Con derecho a roce! (II)

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Esto es básicamente lo que eran para él, juegos que nunca terminaban en absolutamente nada serio, pero esta chica, había modificado por completo su manera de ver el mundo, era imposible dejar de pensar en ella y durante un par de meses, se volvió absolutamente exclusivo para esta mujer. Salieron en múltiples oportunidades, y aunque nada había pasado y la carne los había tentado, pero no se habían rendido, seguían acercandose cada vez más.
Esa era la regla principal que no se podía violar, pero Chris hacía caso omiso de lo que estaba ocurriendo y seguía perdido en la mirada de ojos color miel de esta espectacular mujer con su sonrisa tan angelical que tenía o el simple hecho de tenerla a su lado, disfrutar de su aroma, de los juegos entre sus dedos, los roces involuntarios, haciendo que cada día fuese más especial, pero cuando finalmente había logrado hacer que esta mujer terminara en su cama, todo había llegado al punto de
quiebre. Él sabe perfectamente que cualquier mujer puede dejarlo todo por él, puede modificar cualquier decisión para salvar el vínculo existente con este sujeto. Pero quizás, con Chloe esté completamente equivocado, ya que tiene una vida prometedora en el horizonte, un esposo amoroso que da la vida por ella, mientras en el otro lado lo único que tiene es un amante espectacular que está acostumbrado a cazar nuevas chicas para darles un placer excepcional.
Este era el punto más fuerte a favor de Chris, un hombre que jamás fallaba en su tarea de complacer a sus amantes. La vida sexual de Chloe y su esposo era absolutamente aburrida y monótona.
Era un hombre de 47 años que simplemente se quedaba allí postrado en una cama mientras ella tenía que hacer prácticamente todo el trabajo para él. De alguna otra forma, sentía que lo que pasaba entre ellos no era hacer el amor, era simplemente un acto de sexo en el cual ella le retribuía todos sus regalos y lujos.
Pero con Chris era completamente diferente, este hombre se dedicaba totalmente a satisfacerla, a tocarla, a que el sentimiento de ese momento sea mutuo, menos así lo había descubierto aquella noche en que había entregado su cuerpo. Hubiese querido tener la voluntad para resistirse, pero al entrar al departamento del seductor hombre, sintió que finalmente había tomado la decisión. Entregarías tu cuerpo a
aquel hombre que después de beber algunos tequilas, algo que la había calentado de una manera mágica y  sobrenatural.
Que termine bailando con aquel hombre y con un poco de música latina, movida salsa  mientras Chris sentía que el momento, aunque era bastante curioso, no podía ser más perfecto. Esta había tropezado sin querer con la pata de una silla ubicada en la sala. Había golpeado su dedo meñique del pie y el profundo dolor que se había generado había llevado a que Chloe se siente rápidamente en el suelo para tratar de calmar el dolor. El grito se había escuchado en todo el departamento y Chris se había acercado rápidamente a Chloe mientras esta se retorcía en medio de los fuertes dolores, Chris simplemente masajeo con cuidado en el dedo meñique《Tendría que estar preocupada por el dolor pero es raro sentirme caliente por los masajes que me da Chris》
Mientras Chris se sentía apenado por lo sucedido el cual lucía bastante enrojecido e inflamado.
《 Vaya golpe que te has dado. Déjame darte un pequeño beso de sanación, dicen que tengo poderes mágicos para hacer que el dolor se vaya.》Dijo Chris mientras acercaba el pequeño dedo a su boca.
《 No lo hagas, moriré de las cosquillas.》Dijo Chloe mientras se resistía.
Chris sonrió y logró dominar a Chloe y  entre sus labios logró obtener el pequeño dedo. Succionaba con una sensualidad tremenda, mientras que cierta señorita se imaginaba a Chris dando un placer inolvidable que  comenzaba a excitarla gradualmente. La lengua de Chris se entrelazaba entre sus delicados y perfectos dedos, mientras esta sabía que no podría resistirse. No hubo cosquillas, lo que hubo fue un estímulo increíble que Chloe no pudo controlar. Chris comenzó a subir directamente hacia su tobillo,con pequeños besos delicados que caían como pequeñas gotas sobre el tejado durante la lluvia en invierno.
