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Los meses son largos, al menos así los percibo, muchos me dicen "Oh, no debes ser tan pesimista", pero siento que mis problemas controlan más mi vida de lo que yo la controlo a ella. Con eso, ¿Quién no sería así?.
Debí haberle hecho caso a mi madre en estudiar derecho, es una carrera que tiene salida y un buen sueldo, pero no, siempre fuí rebelde y eso me costó caro. Ojalá viajar en el tiempo para pensar todo de vuelta y, si me va bien, mejorar mi vida.
Pero no, tendré que asumir las consecuencias de mis actos y ser alguien responsable.

La alarma me sacó de mis pensamientos, otra vez no pude dormir.
Me levanté de mi incómoda cama y suspiré mientras intentaba apagar la alarma.
Hice mi rutina mañanera, me arreglé y empecé a preparar mi desayuno mientras veía el periodico en busca de ofertas de trabajo.

—¡___!, Maldita sea, me asustó—la voz de mi madre se hizo presente después de un golpe en la pared.

Perdóname madre—hice unas señas con las manos y volví a mi desayuno sin pronunciar nada.

—Hable como una persona normal, ya me tiene cansada con esa tal lengua de señas.

—Perdóname madre—hablé y serví mi desayuno en un plato, para después dejarlo en la mesa y agarrar el periódico, que había dejado en el mesón.

—En media hora tienes que despertar a tu hermana, yo ya salgo a trabajar—agarró sus cosas y salió del apartamento, suspiré.

Mi madre siempre se ha ido a trabajar temprano y llega tarde, se tiene que esclavizar en eso para poder brindarle una buena educación a mi hermana, quien tiene una discapacidad auditiva, y por eso tiene algunos problemas con la comprensión lectora y con sus compañeros.
Me siento mal por no poder ayudarla, pero desde que mi padre murió no he estado muy bien, no me contratan en ningún trabajo por mucho que insista, y mi salud mental ya está arrastrándose y haciendo su mayor esfuerzo.

Terminé mi desayuno y fuí a despertar a mi hermana, acaba de cumplir sus diez años, y estoy haciendo mi mayor esfuerzo por mejorar su habilidades sociales y lectoras, pero siento que no hago las cosas bien.

Buen día—hizo unas señas.

Buen día, hermana—le respondí en señas.

¿Mamá se fue temprano de nuevo?.

Sí.

Ya me alisto, ahorita salimos.

Gracias, te espero.

Salí de la habitación y desconecté mi celular, que estaba cargando, lo revisé viendo redes sociales y buscando más ofertas de empleo.
El tiempo se fue rápido y mi hermana se terminó de alistar, me avisó y salimos en dirección a su escuela, que quedaba lejos, pero era la más barata en donde dan clases en lengua de señas, no es económica, pero es eso o que yo le de clases, y no soy hábil en todos los temas que ella debe ver.

Adiós—se despidió de mi mientras entraba.

Me dí la vuelta con la esperanza de volver a casa, pero la voz de su profesora me detuvo—¡___!—me llamó.

—Buen día, maestra—me volví a dar la vuelta.

—Podemos hablar.. ¿Del rendimiento académico de Luz?—preguntó apenada.

—Claro, dígame.

—Permítanme ofrecerle un café, pase—me invitó a pasar a la institución y ambos pasamos, me sirvió un café y nos sentamos en un sofá.

La profesora me platicó de el bajo rendimiento académico de mi hermana en algunas materias, y el exelente rendimiento académico en otras, preguntandome por su situación y la situación en casa, para evitar problemas le conté la situación con mi madre, una mujer controladora y que busca que todo sea perfecto para ella, y de mi padre difunto, que mi hermana no alcanzó a conocer.

Y claramente le comenté de mi situación, nada relevante, pero consideré contarselo por que me estaba presionando.

La conversación fue larga, pero ella intentó recomendarme ayuda terapéutica tanto para mi hermana como para mí, y dijo que probablemente para mi madre también, pero cuestioné un poco eso.

—¡Ah, y por último!—exclamó antes de que saliera—Escuché de un lugar que volvieron a abrir y nesecitan personal, es una pizzería si no estoy mal, está a unas cuadras.

—Muchas gracias, maestra Miel—le volví a agradecer por toda la ayuda y atención—Se necesitan más personas como usted—hice una leve reverecia y me retiré del lugar.

Tenía que ir a ver las ofertas de trabajo que habían en aquella pizzería, recuerdo que fue popular en algún momento, pero cerró debido a, justamente, falta de personal y reparaciones.

“Freddy Fazbear's Mega Pizzaplex”
Es el nombre de aquella pizzería, recuerdo que cuando era menor, quería venir con mis amistades, pero mi mamá no me lo dejaba. Así que nunca vine.

—Buen día—saludé acercandome a algún personal de taquilla.

—Buen día, ¿Que se le ofrece?.

—Escuché que necesitan personal, ¿Podría saber si todavía necesitan?.

—Sí todavía nescecitamos, ¿Le gustaría consultar los puestos?.

—Claro, muchas gracias.

Me pasó una hoja y me pidió que me hiciera a un lado para dejar pasar a los clientes, en una esquina, me senté y empecé a leer los puestos disponibles.

“Administrador de recursos|Requisitos: Título en administración de empresas.”
Definitivamente ese no, pasaré a los que no requieren nada.

Después de unos cuantos segundos de leer encontré uno que me gustó. “Asistente en guardería” y de milagro, no tenía requisitos.

—Tal vez pueda ayudar, se tratar con niños—murmuré y negué con la cabeza a mi comentario anterior—Pero tal vez pueda ser de ayuda, espero paguen bien.

Me levanté y me dirigí a la persona que me había atendido anteriormente, le comenté el puesto que quería y me dió todas las explicaciones de este, el horario me quedaba justo, podía ir a dejar a mi hermana y venir a trabajar, con lo de su salida, veré más tarde, pero decidí apuntarme para el puesto, dí mis datos y salí de allí, volví a mi casa y me deseé suerte a mi mismx.

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¡Gracias por leer!

Niños| Sun/Moon x Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora