❛Tienes una sonrisa tan brillante,
esas perlas me hacen quedar ciego❜
Donde Rodrigo le pide su número de celular al empleado de una cafetería y ambos tienen una cita.
ADVERTENCIA: NO PLANEO OFENDER A NADIE ESCRIBIENDO ESTO, SI CARRE ME PIDE...
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Despertó hace una hora, pero se levanto cuando la sensación de hambre dentro de su estomago lo hizo darse cuenta de que debía comer algo para empezar el día. Pero significaba no dormir más. Cualquiera de las dos implicaba hacer algo que le daría placer de una u otra manera.
Al girar sobre la cama siente que hay algo que bloquea su camino y abre los ojos lentamente. Zack esta dormido.
Como solía hacerlo le pidió que lo acompañara a una fiesta y en el camino se quedo a dormir con él para no tener que irse por la calle a esas horas de la noche. A diferencia suya, el estaba muy bien acomodado y casi como un muerto. Llego a poner un dedo bajo su nariz para asegurarse de que estaba respirando.
Miro su celular por un momento y después comenzó a mover a Zack de un lado para otro.
—Che, che, levántate —señalo con un tono cansado mientras lo veía removerse con pereza. Un gruñido furtivo fue la respuesta de su acompañante —. Boludo, deberías de estar camino a la Uni.
Con el efecto de esas palabras Zack se levanto con fuerza de la cama hasta marearse y comenzar a mirar a todos lados. Lo que debió ser una sesión de estudio con Carre como ayudante se volvió una noche de excesos donde empezaba a preguntarse si Rodri sería considerado una buena influencia por sus padres después de unas cuantas salidas.
Ya casi no vivía en su casa de echo.
—¿¡Donde están mis cosas?! —pregunto mientras corría a lavarse los dientes después de ponerse los zapatos.
Rodrigo miro a su alrededor estirándose para tomar la mochila y meter dentro de esta los cuadernos, lapiceros e incluso las bolsas de galletas sin terminar que quedaban en su escritorio, dejando un bulto sin vida en su mochila como resultado.
—Bajad la voz —pidió una voz adormilada a lo lejos.
—¡Oscu! ¿nos prestas el carro? —aunque fue una cuestión le resulto mas como una pregunta a sus oídos.
Camino hasta donde estaba el chico en el colchón, removiéndose en este incomodo. El rubio metió la mano a sus pantalones cortos y le tiro las llaves del auto mientras se tapaba los oídos pidiendo que lo dejaran dormir en paz.
—¡Rodrigo! —escucho que Zack lo llamaba mientras tomaba su mochila y se limpiaba la cara.
—¡Voy!
...+...+...
Zack se estaba comiendo las galletas a toda prisa mientras que Rodrigo se esforzaba por conducir sin violar ninguna ley o peor, dañarle el mustang a Oscu y tener que sufrir su ira por no tener precaución.
Cuando vio la puerta de la Uni, dejo a Zack en frente de está y luego paso a bajar la ventanilla.
—¿Paso por ti? —se burlo para si mismo, ni siquiera era su coche para ofrecer esas cosas.