Chloe simplemente pudo cerrar sus ojos y experimentar un estímulo tremendo, sentía que la gravedad estaba desapareciendo y dejaba de actuar sobre ella permitiendose flotar hacia la galaxia. No tenía control de su voluntad, hubiese querido rechazarlo, de tener toda ese control, era una mujer que estaba por casarse, de hecho, ya finalmente había definido la fecha para que se llevará a cabo este acto. No podía pararlo ella quería esto, lo deseaba desde el fondo de su corazón jamás en su vida le habían hecho sentir tan sensual e importante y llena de placer por dar, por primera vez no tuvo que hacerlo por si sola esto es diferente es hacerlo los dos y sin preguntar que le gusta con una sola mirada nos deciamos tanto. Chris tenía que aceptar definitivamente que había perdido la batalla, pero ni siquiera sabía que en horas de la mañana, Chloe debía marcharse rápidamente ya que debía alistar absolutamente todos los últimos detalles para casarse cerca de horas del mediodía. Esto era básicamente una especie de despedida que estaba a punto de
llevar a cabo una apasionada mujer que simplemente estaba entre dos caminos y estaba a punto de elegir el más seguro.
Desde cualquier situación, cuando analizaba lo que tenía junto a Chris sabía que no tenía ningún futuro y aunque este hombre la había hecho sentir una ilusión tremenda, lo único que quedaría después de todo ese fuego que ardía entre ellos aquella noche serían cenizas. Chloe quien llevaba un vestido corto hasta las rodillas, dejaba ver sus muslos lisos y tercios, completamente emocionada ante la lluvia de besos que le
proporcionaba este hombre.
Su corazón latía fuertemente y sus manos sudaban, y al ver como los labios de Chris comenzaban a ascender hacia sus rodillas, sentía que no habría manera de detenerlo. Estaba absolutamente decidido a complacerla, era un hombre totalmente seguro de sí mismo, y la manera en que la tocaba, la llevaba a un lugar en el cual se sentía especial y única. Aquellos besos corrieron por toda su pierna en dirección ascendente, ubicándose directamente en la zona íntima. Cuando comenzó a besar sus partes íntimas por encima de su ropa interior, Chloe empezó a temblar de miedo, ya que eran sensaciones explosivamente que detonaban en su vientre y terminan directamente en su columna vertebral.
《Espera,Chris, mejor detente creo que hay algo que debes saber.》Dijo Chloe
《Shh..... no quiero escucharte negarte más, Chloe. Lo que está a punto de pasar lo deseamos ambos. Dejemos que sean nuestros cuerpos los que se expresen y luego escucharé lo que tengas que decir》Dijo Chris mientras colocaba su dedo sobre la boca de la chica.
Esta, se vio tentada a tomar a su dedo índice y comenzar a succionarlo y así lo hizo. Su lengua rodeaba su dedo y  comenzaba a lubricarlo, a humedecerlo mientras Chris hacía su trabajo en la zona genital de Chloe, su lengua había hecho un trabajo espectacular apartando la pequeña ropa que le quedaba allí, había comenzado a generar un sexo oral tremendamente perfecto. No tenía comparación, Chloe había acertado en su idea de que este hombre debía ser un amante excepcional.
Lo veía en su mirada, en sus actitudes, así que, el arrepentimiento comenzó a disminuir, ya que, esta era la mejor despedida de soltera que podía tener. La infidelidad terminaría aquella noche, ya que, a partir del momento en que se convirtiera en la esposa de Rafael Cazolli, no volvería a ver nunca más a Christopher, y esto era exactamente de lo que hablarían. Aquel hombre finalmente se había deshecho de la ropa intima de Chloe, se había ubicado en el medio de sus piernas.
Sus pantalones en sus rodillas habían dejado ver un enorme y jugosa (parte) que estaba a punto de entrar en la excitada mujer.
Chloe no tenía más opción y lugares a donde ir, quería que Chris fuese más romántico y especial, pero había iniciado de una manera muy improvisada y así debía continuar. Apoyados en el sofá de la sala, como dos adolescentes apasionados sin reglas. Ni siquiera se habían dado a la tarea de quitarse la totalidad de la ropa, ya que,
emocionalmente habian sentido una  pasión extraordinaria y la lujuria era completamente descontrolada.
Los gritos de Chloe se escuchaban en prácticamente por todo el edificio, Chris rebotaba sobre ella de una manera descomunal, sincronizada, sabía exactamente cuándo entrar y cuando besarla, era un experto en el sexo, sabía explorar la sexualidad de cualquier mujer. Quería dejar completamente claro a Chloe de lo que estaba a punto de perder si no tomaba la decisión correcta. En la vida cotidiana, Chris era un hombre más tranquilo y dulce según los que lo conocían y sabían describírlo pero cuando las luces se apagan y entraban a la cama, era único, un hombre especial e inolvidable, que era capaz de hacer retorcer a las mujeres más exigentes.

One Shots de Chris Evans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora