CELOS

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Luzu dejó los papeles que revisaba a un lado y se recostó por completo en su silla, llevaba horas leyendo los testimonios del caso que presentaría a la corte en dos semanas, y se sentía sumamente agotado. Más aún porque el día anterior sus planes se habían ido al caño, y la cita que había planeado con tanto esmero se vio cancelada de pronto; así que, su oportunidad de eliminar el estrés se había ido por el caño. 

Observó su teléfono con recelo, lo único que había recibido de Auron era un escueto mensaje donde le explicaba que no se sentía bien y por eso tenía que cancelar su cita. Pero él se había enterado, por pura casualidad, que Rubius había estado con él hasta muy tarde. Y eso eso había dejado pensando muy seriamente que, el lindo Omega la que le había echado el ojo, no estaba muy interesado en él.

-Tal vez debería tomar eso como una negativa definitiva- cerró los ojos y se dejó caer hacia adelante, hasta estar encima de una enorme pila de papeles. 

-Lo malo es que mi instinto no me dejará rendirme hasta que no oiga una negativa concreta de sus labios… de sus lindos y provocativos labios- la imagen de Auron sonriéndole con dulzura le llegó a la cabeza, y con eso comprobó que aún no estaba listo para tirar la toalla.

Se enderezó en su silla y tomó su teléfono, tenía un par de ideas de cómo podía acercarse de nuevo a Auron, y para eso necesitaría pedir unas cosas. Porque sabía de buena fuente que al Omega le gustaban las rosas blancas, y que cuando era pequeño había tenido un pollito de nombre Frederick. Así que iba a usar esa información a su favor.

Marcó el número de su asistente personal, una linda chica Beta que lo ayudaba a organizar sus citas. Sabía que si ella planeaba las cosas, todo saldría perfecto y sin errores; así que podía confiar, sólo esperaba que Auron recibiera sus atenciones con gusto. De lo contrario, tendría que regresar con el rabo entre las patas y aceptar que Rubius le había ganado de nuevo, aunque eso le doliera demasiado.

-Maldito Híbrido y su increíble sex appeal- 

Apartó los malos pensamientos al escuchar a su asistente contestar al otro lado de la línea, con el mismo tono de voz alegre de siempre, al menos alguien se alegraba de oírlo. Ahora sólo debía pedirle los detalles de lo que necesitaba ese día.

"Vas a quedar muy sorprendido Auroncito"

Sonrió ante su pensamiento y empezó a dar indicaciones, ese día saldría temprano de la oficina. 

Frederick se encontraba frente a su amo, con las orejas levantadas en señal de alerta, y jadeando emocionado, mientras mantenía los ojos fijos en la pelota verde que este tenía en la mano

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Frederick se encontraba frente a su amo, con las orejas levantadas en señal de alerta, y jadeando emocionado, mientras mantenía los ojos fijos en la pelota verde que este tenía en la mano. Auron sonreía, le encantaba ver la expresión expectante de su perro cuando jugaban, especialmente cuando seguía tan atento los movimientos de sus manos.

Se pasó la pelota de mano a mano un par de veces, y de pronto la lanzó hasta el otro lado del departamento, soltando una risa cuando el animal se lanzó corriendo hacia ese lugar, aunque esta vez tomó la pelota con la boca y se dejó caer sobre el suelo de madera, sin la intención de regresar. 

OMEGACEMBER -AuronBowl EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora