Entre muérdago y patines

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— Bien, ya que no nos veremos luego, hagamos de cuenta que ya es navidad — sugirió Mirio cuando escuchó las doce campanadas del reloj— así podemos entregarles sus regalos y después llevar a Eri a descansar a casa — explicó señalando a la pequeña peliblanca que ya estaba dando bostezos.

— ¡Ok! ¡Yo empiezo! — exclamó Denki entregando su regalo a Kirishima.

Así fueron de a poco entregando todos los regalos. Pero con la energía que se apoderó del ambiente Eri dejó de tener sueño y empezó a jugar con su regalo, cambiando el color de pelo de casi todos con su varita mágica.

Mientras la mayoría  jugaba. Katsuki aprovechó apartarse de sus amigos y acercarse al pecoso para darle su regalo. 

— Feliz navidad árbol navideño— dijo entregando un pequeño paquete al peliverde.

Izuku le sacó la lengua ante el apodo antes de tomar el paquete, lo abrió con cuidado viendo que dentro estaba la tarjeta edición limitada de All Might que le faltaba para completar su colección. Abrazó a su novio tratando de no ponerse a llorar, esas tarjetas las coleccionaban desde que eran niños. Le impresionaba saber que Kacchan aún se acordara que era esa precisamente la que le faltaba, y de que hubiera podido conseguirla, por que hace años que habían dejado de imprimirlas.

— Eres un llorón Deku — comentó limpiando las lágrimas que se le había escapado al pecoso con sus pulgares. Izuku no contestó solo se escondió en el pecho del contrario.

— Gracias — susurró el pecoso  después de un momento mirándolo con adoración.

— Ni lo menciones nerd — respondió Katsuki soltando el agarre antes de que sus compañeros quienes ya se habían percatado del abrazo, hicieran preguntas.

Cada quién se fue con su grupo de amigos un momento para calmar las aguas.

Cada vez es más difícil esconderlo...¿deberíamos decirles?

Sin embargo los pensamientos del pecoso fueron interrumpidos por un pequeño tirón en su abrigo. Eri ya se iba y quería despedirse.

Una vez Mirio, Aizawa y Eri se retiraron, los demás decidieron poner en marcha el plan que llevaban haciendo desde que Uraraka sugirió la reunión.

— Deku-kun, ¿me podrías ayudar? Tengo que ir a la cocina para traer más chocolate — pidió la castaña para distraer a su amigo y que no se diera cuenta que los demás empezaban a colgar muérdago.

— Claro Uraraka-san.

Mientras tanto Denki empezó a molestar al cenizo a modo de distraerlo. Nadie se lo pidió, el se presentó como voluntario, lo que les hacía dudar del instinto de supervivencia del rubio menor.

En el momento en que vieron que el pecoso regresaba, Denki se hizo perseguir hacia la entrada para llevar al cenizo cerca del peliverde y así bajo la excusa de que estaban bajo el muérdago, se dieran un beso de una buena vez.

Katsuki para este punto solo quería usar a Pikachu de tiro al blanco. ¿Por qué mierda está actuando más idiota de lo normal?

Sin embargo antes de que Kaminari terminara chamuscado, el ojirubí notó que sus compañeros habían puesto muérdago cerca de donde iban a pasar su pecoso y Cara redonda. ¡Ni mierda!¡Por un demonio que voy a dejar que eso pase!

Y aprovechando que el rubio menor seguía molestándolo, lo mandó de una explosión hacia donde estaba la rama de muérdago, haciendo que esta cayera.

El resto de la clase suspiró desganada al ver como el plan se iba por el caño.

Lo peor para el cenizo fue que esa escena se repitió un par de veces más. Su pecoso novio casi se termina besando con otras personas incluyendo al bastardo de las mitades. 

Un diciembre agitadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora