CAPÍTULO DOCE

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Me coloco bien la chaqueta de camuflaje y me siento en una silla. Nicole queda parada a mi lado. Necesito observar a Lena antes de acercarme a hablar con ella. Son muchas preguntas las que rondan mi cabeza ahora mismo.

Mi amiga me tiende otra copa y seguimos mirando a la actriz, que está riendo alegremente con alguien a quien no identificamos.

—¿Por qué crees que habrá decidido venir aquí si no quiere salir de la habitación? —pregunta Nicole agachándose a mi lado para no gritar.

—No tengo ni idea.

La actriz se despide de la persona con la que está hablando y comienza a andar hacia un grupo. Estos la reciben emocionados y se abrazan. Entiendo que se conocen.

¿Cómo reaccionará cuando me vea a mí después de estar en el jacuzzi con ella?

—Te juro que se me va a salir el corazón por la boca —musito.

El calor de la mano de Nicole en mi hombro me reconforta.

Cierro los ojos unos segundos y suspiro. Cuando los abro, Lena ha desaparecido.

«¡Mierda! ¿Dónde está?»

La busco por todas partes como si me fuera la vida en ello. Pero se ha desintegrado por arte de magia. Es como si se hubiera abierto una trampilla en el suelo por donde se ha colado, haciendo una salida espectacular —a lo Lady Gaga—. No me cabe la menor duda.

—¿Te apetece que volvamos a hablar con nuestras amigas Aya y Melanie?

La miro de soslayo, deseando estrangularla. No es lo que me apetece ahora mismo, la verdad.

—Venga, vamos —Nicole me da unas palmaditas en el brazo—. No vamos a estar aquí toda la tarde. Vamos a divertirnos.

Consigue levantarme. Nos dirigimos de nuevo al círculo donde se encuentran la escritora y la presentadora. Me tiemblan las piernas después de ver a la actriz entrar por la puerta. Nicole tira de mi mano para asegurarse que no me paro, pero alguien se pone en medio, bloqueando nuestro paso.

Alzo lentamente la vista, pasando por ese sujetador negro que asoma discretamente, llegando hasta los ojos... de la mujer de mis sueños.

Lena me mira con una sonrisa y arquea las cejas.

—Vaya, vaya... ¡a quién tenemos aquí! —dice divertida.

—Ho... hola Lena —tartamudeo.

—Eres la última persona que esperaba encontrar.

La mirada maliciosa de mi amiga se posa en mi cara.

—¿Sabéis qué? —comienza a decir—. Que tengo que ir a hablar con mi amiga Aya. Alice, te dejo aquí.

«La odio, la odio, la odio».

¿Cómo me va a dejar sola con Lena y con este outfit tan sexy que lleva?

Sé que está viendo el odio en mi rostro, pero parece darle igual. Me va a dejar sola con la actriz de todas maneras.

Me guiña un ojo antes de desaparecer.

Y aquí me encuentro. Sola otra vez con «La Farrel». Mi misión es tratar de no mirarle mucho el escote. ¡Qué vergüenza!

—De verdad que no esperaba encontrarte aquí. Pero me alegro de haberlo hecho.

Fijo la mirada en el suelo. Juraría que una gota de sudor está empezando a caer por mi nuca. Lena me agarra del brazo y me lleva hasta una apartada mesa. Se sienta y me hace un gesto para que me siente con ella.

Hotel ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora