#2 Besar a un extraño

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Grisell

Prendí mi tercer cigarrillo de esa mañana, inhale el humo y espere 5 segundos antes de soltarlo. Era un hermosa mañana de jueves en Nueva York, realmente esplendida, hacía frió, pero el clima era la cosa que menos me importa en estos momentos. Volteé hacia atrás para comprobar que la puerta de la casa de mi mejor amiga seguía cerrada. Irene siempre tardaba en salir, y cuando le reclamaba salía con su tipica frase: "Las mañanas son para levantarse tranquila, no para romperse un pie mientras intentas ponerte una blusa en donde van los pantalones". Suspriré, de los cuatro años que llevaba conociendo a Irene, nunca me había acostumbrado a su inusual calma. De repente oí un cujido a mis espaldas, volteé de nuevo y ahí estaba mi mejor amiga, tan esplendida como siempre, jeans ajustados, zapatillas de plataforma, blusa ajustada y su cabello rubio suelto, era increiblemete guapa y una completa desquiciada.

--Señorita Montalvan, esta usted arrestada por bajar siempre tarde.-- Le dije a mi mejor amiga, sólo sonrió y le di un efusivo abrazo.

Irene me miró y sonrió, mr agarró de la mano y empezamos a caminar hacia el colegio.

--¿Sabes que la gente no ve bien que dos chicas esten tomadas de las manos? --Le pregunte a mi rubia amiga, después de vero como dos viejos nos señalaban. Irene soltó una carcajada.

--Que les den-- Dijo, sacándome una gran carcajada--Te faltó que somos sexys

--Nunca aprenderas ¿cierto?
--No, nunca y eso es lo mejor, los ancianos son amargados.
--¡Irene! Son viejitos indefesos...
--Indefesos mis nalgas. Esos desgraciados han estado en todas las guerras, no son indefesos.

Llegamos a la entrada del colegio, pero mi mejor amiga se detuvo y sonrió con malicia, de pronto me asusté.

--Hice una lista...son cosas que hacer antes de que muera, así que...
--Que ocurrencia. .. Irene, no vas a morir... aún.
--Como sea, no la quiero hacer sola, así que la completaras conmigo.
--¿Tengo otra opción?
--Claro que no. Así que te reto a hacer la segunda cosa de mi lista...
--¿Por qué no la primera?
--Porque esa ya la hizo el unicornio de por allá. --Irene señaló con una sonrisa a Abraham, quien hablaba animadamente con su hermano.
--Sabía que había sido tu culpa su cabello azul-- Le dije sonriendo. --¿Qué tengo que hacer?
--Besar a un extraño, y más específicamente al IronMan de por allá.

Cuando miré al extraño que besaría, me sonroje sin poder evitarlo, era demasiado lindo y sexy, su cabello castaño corto, y su perfecto cuerpo, hicieron que sintiera un escalofrío.

--Hecho.

Me acerque sutilmente al Iron Man de persona, el miraba su coche con el entrecejo fruncido, que se acentuó más al verme. Cuando estuve lo bastante cerca, lo bese sin previo aviso. Fue un beso fantástico, y li más curioso es que sus labios sabían a naranja. Cuando terminó el beso, él me miraba sorprendido, sonreí y me alejé sin decirle nada.

--Naranja.--Le dije a Irene, mientras entrábamos al colegio, sonreí cuando solo una carcajada limpia.

1000 cosas que hacer antes de morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora