AUTOCONTROL

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Era una mañana un tanto fría, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y ya se hacía notar. Aunque para la mayoría de Alfas eso no era problema, porque eran grandes y emitían mucho más calor que un Beta o un Omega. Y para Rubius, que era un Híbrido de oso, era incluso más fácil aguantar las bajas temperaturas. Así como ese día, porque había salido al supermercado usando un ligero sudadero y un pantalón de mezclilla. Demostrando que el clima no lo afectaba en lo más mínimo.

Rubius era diseñador gráfico, así que trabajaba desde casa la mayor parte del tiempo, así que rara vez salía de su departamento. Sin embargo, esa mañana se había levantado con antojo de desayunar cereal, y para su sorpresa su alacena estaba prácticamente vacía. Así que no le había quedado de otra que salir por provisiones, aunque eso implicara soportar las miradas temerosas de algunos transeúntes cuando se daban cuenta de que era un Híbrido.

Se subió la capucha del sudadero y aumentó el ritmo de sus pasos, al menos el supermercado estaba cerca del edificio, así que no tardó mucho en llegar. Aunque ahí dentro tenía que soportar otro problema, es que había alguien en la caja que se emocionaba de más al verlo. 

-Buenos días Rubius, hacía tiempo que no te veíamos por aquí- volteó en dirección a la chica que lo había saludado con confianza, una linda pelirroja de ojos azules que le sonreía con las mejillas ligeramente sonrojadas. Era una de las cajeras, de nombre Sasha Snow y que se había ganado el apodo de Nieves por su apellido y lo blanco de su piel. Era ella quien lo hacía incomodar cada vez que iba por provisiones, porque era demasiado obvio que estaba muy interesada en él.

-Pues, resulta que se acabaron mis reservas y me ha tocado salir a buscar más- ella sonrió de forma encantadora, como siempre que conversaban, si fuera una Omega de seguro sus feromonas le demostrarían lo interesada que estaba en él. Era una lástima que su bestia interna  y él estuvieran de acuerdo en que no les gustaría estar con una Beta.

-Es bueno verte, sea como sea, ya sabes que si necesitas ayuda con algo puedes llamarme- el Alfa asintió con la cabeza antes de despedirse de ella y tomar una carretilla para sus compras.

Se alejó un poco rápido del área donde trabajaba la chica, no quería que lo siguiera como la última vez, haciéndole sentir incómodo con su incesante palabrería sobre lo extraordinario que eran los Híbridos, o lo mucho que le agradaba conocer a dos en el mismo vecindario. Además, a Nieves le gustaba el contacto físico, y se aseguraba de tomar su brazo o su mano de forma confiada. Definitivamente lo que tenía de bonita, lo tenía de insistente.

Suspiró aliviado al ver que una de sus compañeras le llamó para que le ayudara con algo, así que aprovechó para adentrarse en uno de los pasillos sin prestar mucha atención a dónde se dirigía, mientras trataba de recordar qué era lo que necesitaba para llenar la alacena. 

Avanzó un poco más hasta estar frente a la sección de mermeladas y mieles, y se paró en seco al sentir un sutil aroma que se le hacía muy familiar. Su cabeza se elevó en el cielo con gusto, captando la deliciosa fragancia con más claridad, olía a miel y mandarinas.

A su mente llegó el hermoso rostro de Auron, a quién no había visto desde el incidente en la fiesta, pero que había ocupado gran parte de sus pensamientos desde entonces. Así que, no le molestaría poder encontrarse con él ahí, y tal vez invitarlo a beber un café o algo por estilo después de hacer sus compras.

Caminó a paso apresurado, siguiendo el rastro de feromonas que el Omega había dejado atrás, y después de recorrer un buen trecho, al fin pudo divisar su apetecible figura. Y para su deleite, se encontraba inclinado escogiendo una bandeja de carne de uno de los congeladores, dándole a Rubius una perfecta vista de su redondo y perfecto trasero.

OMEGACEMBER -AuronBowl EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora