.
No podía entender cómo podía concentrar todo a la vez: hermosura,seductora e inocencia de niño.
Estaba tan absorta ante esa aparición mística creada por los mismísimo dioses y su querida madre. Si bien, esperaba que saliera del guardarropa a mi encuentro, mi mente no daba para haberlo imaginado así, tan espléndido no me bastaba la vista para recorrerlo, necesitaba acercarme y tocarlo para ver si era real o una alucinación.
A duras penas mis piernas respondían para caminar, el impacto al verlo me evocó a la primera vez que me miró en ese momento quedé hecha trizas, como si un huracán hubiera arrasado con mi memoria, despojándome del pasado y sólo él, tutelando mi futuro cuan soberano príncipe del Amor.
Me recibió en sus brazos, casi, sintiendo un desplome de mí ante su elegancia parecía un padre esperando a su pequeño hijo en los primeros pacitos.
El contacto con su cuerpo me devolvió algo de lucidez. Su sonrisa hechicera y su mirada arrebatadora, me tatuaron otras en mi rostro, reflejando su brillo de sol, como si apenas fuese una luna que sólo reluce cuando él está presente, sino, simplemente era un satélite a medio extinguir y ansiando su sonrisa de astro para existir.
Toqué su rostro, sus brazos y su torso, confirmando que era cierto, Chris era tan real como lo que vivía cada mañana al desvelarme y encontrándolo a mi lado, dormido, en la más apacible paz del sueño. Podía quedarme horas mirándolo, contando cada milímetro de su belleza, sin cansarme, descubriendo algo que me atraía cada vez más hacia él. No tenía manera de escaparle a la trampa de pasión que había y su mirada que fundía ciertamente en una borrachera inmensa de romance permanentemente.
Luego de abrazarme y decirme que estaba encantado, tomó mi mano derecha y en un pase de magia, me hizo rotar sobre mis tacones, como a una bailarina en su cajita de música, bailando con el sonido de sus palabras y con la sublime luminosidad de sus grandes ojos que iluminaban a kilometros:《Te has vuelto una amenaza a mi conciencia, Amor!》y continuó
《Eres hermosa, única e inigualable》
Yo, simplemente sonreí y me acerque a besarlo tiernamente ¿Qué podía decir? Si al verlo, me quedé sin palabras, si al escucharlo, acallé hasta mi propia voz, para que sólo la suya susurrara en mi mente. Y no meter la pata como siempre acostumbre hacer...
Las horas hacia la mitad de la noche, se estaban acercando. En tanto Chris daba el repaso final por el árbol que él terminó de adornar, me confió que sentía aleteos de mariposas en su estómago y se sentía ansioso por la llegada del año nuevo lo que yo quería mostrarle era exactamente eso, la hermosa sensación que vivíamos en este lugar en ese momento del año, al parecer, todo estaba teniendo efecto sobre él. Me hacía feliz, necesitaba retribuirle toda la ilusión que me hacía sentir en cada una de estas fechas.
Empecé a acomodar la pequeña mesa colocada en la gran terraza del apartamento la vestí con un mantel blanco con un caminito de color dorado con guardas de paisajes nevados, compulsando con el calor que emanaba Christopher en la noche. Sobre ella, coloqué dos recipientes con los opuestos del universo: dulce y salado. En la bandeja dorada puse budines de chocolate, galletas de vainilla en la otra, tambien bocadillos en salmón, costillas de cerdo y todo hecho con mis manos. Arreglé el balde que ostentaba hielos facetados en varias caras, imitando diamantes y conteniendo al tesoro burbujeante del espumante dorado en el interior de la botella, que también acomodé con elegancia.
Mientras delicadamente hacía eso, el viento que corría ya que estaba abierto la azotea acarició mi rostro y magnéticamente, el paisaje me llamó a contemplarlo. Apoyé mis manos en el barandal de mármol del enorme balcón y me dejé acarrear por todo lo que veía.
La noche, oscura y profunda, se despertaba ante una hermosa noche iluminada con miles de habitantes vestidos de blanco, ellos estaban esperando lo mismo que nosotros.
En el medio de la ciudad en ese tremendo balcon podías observar a un mundo de personas ahí abajo esperando que la bola gigante del stime square llegue al final se confundía con la espesura nocturna y brillaba en conjunto con las estrellas que, esa noche, rutilaban más de la cuenta.
Andando ese panorama supremo, sentí sus pasos muy cerca de la mesa, escuché cuando quitó la botella del hielo que empezaba a licuarse, igual que mi corazón al sentir su presencia que estaba a punto de descorcharla.
Mis ojos fueron llevados a los suyos, mirándome con cautivante observación. Creo que leí su mente al colarse un pensamiento específico, el recuerdo de cuando nos conocimos aquella vez en una fiesta, en la que ninguno de los dos había pensado estar, y todo gracias a unos amigos productores de música, que me invitaron a ese coctel, cambiando mi vida.
Recuerdo que su visita, fue inesperada. Chris, casi nunca asistía a esos eventos, no se solía mostrar en lugares así, se incomodaba eclipsar al anfitrión de la velada o a algún agasajado en especial y que termine siendo él llamado de atención entonces con la humildad que lo caracteriza, prefería no ir. Pero aquella vez fue distinto, había sentido la necesidad desconocida de concurrir a esa velada en particular, ni él mismo se explicaba cómo una fuerza lo había empujado hasta ese lugar jamás se había sentido así.
Cuando llegó esa noche al salón y me vio, supo el por qué de ese inquietud de llegar a ese lugar de tener que estar y yo, supe para qué había venido a este mundo
Todos esos recuerdos, revoloteaban en mi cabeza, dividiendo mi alma entre mirar el paisaje festivo y admirar a esa tremenda escultura de preciosidad y a la vez tan tierno
La balanza siempre se inclinaba de manera absoluta hacia él Chris acaparaba mi existencia, todo desaparecía al tenerlo tan próximo, todo se esfumaba con apenas nombrarlo.
Una ráfaga envidiosa, revolvió algunos de los rizos que había dejado a los costados de mi rostro para quitarle formalidad a mi cabello recogido, forzándome a quitar mis ojos de él. Con cierto apuro, retiré los cabellos que competían con mis pestañas y traté de acomodarlos detrás mis pequeñas orejas, y cuando iba a retornar mi mirada a la obra de arte de Dios, hacia Christopher, una intrépida bengala multicolor se estrelló en el cielo, estallando en miles de colores.
El estallido y la coloración del artificio, dictaminó que mis sentidos fuesen a ese punto de luz, pero, eso no quedaría así…
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One Shots de Chris Evans
Любовные романы#chrisevans #oneshots #cevans Está es una historia dedicado a todos los personajes de Chris Evans adentrate e imagínate ser esa personaje que vive, disfruta estar con algún personaje o con el mismísimo Chris 😍😜💝