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Desperté con una presencia junto a mí, era Moon, después de que le insistiera mil veces que se fuera a su casa, no me hizo caso e insistió en dormir acurrucados, cosa que accedí, por que no tenía más opción.

—Moon—murmuré intentando despertarlo, suspiré y lo abracé de nuevo—Me duele todo—me acomodé mejor pero el sonido de la puerta abriéndose me asustó.

Buen día, parece que disfrutaste anoche—saludó mi hermana.

Luz, perdóname por no despertarte.

No te preocupes, es sábado.

Ah, verdad, perdóname, soy un pésimo hermano.

Está bien, tu también tienes una vida.

Gracias, Luz.

Ahora se tienen que levantar por que están llegando tarde al trabajo.

Ay, gracias, ya me levanto.

A él también.

Sí, como mande, mamá.

Salió de la habitación y me levanté intentando no despertarlo, me vestí y estiré un poco para aliviar el dolor de cuerpo.
Desperté a Moon, esperé a que se arreglara y salimos al trabajo.

—Mff—puso su cabeza en mi cuello mientras esperabamos que el bus parara—Ayer estuviste genial, hermosura~—me susurró y besó mi mejilla.

—Tu tampoco te quedaste atrás—sonreí y besé su nariz.

—Parece que te ayudó a aliviar el estrés—agarró mi mano—Me alegra haber ayudado—reímos.

El bus paró y salimos rápidamente, nos dirigimos a nuestro puesto de trabajo y me senté para empezar a hacer papeleo, mientas Moon iba a la sala de descanso.

—¡___!, que casualidad que ambos llegaran tarde—comentó Jess en un tono burlesco al verme llegar.

—Ajá, pura casualidad—le guiñé un ojo y empecé a llenar el papeleo.

—Pero hasta el ánimo te cambió y todo—me dió un codazo.

—El ánimo por un dolor imenso de cuerpo.

—Es un intercambio justo, la verdad.

—Si te doy mi opinión, sí.. ¿Y Mary?.

—Está dando una ronda ya que llegaste tarde, pero se supone que TÚ eres quien da las rondas—me señaló.

—Uy bueno, ya ni puedo disfrutar.

—Si puedes, pero tienes que ser responsable con tu trabajo, se que casi no hay descansos, pero por lo menos pagan bien.

—Bueno, sí, no te lo niego, pero hay cosas que si uno no hace se arrepiente.

—¡Hola ___!—Mary llegó.

—Hola Mary, ¿Qué tal todo?.

—Bien, felicitaciones por tu primera llegada tarde.

—Gracias, tu ya debes ser experta es eso.

—Pues claro.

Me levanté a dar la ronda ignorando que mi cuerpo sufría a gritos, ayudé a unos niños que perdieron su juguete, a un pequeño que se había quedado atascado y jugué con unas niñas. Unas horas agotadoras, hasta que llegué con mi salvador, Sun.

—Hola—saludé alegremente y le sonreí.

—¡Oh!, ___—dijo mi nombre con desánimo.

—¿Estás bien?.

Niños| Sun/Moon x Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora